Inés Oria

‘Reutivar’ muestra las ventajas del riego con aguas depuradas

Impulsado por Feragua, los resultados de la primera prueba piloto en olivares andaluces demuestran la viabilidad de este sistema que contribuye a mitigar el cambio climático.

Utilizar aguas residuales depuradas para atender la demanda de riego de los cultivos que mayor cantidad consumen en todo el campo andaluz. Este es el objetivo de Reutivar, el plan impulsado por la Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía, Feragua, y financiado por la Unión Europea. La prueba piloto del proyecto, realizada en la Comunidad de Regantes de Tintín, en Montilla (Córdoba) ha demostrado que el uso de aguas regeneradas para regar los olivares resulta óptimo y que, además, fortalece la economía circular y reduce el impacto del cambio climático.

Reutivar desarrolla un modelo de riego sostenible del olivar que integra, por un lado, las aguas regeneradas, y, por otro, los sistemas fertirriego de precisión y la reutilización de los principales nutrientes necesarios para este tipo de explotaciones. Lo hace, además, con resultados favorables, según el ensayo en 150 hectáreas cordobesas.

El modelo avanza también en la disminución de los riesgos asociados a la aplicación de aguas regeneradas. Para ello, establece un enfoque que sus impulsores denominan “multibarreras”, protegiendo a los usuarios, al cultivo y al medio ambiente, y aplicando medidas que reducen la transmisión de microorganismos. Para lograrlo, entre otras acciones, se ha optado por el riego localizado subterráneo (evitando así el contacto del fruto con el suelo durante la recolección, pudiendo ser instalados paraguas) o la integración en el proyecto, paralelamente, del procesamiento industrial de la cosecha y de medidas de protección de los operarios.

Freno a la despoblación

El modelo de riego basado en las aguas regeneradas, un recurso no convencional, demuestra además su potencial para enfrentar los problemas derivados de la falta de recursos en no pocas zonas regables del campo andaluz, por lo que se convierte en una herramienta para fijar la población en el territorio haciendo así frente al reto demográfico.

En la actualidad, el Plan Hidrológico del Guadalquivir reserva 20 hm3 para el uso de aguas regeneradas en nuevas zonas regables, aunque la Junta de Andalucía promueve ya el desarrollo de proyectos basados en el uso de este recurso en las cuencas litorales, con una previsión de destinar más de 150 hm3 en los próximos años.

Contra el estrés hídrico

El cultivo del olivar representa el 60% de la superficie de riego total de Andalucía y es, por tanto, una actividad clave para la dinamización social y económica de la Comunidad. La Junta establece que más de 629.000 hectáreas del territorio están ocupadas por olivares; de ellos dependen 22 millones de jornales en una campaña media, la economía de 250.000 familias de olivareros y los habitantes de hasta 300 pueblos andaluces para los que la oliva supone su actividad económica capital.

Paralelamente, se estima que este cultivo reclama, también anualmente, más de 864 hm3 de agua o, lo que es lo mismo, el 21% de la demanda total de agua de la Comunidad Autónoma andaluza. Las previsiones apuntan, también, a que estas cifras aumentarán paulatinamente debido a los efectos del cambio climático, incidiendo directamente en el déficit hídrico de las cuencas de la región y obligando, próximamente, a recurrir a nuevas fuentes para atender los cultivos.

En este sentido, Reutivar se presenta como un modelo viable, en el que las aguas regeneradas cumplen con los criterios de calidad establecidos en las normativas, además de económicamente ventajoso, puesto que supone un consumo energético bajo y unos costes controlados.