El 50% de los pacientes con trastorno mental no recibe tratamiento

Los expertos sostienen que dar con el tratamiento adecuado puede llevar años. El porcentaje de pacientes que inician una medicación y la abandonan es alto.

El número de personas que sufre algún tipo de trastorno mental no ha hecho más que crecer en los últimos años, más aún con la llegada de la pandemia. A día de hoy, la Organización Mundial de la Salud confirma que una de cada cuatro personas en el mundo tiene o tendrá algún problema de salud mental a lo largo de su vida y que para el año 2030 las enfermedades mentales serán la primera causa de incapacidad en el mundo. En España, más de seis millones de personas padecen ansiedad y depresión. Por su parte, otro millón y medio sufre algún tipo de trastorno grave. De todos los pacientes que sufren algún problema mental y que necesitan tratamiento, alrededor de un 50% no lo recibe o recibe el inadecuado, según recoge la Confederación de Salud Mental en España. Un alto porcentaje de pacientes tampoco consulta con los servicios sanitarios.

Según la Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud 2022-2026 elaborada por el Ministerio de Sanidad, hasta un 60% de los pacientes que inician un tratamiento lo abandonan de forma prematura. A su vez, aquellos que dejan de tomar el tratamiento tienen patologías más graves que aquellos que los continúan.

Los expertos en salud mental explican que dar con el tratamiento farmacológico adecuado puede tardar años. Otra de las constantes es la resistencia a la medicación por los elevados efectos secundarios que esta produce (aumento considerable de peso, adormecimiento, no reconocerse o dejar de ser uno mismo), por la dificultad para encontrar el tratamiento y con las dosis adecuadas. A esto habría que sumarle otros problemas asociados que surgen, como las adicciones, entre las que se encuentra el tabaquismo, y hábitos de salud poco saludables que pueden desembocar en otros problemas de salud.

El diagnóstico de la enfermedad no suele producirse de forma inmediata. Inculso pueden llegar a darse diferentes diagnósticos al mismo tiempo en función del profesional que esté atendiendo al paciente en cada momento. Esto puede provocar que el problema evolucione hacia otros trastornos mentales diferentes. Otras de las realidades que contribuyen a que los pacientes no reciban el tratamiento que necesitan vienen dada por la baja frecuencia en las consultas y por las elevadas listas de espera. Estas dos situaciones contribuyen a que los tratamientos se extiendan en el tiempo y que las dosis no se adapten a las necesidades de cada paciente.

“Hay un número de personas alto de personas con problemas de salud mental con infra diagnóstico. Por una parte, hay personas con un trastorno grave que tienen reticencias a consultar por todo lo que conlleva la enfermedad. Por otro lado, hay mucha demanda de atención de problemas que tienen que ver con una situación de malestar emocional ante circunstancias adversas y que solicitan atención sin llegar a un nivel de gravedad para solicitar el diagnóstico”, explica Manuel Matín Carrasco, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría.

En Europa hay 18 profesionales de salud mental por 100.000 habitantes, mientras en España, el ratio de médico por habitante baja a 4,3 por cada 100.000 personas. Con estas cifras, recibir atención psicológica o psiquiátrica es un proceso largo y complicado. A esta situación se añaden ahora las consecuencias que ha tenido el Covid-19 en la salud mental y en la disponibilidad y acceso a los servicios de salud mental durante la pandemia. La demanda ha provocado que la lista de espera aumente y ahora de media los pacientes tienen que esperar entre consulta y consulta dos meses en la sanidad pública

La especialidad más afectada es la de de psicología clínica. Según datos que se desprenden de un informe elaborado por la consultora Iqvia, España tiene un 67% menos de psicólogos clínicos por 100.000 habitantes que las principales potencias europeas. En España hay seis psicólogos clínicos por cada 100.000 habitantes, lo que la sitúa muy por debajo de Alemania (41), Reino Unido (18), Francia (15) e Italia (9). Estas cifras sugieren que la población española ofrece menos atención psicológica pública para estos pacientes. Dicha situación de escasez repercute sobre las listas de espera, que, según Fernando Hontangas, presidente del sector nacional de Sanidad de CSIF, “se sitúan en torno a tres o cuatro meses” para esta área.

La situación se revierte en el área de psiquiatría, donde se observa que España está alineada con el resto de países europeos. El país, con 15 psiquiatras por cada 100.000 habitantes, supera a Reino Unido (8) y se acerca a Francia (18), Alemania (17) e Italia (16). Pero dentro del propio territorio nacional sí que se observan grandes diferencias, pasando de los 38 por cada 100.000 habitantes de Navarra a los 16,7 de Castilla La Mancha.

La región de España en la que los habitantes consumen una mayor cantidad de fármacos para los trastornos mentales es Galicia. La siguen el Principado de Asturias, Extremadura y Cantabria. En el lado opuesto, Madrid, País Vasco y La Rioja son las autonomías donde es menos frecuente el consumo de este tipo de fármacos. Entre los países analizados, en el mercado de antidepresivos de prescripción en unidades estándar España se sitúa en cuarta posición (1.799), solo por encima de Italia (1.207). Reino Unido es el país en el que hay un mayor consumo de este tipo de tratamientos (3.784 unidades estándar), pero en cuanto al consumo de antidepresivos por habitante, España se encuentra en segunda posición (promedio de 38 unidades estándar por habitante), solo por debajo de Reino Unido (56 unidades estándar por habitante).

De acuerdo a los datos que se desprenden del III Barómetro Juvenil. Salud y Bienestar de la Fad y la Fundación Mútua Madrileña, las mujeres declaran sufrir problemas psicosociales en mayor medida que los hombres, dándose las diferencias más notables (entre 15 y 20 puntos porcentuales más) en las sensaciones de tristeza, cansancio y apatía, ansiedad y en los problemas de concentración. También es el grupo más joven el que presenta valores más elevados en dichos problemas en comparación con los de 20-24 años y, especialmente, con el grupo de más edad.

El porcentaje de población joven que declara haber padecido problemas de salud mental con mucha frecuencia ha pasado del 6,2% en 2017 al 15,9% en 2021, destacando una vez más las mujeres, que están cerca de doblar el porcentaje de los hombres. Del total de problemas de salud mental declarados, un 36,2% afirma contar con un diagnóstico, principalmente depresión o trastornos por ansiedad. También se observa un aumento en la ideación suicida con alta frecuencia (de un 5,8% en 2019 a un 8,9% en 2021). Pese a declarar mayores malestares, el porcentaje de jóvenes con problemas de salud mental que busca ayuda profesional ha disminuido desde 2019, pasando del 59,5% al 50,8% en 2021.