Belén Diego

El consumo excesivo de antibióticos incrementa el riesgo de leucemia

Un estudio del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL) figura entre los trabajos destacados por el comité científico de la Sociedad Europea de Hematología (EHA) en su congreso anual, que acaba de celebrarse de forma virtual e interactiva en la segunda mitad de junio

El último congreso de la Asociación Europea de Hematología (EHA) se ha celebrado de forma virtual aprovechando una innovadora plataforma tecnológica basada en la inteligencia artificial. El presidente del comité científico, el finlandés Kimmo Porkka, considera “muy poco probable” que los congresos médicos vuelvan a ser los encuentros cara a cara del pasado. Para Porkka, se puede combinar lo mejor de los encuentros convencionales ‘a la antigua’ y los que vienen después de la pandemia recurriendo a la tecnología y, basándose en la ciencia que se ha dado a conocer en esta inusual edición, “este es el mejor congreso de la EHA”. El equipo de expertos que él ha liderado para la organización ha realizado una selección de los hallazgos más relevantes, entre ellos un trabajo realizado por investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL), encabezado por Carolina Vicente-Dueñas.

El trabajo de Vicente-Dueñas y sus colaboradores es un estudio experimental con ratones que indica que las alteraciones del microbioma intestinal -el delicado ecosistema de microorganismos como bacterias beneficiosas para el organismo, entre otros- por el consumo de antibióticos puede ser un factor de riesgo para desarrollar leucemia. Su trabajo arroja luz sobre el mundo de las interacciones entre el microbioma y el sistema inmunológico. Este último es determinante en la capacidad que el propio cuerpo tiene de combatir muchas formas de cáncer, y cada vez más terapias se apoyan en él para ganar eficacia. En un balance orientado a lo positivo, durante su intervención en el encuentro la investigadora dijo: “El riesgo de desarrollar leucemia podría reducirse modulando el microbioma intestinal en etapas tempranas de la vida”.

Otro de los trabajos destacados por el comité científico fue el análisis de la eficacia y seguridad de una “terapia segura y sorprendentemente eficaz” para el segundo trastorno hemorrágico hereditario más frecuente del mundo -con esas palabras en el título de la presentación-. El medicamento es bevacizumab y la enfermedad es la telangiectasia hemorrágica hereditaria (también conocida por las siglas HHT o como enfermedad de Osler-Weber-Rendu).

La HHT se caracteriza por malformaciones entre las arterias y las venas, sobre todo en la nariz, los pulmones, el cerebro y el hígado. Pueden aumentar su tamaño y romperse, dando lugar a hemorragias. Suele tratarse con medicamentos de tipo hormonal, o bien algunos que inhiben el crecimiento de los vasos sanguíneos, así como medicamentos que retrasan la disolución de los coágulos. Según el investigador Hannny Al-Samkari, del Hospital General de Massachusetts, en Boston (Estados Unidos), los datos presentados en el congreso sobre este tratamiento, que se administra por vía intravenosa, permiten considerarlo una opción de tratamiento estándar para personas que sufren hemorragias moderadas o severas causadas por la enfermedad.

Peter Hillmen, del Hospital Universitario St. James de Leeds (Reino Unido), presentó los resultados de un nuevo fármaco para la hemoglobinuria paroxística nocturna (PNH), una enfermedad poco frecuente pero seria que afecta a las células sanguíneas y hace que los pacientes tengan que recibir transfusiones con frecuencia. El trabajo fue destacado por el comité entre los hallazgos más relevantes del encuentro. Es la primera vez que un medicamento de este tipo (inhibidor C3) es objeto de un estudio aleatorio en fase III, la última antes de la aprobación por parte de las autoridades sanitarias.

Desde el Hospital Universitario de Colonia (Alemania), Peter Borchmann presentó los resultados de un estudio que también se hizo un hueco entre los más significativos. En este caso, los autores analizaron los procedimientos habituales en el tratamiento del linfoma de Hodgkin intentando simplificarlo y, por tanto, ahorrar tratamientos a los pacientes -y al sistema sanitario- sin perder eficacia. El equipo sugiere que es posible omitir la radioterapia en fases precoces si se define bien cuáles son los pacientes adecuados y se adapta la terapia en función de los resultados de los PET -una herramienta de diagnóstico-. Los investigadores vieron que, para pacientes jóvenes -en torno a 30 años-, esta es una alternativa que puede traducirse en menor riesgo de efectos adversos a largo plazo, incluyendo enfermedades cardiovasculares y tumores secundarios.

Para evitar el rechazo agudo después de un trasplante de médula alogénico -procedente de un donante- se presentaron los resultados de un estudio con ruxolitinib, que funcionó mejor que la terapia convencional en ciertos grupos de pacientes: los de edades comprendidas entre los 18 y los 65 años y los que no habían respondido o habían recaído después de que se les administraran esteroides a dosis elevadas. Ese estudio lo presentó Robert Zeiser, del Hospital Universitario de Friburgo (Alemania).

En uno de los encuentros virtuales con la prensa organizados por la EHA, Simone Edenhofer, de la Clínica Universitaria de Ulm (Alemania), dio a conocer los resultados de una nueva combinación de medicamentos para mejorar los resultados de la terapia en pacientes con leucemia linfocítica crónica de alto riesgo, “una enfermedad en la que el pronóstico aún dista de ser satisfactorio”. La nueva combinación se denomina régimen GIVe y se perfila como un “prometedor” tratamiento de primera línea para estas personas.

Se habló de “nuevo paradigma”, una expresión que tiende a reservarse a las innovaciones terapéuticas más drásticas, en la sesión presentada por Pier Luigi Zinzani, de la Universidad de Bolonia (Italia). Su equipo de investigadores analizó la eficacia y seguridad del tratamiento con pembrolizumab en pacientes con linfoma de Hodgkin clásico que recaen después de haber sido tratados. Para estos pacientes las opciones terapéuticas son “muy limitadas”, advertía el experto, particularmente si ya se han sometido a un trasplante o, por algún otro motivo, no son candidatos a ese procedimiento. Los datos presentados en el congreso invitan a pensar que este fármaco “debería considerarse la opción preferente y un nuevo estándar de terapia para las personas con linfoma de Hodgkin que se encuentran en estas circunstancias, valoró el investigador.

De “prometedores” se calificaron los resultados de un estudio entre las fases II y III con imetelstat para personas con síndromes mielodisplásicos, presentados por Uwe Plazbecker, de la Universidad de Leipzig (Alemania).

Entre los trabajos destacados también figura un estudio centrado en el tratamiento de pacientes pediátricos. Se trata de un análisis que parte de una buena noticia: “El tratamiento del cáncer infantil es una historia de éxito, particularmente en lo tocante a la leucemia linfoblástica aguda (ALL)”, explicaba Christina Peters, del Hospital Infantil St. Anna de Viena (Austria). Aunque más del 90% de los pacientes con ALL menores de 18 años se tratan bien con quimioterapia, “el 10% restante requieren tratamientos alternativos”. Para ellos se puso en marcha el estudio FORUM. De acuerdo con sus resultados, también seleccionados por el comité científico, la combinación de irradiación corporal total -también conocida por sus siglas en inglés, TBI-, y altas dosis de quimioterapia. Es una opción muy eficaz, pero se seguirá investigando sobre otras opciones, ya que esta acarrea riesgos en la salud a largo plazo.