Cómo cuidar la piel en verano: consejos básicos

La piel es el órgano más extenso y expuesto del cuerpo. Y es más susceptible de padecer enfermedades. Durante el verano nos encanta el sol, la sal y los deportes al aire libre.

Pese a los beneficios del sol (incremento de los niveles de vitamina D y mejora de muchas afecciones dermatológicas), es fundamental adoptar una rutina adecuada de cuidado de la piel durante estos meses para protegerla de los daños causados por los rayos UV, la deshidratación y demás factores estacionales. El primer paso para cuidar la piel en verano es comprender cómo los rayos solares pueden afectarla.

Según la Academia Estadounidense de Dermatología (AAD), la exposición excesiva al sol puede causar envejecimiento prematuro, arrugas, manchas e incluso aumentar el riesgo de cáncer de piel.

Usar siempre protector solar

El primer y más importante consejo para cuidar la piel en verano es usar siempre protector solar con un factor de protección adecuado a nuestro tipo y tono de piel. El protector solar ayuda a prevenir las quemaduras, el envejecimiento prematuro, las manchas y el cáncer de piel. Un protector solar adecuado protege de los rayos UVA y de los UVB, los más dañinos para la piel. Lo suyo es aplicarlo media hora antes de la exposición al sol y reaplicarlo cada dos horas o después de cada baño. Conviene renovarlo cada año, ya que pierde sus propiedades con el tiempo.

Evitar la exposición directa al sol en las horas centrales del día

Entre las 12 y las 16 horas, el sol se emplea a fondo: se trata del momento del día en el que emite mayor radiación. El protector solar es menos eficaz y el perjuicio para piel, mayor. Lo suyo es buscar la sombra, usar sombrillas o refugiarse en lugares frescos y ventilados.

Gorras, pamelas, camisetas y pareos

La ropa fresca hecha de fibras naturales (algodón, lino) y colores claros es la mejor amiga para los días de calor y sol intensos. Ayudan a cubrir las zonas más sensibles de nuestro cuerpo: el rostro, el cuello, el escote y los hombros. También se puede optar por ropa con protección solar. Estos complementos son especialmente recomendables para las personas con la piel clara o sensible, que se queman con más facilidad.

Protección ocular y labial

Cuando pensamos en cuidar la piel, a menudo olvidamos la delicada piel de nuestros ojos y labios. Sin embargo, también necesitan protección durante el verano. Importantísimo utilizar gafas de sol que bloqueen el 100% de los rayos UVA y UVB, y aplicar bálsamos labiales con FPS para protegerlos de la sequedad y las quemaduras solares.

Hidratar la piel por dentro y por fuera

La hidratación es otro de los aspectos clave. El sol, el calor, el sudor, el cloro y la sal pueden resecarla y deshidratarla. Para cuidarla desde dentro, se debe beber suficiente agua y otros líquidos saludables como zumos naturales, infusiones o agua con limón. Por fuera son las cremas hidratantes las mejores aliadas de la piel. También se recomienda usar productos con ácido hialurónico o pantenol, ingredientes que ayudan a retener la humedad y a reparar los deterioros de la barrera cutánea.

No abandonar la rutina de cuidado de la piel

El cuidado de la piel no tiene vacaciones. La piel en verano tiene idénticas necesidades que durante el resto del año. Además, está más expuesta a factores que deshidratan y aceleran el envejecimiento. Conviene incorporar a las rutinas diarias productos con antioxidantes. La vitamina C por la mañana y los retinoides por la noche previenen y corrigen el fotoenvejecimiento.

Precaución ante lunares y manchas sospechosas

Por último, pero no menos importante, hay que vigilar los lunares y manchas sospechosas. El sol puede provocar alteraciones en los melanocitos -las células que producen el pigmento de la piel- y lesiones benignas o malignas. Por eso, se recomienda acudir al dermatólogo ante cualquier signo de alarma, como cambios de color, forma, tamaño o bordes irregulares.

Dermatólogo: ¿está incluido en el seguro médico?

La dermatología es la especialidad médica encargada del diagnóstico y tratamiento de enfermedades de la piel, como la dermatitis, el acné, la psoriasis o la urticaria. Abarca también patologías más graves, como el cáncer de piel, que requieren atención especializada y seguimiento periódico.

Prácticamente, todos los seguros de salud en España ofrecen asistencia sanitaria y servicios dermatológicos para tratar las patologías relacionadas con la piel, el cabello, las uñas y las mucosas. Sin carencias ni copagos. Algunas aseguradoras incluyen programas de prevención del cáncer de piel, muy útiles para detectar a tiempo lesiones malignas y aplicar el tratamiento adecuado.

No existe ningún seguro de salud que cubra los servicios estéticos de dermatología bajo una misma póliza médica. Algunas aseguradoras sí ofrecen servicios como la reparación estética de melanomas abonando una franquicia extra a mejor precio que hacerlo sin seguro médico.

Entre las aseguradoras que cubren los servicios de dermatología destacan DKV, Sanitas, Adeslas, AXA, Fiatc y Asisa. Caser y Mapfre cuentan con centros médicos dotados con alta tecnología para la realización de pruebas y medios diagnósticos.