Antonio Lorenzo

Ismael Asenjo, director de Tecnología de Vodafone España: “Pudimos anticipar la capacidad de nuestras redes en cuanto vimos lo que ocurría en Italia”

La conectividad de más de 16 millones de españoles fue un valor seguro durante los peores meses del confinamiento. Todo funcionó de manera impecable y la culpa no fue de la suerte. Casi nunca lo es. Y menos cuando se trata de servicios sobre los que se sustentan la actividad ‘online’ de un tercio del país

Parte del mérito de la ejemplar respuesta de los españoles ante el confinamiento por el Covid-19 corresponde al desvelo y compromiso de los profesionales que desarrollan y mantienen las redes de telecomunicaciones, entre las que destacaron las de Vodafone España. Sin el vital soporte de estas infraestructuras nada hubiera sido lo mismo. Al frente de los equipos se encuentra Ismael Asenjo, jefe de un operativo que anticipó todos los resortes en cuanto vio las orejas del virus en Italia.

¿Cómo valora el comportamiento de la red de Vodafone durante los peores días del Covid-19?

El comportamiento de la red ha sido espectacular, de sobresaliente alto. Y el mérito corresponde al trabajo que hay detrás y a la calidad de unas infraestructuras envidiadas en muchos países europeos.

¿Con qué nivel de tráfico han convivido?

En las primeras semanas del Covid concentramos el incremento de tráfico habitual de todo un año. Para hacerse una idea, los tráficos de voz fija se multiplicaron por 2,5 frente a lo que teníamos poco antes, para luego estabilizarse con incrementos del 60%. En la parte de los datos, el aumento de las primeras semanas fue del 60-70%, para después amortiguarse en el 40-50%.

Pese a tan colosal demanda, las redes respondieron con solvencia. ¿Cuál fue la clave del acierto?

Uno de los grandes secretos ha sido la anticipación. En nuestro caso, al estar en una organización global, aprendimos de Italia.

Entiendo que se pusieron a trabajar como si la situación italiana se fuera a replicar en España...

Así es. Nos pusimos manos a la obra, por si pudiera replicarse aquí. Honestamente no pensábamos que pudiera ocurrir, aunque empezamos a trabajar como si así fuera. Nos adelantamos a hacer pilotos de teletrabajo para toda la organización dos semanas antes que el resto.

En la parte de red, anticipamos las ampliaciones de capacidad donde más se necesitaba y realizamos las actuaciones necesarias en los sitios más relevantes. Fue importante no solo para nosotros sino también para nuestros suministradores y las empresas contratadas. Todos ellos han hecho un servicio absolutamente encomiable.

¿Cómo fue el plan de crisis?

Creamos un plan con cuatro grandes bloques: el primero consistió en crear un entorno general de teletrabajo. También aseguramos la seguridad y salud de las personas, tanto de nuestros empleados como proveedores y suministradores. El tercer pilar consistió en garantizar las capacidades de la red para responder siempre a la demanda de tráfico adicional; y la cuarta función consistió en garantizar la disponibilidad de nuestros servicios de operaciones y mantenimiento de infraestructuras de red.

¿Qué destacaría de aquellos días?

Me llama la atención el cambio de perfil, no solo en el uso, sino en las horas de actividad. Durante las semanas de confinamiento apreciamos que el tráfico se aplanó en todo lo alto y a todas horas. Así, los clientes teletrabajaban por la mañana y por la tarde se movían hacia el ocio, lo que provocó que la red soportara parecida intensidad durante casi todo el día. La situación de estrés ha sido muy elevada y es un gran placer decir que no hemos tenido ninguna incidencia relevante y que el feedback de los clientes ha sido muy positivo.

¿Cuántas personas formaron la operativa?

El equipo estuvo formado por 750 profesionales, que incluye la parte de diseño, la optimización y la operación de la red. La cifra se eleva a 2.500 con los proveedores y contratas que trabajan para nosotros.

¿Hubo algún momento crítico?

La mayor tensión residía en que nunca había un momento para poder tocar la red con el mínimo riesgo, porque el tráfico siempre estaba arriba casi todo el día.

¿Qué hubiera sido de este país si las redes no llegan a funcionar como lo hicieron dutrante el confinamiento?

Las telecomunicaciones y las redes fueron rápidamente consideradas un elemento crítico y eso hizo que la situación de confinamiento fuera un poquito más gestionable. El objetivo era que los niños y los universitarios pudieran continuar con las clases desde casa y que fuéramos capaces de teletrabajar o de llevar el ocio al hogar. Si nuestras redes no hubieran estado preparadas se hubiera detenido la actividad industrial y empresarial de todo el país y estaríamos hablando de una situación económica y social mucho peor de la que hemos vivido.

¿Cuánto habéis envejecido en los últimos meses?

La dedicación ha sido plena. Pero más que con el envejecimiento de cada uno me quedo con el buen sabor de boca y el orgullo de ofrecer el nivel de calidad de la red y haberla puesto a disposición de los clientes en el momento en el que más se necesitaba. No hizo falta llamar a nadie para que toda la plantilla se volcara a todas horas. Todos sabían de la relevancia de la red en aquellos momentos. Y el agradecimiento es extensivo a los suministradores de red (Ericsson, Huawei y Nokia); las contratas y las empresas e instaladores que trabajan para nosotros. Hubiéramos sido incapaces nosotros solos.

¿Qué podemos aprender de todo lo vivido y trabajado?

Como país e industria, espero que haya quedado claro que las infraestructuras que tenemos en España ofrecen un valor diferencial frente a otros países y eso hay que ponerlo en valor. Hay que asegurar que seguimos invirtiendo en las redes.