Belén Diego

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Según lo datos de la Organización Mundial de la Salud, el número de pacientes que padecen esta enfermedad era de 422 millones en 2014

De acuerdo con los datos del Ministerio de Sanidad, el consumo de medicamentos para el control de la diabetes en España ha estado aumentando de forma sostenida en los últimos años. El consumo de medicamentos antidiabéticos en España -tanto orales como insulinas- entre los años 2000 y 2014 se ha incrementado. La metformina ha sido el antidiabético más consumido en términos absolutos y su consumo se ha incrementado hasta el 2009 aunque se ha estabilizado en los últimos cuatro años, coincidiendo con el incremento del uso de combinaciones a dosis fijas.

Aunque el último análisis en profundidad de este fenómeno por parte del propio ministerio es de 2016, estudios posteriores indican una tendencia al alza en las dosis diarias empleadas hasta 2017.

El incremento parece asociado al mayor número de pacientes en todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud, mientras que el número de personas con diabetes en 1980 era de 108 millones, en 2014 ya eran 422 millones de personas las que convivían con esta enfermedad.

Un estudio reciente llevado a cabo por la agencia portuguesa del medicamento (Infarmed), indicaba que entre 2009 y 2018 el consumo de medicamentos antidiabéticos se había incrementado en un 44% en el país. Los autores no atribuían ese incremento a que haya una mayor población de pacientes, sino más bien a que se está intensificando la terapia: están tomando más medicamentos para controlar esta condición.

Según ellos, “en el país existe un margen para potencial un uso más adecuado de las terapias para el control de la diabetes mellitus -el nombre exacto de esta dolencia-, así que es importante monitorizar esta área terapéutica y promover el empleo de instrumentos para mejorar los resultados en salud con un mejor manejo de los recursos públicos”.

Alfonso López Alba, endocrinólogo y responsable de comunicación de la Sociedad Española de Diabetes, apuesta por una gestión eficiente de la diabetes. El estudio sobre empleo de medicamentos antidiabéticos en Portugal le remite al “eterno problema” entre la gestión adecuada de los recursos sanitarios y la adecuada atención a las personas con diabetes.

López Alba plantea la siguiente pregunta: ¿Es beneficioso para las personas con diabetes, recibir fármacos de última generación que minimizan el riesgo de hipoglucemias y evitan las terribles complicaciones de la diabetes mal controlada -ceguera, insuficiencia renal, infartos de miocardio y muertes cardiovasculares, o debemos plantear un tratamiento orientado al ahorro económico en Portugal o en nuestro país con el tratamiento de las personas con diabetes?”

Este experto recuerda que la diabetes mellitus es la verdadera epidemia de las enfermedades no transmisibles, con casi 500 millones de personas afectadas en el mundo. Es un dato que debería ser mejor conocido por los autores del estudio, sugiere.

Adentrándose en la actualidad, en medio de la terrible pandemia actual de coronavirus, “¿sabemos que la diabetes con hipertensión arterial es la primera condición asociada a la letalidad de los afectados?” El hecho de que existan más pacientes tratados con insulina en Portugal, con el consiguiente incremento de su gasto asociado, aparte del incremento de coste por la inflación y de disponer de insulinas más eficaces y seguras, tiene que ver con el envejecimiento de la población, que acaba requiriendo, por el agotamiento de la célula beta, el inicio de la terapia con este medicamento, apunta.

Al especialista le resulta chocante que sorprenda el amplio empleo de la metformina, un medicamento oral que toman muchas personas con diabetes, que pueden controlar así la enfermedad sin necesidad de pinchazos. “La metformina pertenece al primer escalón del tratamiento, eso hace pensar que los autores del análisis padecen falta de pericia clínica, ya que ignoran que este fármaco se mantiene combinado con las siguientes terapias más complejas”.

“Sin intentar polemizar, retaría a los autores del estudio a que hicieran el mismo estudio acerca de la intensificación de los medicamentos para el cáncer, en los últimos diez años y la eficiencia que ha tenido ese brutal incremento del gasto, en cuanto a resultados de años de vida o calidad de vida ganados”, añade. El experto lamenta que la diabetes haya sido tradicionalmente “la cenicienta de las enfermedades”, aun siendo la que más impacto económico produce (5.809 miles de millones de euros comparados con los 4.818 del cáncer).

Ese gasto -matiza- no se debe a la enfermedad en sí, sino al tratamiento de las complicaciones debidas a un mal control previo, a un diagnóstico tardío, a no poner en marcha medidas de educación diabetológica precoces.

Es una cuestión en la cual los buenos gestores y el objetivo de no retrasar los tratamientos eficaces en las primeras fases de la diabetes son cruciales. El ejemplo del coronavirus y del Covid-19 -la enfermedad que provoca- debiera significar una lección de futuro para los reguladores. Más de 19 millones de personas sufren una enfermedad crónica en nuestro país, lo que significa que el 42% de la población mayor de 15 años convive con una afección de por vida. Del total de españoles mayores de 18 años, el 13,8% son pacientes diagnosticados con diabetes tipo 2, lo que supone que más de 5,3 millones de personas sufren esta patología en España, según datos del Grupo de Diabetes de SEMERGEN (Sociedad Española de Medicina Rural y Generalista).

La mirada de los gestores, como los autores del trabajo sobre Portugal, se vuelve inevitablemente a los recursos, pero la perspectiva de los pacientes atiende a otras necesidades. En el momento del diagnóstico, lo más valorado por los pacientes son las recomendaciones en consulta sobre cómo cuidarse. El papel de los profesionales sanitarios en este instante es clave. En la segunda fase, la de corresponsabilización, el paciente toma conciencia de que tiene que cuidarse y se hace auto-responsable de su enfermedad. Si en algún momento requieren ingresar en el hospital, para los pacientes es imprescindible que los profesionales en contacto con él tengan toda la información sobre su enfermedad.

Hoy este es uno de los hechos mejor valorado de todo el proceso de hospitalización, de acuerdo con los datos del informe Experiencia del paciente diabético en la sanidad privada: evolución, procesos y roles, de la Fundación IDIS. El estudio es un intento por entender la percepción de los pacientes durante toda la asistencia sanitaria: desde el diagnóstico a las interacciones con el profesional.

La valoración media de los roles clave del proceso diabético se sitúan en 8,3 en humanidad y 8,5 en conocimiento, de acuerdo con la apreciación de los pacientes sobre la labor de los profesionales de la sanidad privada.