Belén Diego

Ana Argelich, Directora general de MSD España: “Estamos en un momento en el que podemos poner en valor la ciencia”

La directora general de MSD en España, Ana Argelich, propone que la industria farmacéutica, ahora más protagonista que nunca, sea siempre considerada clave por su aportación basada en el conocimiento. En tiempos de crisis, pero también en cualquier otro momento. Además, ante el ‘ruido’, la ciencia debe dominar el discurso

Conociendo el mercado austriaco, donde ha desarrollado parte de su labor profesional, ¿qué ideas sugeriría que ‘importásemos’ de él? ¿Cómo valora la iniciativa del gobierno de aquel país de apoyar -con fondos- las plantas de fabricación de medicamentos como parte de la política de relocalización industrial?

Austria, como España, tiene un sistema descentralizado. Es verdad que ha asumido la reforma de algunos procesos que facilitan un acceso más rápido, pero no creo que España tenga que hacer un aprendizaje de Austria. Es un país parecido en estructura, más pequeño, donde los actores se conocen mucho y mantienen una política que, aunque retadora, es muy próxima.

Según un informe reciente, Keytruda es uno de los fármacos más empleados en el mundo ¿Qué cabe esperar alcanzado ese hito?

El área de oncología es muy importante para MSD. Actualmente tenemos 21 aprobaciones de fármacos en la FDA (la agencia estadounidense del medicamento) que irán obteniendo la autorización para llegar a Europa y España.

Acaba de celebrarse el congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO), en el cual se han comunicado datos importantes en fase III de cáncer de esófago. Tenemos nuevos medicamentos en pipeline de oncología, no solo en inmunoterapia, sino también en otras dianas, así como nuevos trabajos en terapias dirigidas.

El esfuerzo de las compañías farmacéuticas durante la pandemia está siendo intenso. Si tuviera que destacar solamente dos actividades en la crisis, ¿cuáles serían?

El primero sin lugar a dudas fue la respuesta del suministro. Fue el punto más crítico. Conseguir que el día uno de la apertura del IFEMA tuviéramos garantizado el suministro para los pacientes fue todo un reto. El segundo es la investigación. Desde la industria farmacéutica tenemos que aportar las soluciones, vacunas y terapias que demanda la sociedad. A estas dos cuestiones yo añadiría una tercera, que es el necesario apoyo al profesional sanitario. No es sólo tener el fármaco, sino ayudar a que el profesional pueda hacer su trabajo durante este periodo tan crítico. Es algo que también ha de mantenerse a largo plazo.

Y de cara al futuro, también pensando en la pandemia, ¿qué habría que potenciar?

Primero me gustaría aclarar, porque de eso se ha estado hablando mucho, que tenemos pendiente resolver la parte digital. Necesitamos tener los datos para hacer que el sistema sea más eficiente y más eficaz. Esto no se va a hacer en un día, pero realmente si no empezamos ahora, tardaremos aún más en llevarlo a cabo. En el corto plazo tenemos que trabajar la telemedicina. Los pacientes con Covid-19 son muy importantes, pero también hay pacientes con otros problemas que hay que seguir atendiendo.

Hay que trabajar en equipo, los profesionales, las autoridades, la propia sociedad tenemos que trabajar unidos. La respuesta a la pandemia ha sido muy buena. Ahora nos queda la duda si vamos a ser capaces de mantener ese espíritu de colaboración.

¿En qué aspectos del funcionamiento de la compañía se plasma particularmente la importancia de la I+D a lo largo del tiempo? ¿Y en una ‘instantánea’ de la actualidad?

Aproximadamente, el 20% de ingresos que recibe la compañía se invierten en investigación. Tenemos un gran interés en que el porcentaje siga subiendo. Sin embargo, también es verdad que cada día es más complejo. En términos generales, la investigación dentro del ámbito sanitario, se especializa progresivamente. Es necesario, por tanto, ser más precisos. Esto conlleva que el coste de la investigación sea más alto. La vocación de nuestra compañía es invertir en investigación lo máximo posible. Es una tendencia general en toda la industria farmacéutica.

Considero también que España aporta mucho a la investigación farmacéutica en todas las áreas. Hemos hablado de oncología, pero también se trabaja mucho en otros campos, como los antivirales y antibióticos. No hay que olvidar que en la fase post-Covid la resistencia bacteriana va a ser muy importante y debemos estar preparados.

¿Cree que hay más probabilidades de conseguir un tratamiento específico para el Covid-19 investigando nuevas indicaciones de moléculas ya conocidas?

La apuesta científica de MSD para desarrollar vacunas y antivirales, tanto en el Covid como en otras enfermedades infecciosas, parte de plataformas conocidas. Aportan seguridad y permiten investigar y ayudar a definir las dosis. Ahora mismo lo importante es que todas las empresas que están investigando hagan su trabajo y que experimenten con las formas que consideren más oportunas para alcanzar resultados.

Si alguno de los tratamientos de los que disponemos, una vez revisada la evidencia en detalle, puede apoyar en el tratamiento de enfermedades que están surgiendo como el Covid-19, contaremos con esa investigación, pero es preciso que los indicios de respuesta tiendan en ese sentido.

¿Cómo respondería a las dudas sobre seguridad asociadas a la aceleración de la investigación? ¿Diría que la UE está más protegida que Rusia o Estados Unidos, donde se ha planteado una aprobación sin completar la fase III?

La FDA ha publicado unos criterios bien construidos. Cualquier compañía que cumpla con estos criterios sabe que trabaja sobre una base sólida, aunque lógicamente hay que ver el detalle. Personalmente, creo que el ruido de las elecciones norteamericanas está afectando a cuestiones en las que no debería influir. Debería ser la ciencia la que dominara y la que comunicara.

La organización del encuentro virtual de junio sería un reto ¿Prevén que sea una fórmula hegemónica en el futuro o seguiremos queriendo reunirnos?

En MSD teníamos una experiencia importante en congresos virtuales antes de que se desatara la pandemia de Covid-19. Por tanto, la plataforma o forma de trabajar, la experiencia y la organización ya las teníamos. Es verdad que hemos llegado a tener hasta 19.000 asistentes, ya que lo abrimos a Latinoamérica. Aproximadamente el 50% de la participación fue latinoamericana. Antes incluso del periodo de pandemia hemos entendido que la realidad ya se estaba transformando, aunque la actual situación la haya podido acelerar.

Al dejar las grabaciones disponibles un tiempo, se puede llegar a muchas más personas, y también hay más facilidad para acceder a los ponentes. Se mantiene la interacción, pero hay otras vías. Mi opinión es que de cara al futuro nos debemos basar en un concepto blended, buscando la unión de ambas fórmulas. Lo presencial no debería limitar cualquier actividad. En líneas generales la presencialidad no debe limitar el poder hacer cualquier tipo de actividad que genere un mayor acceso.

¿Cómo valora la prohibición de financiar la formación continuada en el plan de reconstrucción económica del Congreso? Puesto que la alternativa es que financie la Administración, ¿cree que llegará a implantarse? ¿Y respecto a la prohibición que afecta a las asociaciones de pacientes?

En esta cuestión creo que los planteamientos que se han hecho desde Farmaindustria son los adecuados. La formación de los profesionales sanitarios es fundamental y debemos colaborar para fomentarla a través de la colaboración entre empresa y sociedad. Existe además una regulación muy precisa de estas actividades y, por ello, en esta cuestión no puedo dejar de alinearme con los planteamientos de Farmaindustria.

En cuanto a las asociaciones de pacientes, hay que recordar que ellas tienen un papel enormemente importante y en esta cuestión han mostrado su voz. Desde luego, presto mi apoyo y respeto sus planteamientos.

La actualidad del Covid-19 lo acapara todo, pero hay otras cuestiones que siguen necesitando una atención urgente, como las bacterias multirresistentes.

Hace un momento -en un encuentro celebrado en la sede de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Santander- María Jesús Lamas (directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios) y el director del servicio de enfermedades infecciosas del Hospital Val d’Hebron, Benito Almirante, estaban impartiendo una conferencia precisamente en relación con los antibióticos y las resistencias bacterianas. Me gustaría recordar que en este campo MSD tiene un histórico impresionante. Tenemos el centro de investigación básica de Granada y colaboración público privada con el Gobierno de Andalucía. Es un orgullo que uno de los antifúngicos más relevantes que existe en el mercado saliera de nuestras instalaciones de Lozoya. MSD siente pasión por los antibióticos y antifúngicos, No paramos de trabajar en el concepto one health. Hemos comunicado a nivel mundial la inversión de 100 millones a diez años en un plan para proyectos de awareness. Para nosotros este área es una prioridad absoluta. Nos estamos volcando en el Covid; la oncología es también muy importante dentro de la empresa, pero claramente los antibióticos y antifúngicos, siguen siendo fundamentales. Sobre eso MSD no tiene ninguna duda.

Patricia Lacruz acaba de confirmar la pronta puesta en marcha de una agencia para la evaluación de fármacos ¿Considera que podría ser un elemento útil para la agilización de los trámites en la aprobación de nuevos medicamentos? ¿Y la aportación del ámbito local en la evaluación?

Claro que la evaluación de lo local es muy importante. En Cataluña o en Andalucía, por ejemplo, hay grandes organismos evaluadores, aunque lo que importa finalmente es la coordinación. Si está claramente coordinado y las funciones de lo que se está haciendo están ordenadas, es un apoyo grande. Todos los sistemas de organización tienen sus ventajas y desventajas. En un sistema descentralizado como el de España el talento y las localizaciones son diversos. Es importante descender al detalle. ¿Cuál es el objetivo? ¿Va a llevar a coordinar y dar relevancia a los datos que se van obteniendo? Vamos a esperar al anuncio definitivo y a ver qué rumbo se quiere tomar en esta cuestión.

En estos tiempos convulsos, ¿qué debemos tener presente?

Es preciso hacer, por el momento en el que estamos, una especial referencia a cuestiones que resultan fundamentales, como la seguridad. Nosotros, en este momento de crisis hemos mantenido tres prioridades. En primer lugar, la seguridad de nuestros empleados, junto con la garantía de suministro y el desarrollo de la investigación. Me gustaría insistir en la responsabilidad de garantizar la seguridad a todos los trabajadores. Como directores de compañía es nuestra obligación ayudar y transmitir esa seguridad. Para ello es preciso desarrollar una labor de flexibilización, logrando un equilibrio profesional y personal. Con la diversidad de perfiles que tenemos en MSD es preciso aportar soluciones laborales adecuadas a las personas. Estamos en un momento en el que podemos poner en valor la ciencia. El sector está de relevancia. Me gustaría que esa relevancia no se limite a los tiempos de crisis. Las compañías somos parte de ese grupo de colaboración que apunta a la investigación. Nuestro slogan, Inventig for life está hoy más de actualidad que nunca.