Los antidiabéticos mantienen el modelo de fármacos ‘superventas’

Aunque en el pasado se ha hablado de que la industria farmacéutica iba a tener que adaptarse a un nuevo modelo de negocio lejos de los tradicionales medicamentos superventas, la elevada demanda de antidiabéticos recuerda al sistema convencional de innovación generadora de beneficios millonarios.

La de David Ricks, máximo responsable de la compañía Eli Lilly, es una de las voces que hace pensar que la industria va a seguir operando dentro del modelo de inversión en innovación y generación de ingresos multimillonarios gracias a los fármacos superventas, aunque este esquema conviva con otros. En el encuentro Medical Innovation Forum que se organiza cada año en Boston (Estados Unidos), Ricks ha dicho con rotundidad que su nueva terapia para la diabetes (Mounjaro) va a batir todos los registros precedentes: “Nunca he participado en un lanzamiento del cual agotáramos existencias a esta velocidad y, aunque esto es una lástima (por los problemas de suministro), también es testimonio de la demanda existente”.

Como ha ocurrido con varias terapias de este tipo en los últimos tiempos, el fármaco en cuestión ha sido aprobado inicialmente para el tratamiento de la diabetes tipo 2. Aunque los investigadores están estudiando y publicando series sucesivas de datos sobre sus beneficios en el control del peso, muchos se han adelantado y están empleándolos con ese fin, fuera de indicación, lo que ha desembocado en problemas de suministro para las compañías que los comercializan.

Admitiendo que el uso fuera de indicación existe, Ricks ha matizado que la compañía está centrada en la actualidad en la población con diabetes. “Hace varias generaciones que el objetivo en esta enfermedad era ralentizar su progresión todo lo posible, pero estamos en una situación en la que podemos emplear una molécula potente desde el primer momento, con potencial para revertir los efectos de la enfermedad en el tiempo”, ha indicado.

Si llega la aprobación para la obesidad, la epidemiología de ambas enfermedades, que ha sido calificada de alarmante por las sociedades científicas y no deja de aumentar, permite intuir que, efectivamente, el modelo de fármacos superventas está lejos de haberse agotado.

Según la Federación Internacional de Diabetes, esta condición afecta al 10,5% de la población mundial de edades comprendidas entre los 20 y los 79 años.

A la altura de 2045, prevén que uno de cada 8 adultos viva con esta condición. Serán 783 millones de personas, y el incremento de casos, del 45%. Se da la circunstancia de que el 90% de esos casos son de diabetes tipo 2. Los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la obesidad indican que se ha triplicado desde 1975, que el 39% de los adultos tienen sobrepeso (en grado de obesidad para más de 650 millones de personas).

En la población pediátrica, 39 millones de niños menores de cinco años padecen sobrepeso u obesidad, y más de 340 millones de niños y adolescentes (entre 5 y 19 años) están en la misma situación.

Sociedades científicas como la SEEDO (Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad) reclaman el acceso a estas terapias con financiación pública. En su último congreso anual, portavoces de esta sociedad han lamentado que se discrimine a los pacientes obesos haciendo que paguen ciertos tratamientos que sí están accesibles para personas con condiciones como la diabetes.

Además de la eficacia de los nuevos fármacos, los expertos de la SEEDO, entre otros, han explicado que es más coste-eficiente tratar de forma eficaz la obesidad que sus complicaciones, que son numerosas y suponen una carga asistencial de envergadura para el Sistema Nacional de Salud. Los datos recientes, recopilados por elEconomista.es, indican que el sobrepeso se lleva el 9,7% de la factura sanitaria total en España.