Rafael Daniel

La Tasa Google, nueva amenaza para las exportaciones

Sin esperar a la UE, el Gobierno implantará en enero la denominada Tasa Google, que grava a las compañías tecnológicas norteamericanas. El sector agrario rechaza una medida que amenaza con nuevas represalias que se sumen a los actuales aranceles a las exportaciones a EEUU

Con la puesta en marcha el próximo año del Impuesto sobre determinados Servicios Digitales, conocida como Tasa Google, el Gobierno echa más leña al fuego en las difíciles relaciones comerciales de nuestro país con Estados Unidos, que desde 2019 grava con un 25% las exportaciones de productos como la aceituna de mesa, el vino, el aceite de oliva, el queso o las frutas y hortalizas por las ayudas de la UE a Airbus.

Pedro Sánchez no ha querido tener en cuenta que la UE se da de plazo hasta 2023 para implantar una tasa similar o que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) intenta conseguir un acuerdo global para poner en marcha un gravamen que vuelve a poner al sector agrario en el punto de mira de posibles represalias.

Además, la tasa llega en un momento en el que la elección de Joe Biden a la Casa Blanca y la autorización de la OMC para que Europa responda con contramedidas a los aranceles de Donald Trump habían generado en el campo esperanzas de un acuerdo entre las dos partes para anular las trabas comerciales que afectan a unas ventas españolas de 900 millones de euros al año.

Antonio de Mora, secretario general de Asemesa, la asociación que aglutina a los industriales y y exportadores de aceituna de mesa, se muestra “totalmente en contra” de la implantación de esa tasa porque supone “un riesgo altísimo” de que provoque reacciones arancelarias contra los productos agroalimentarios españoles. “Estados Unidos no es como la Unión Europea que se piensa las cosas meses y meses para el final en la mayoría de los casos no hace nada, como nuestro Gobierno. Si ve que se actúa contra sus intereses responde”.

El sector de la aceituna de mesa es el que más intensamente ha sufrido las decisiones de Donald Trump. A finales de 2017, la administración americana gravó con un arancel del 35% la aceituna negra por las ayudas de la PAC a la agricultura europea, lo que ha supuesto la pérdida de un 55% de ese mercado. Dos años más tarde fue la aceituna verde la que sufrió un gravamen del 25%, en este caso por las ayudas a Airbus.

De Mora pone en evidencia las contradicciones del Gobierno en su política comercial. “Lo que sorprende mucho es que cuando pedimos al Ministerio que negociase y presionase a Estados Unidos por los aranceles impuestos por el conflicto aeronáutico, dijo que había que alinearse con la UE y esperar a la resolución de la Organización Mundial de Comercio sobre la legalidad de las ayudas a Boeing, pero en cambio ahora van por libre e implantan una tasa que es inoportuna e inadecuada. Si hay que ponerla en marcha, que sea en el marco de la UE y fruto de la negociación con Estados Unidos, no nuestro Gobierno que no se caracteriza por la fortaleza”.

El también portavoz de Asemesa critica en este sentido que “parece que estamos en la UE para unas cosas, pero para otras no. Eso crea una inseguridad jurídica a las empresas que es incomprensible”. De Mora no confía demasiado, además, en que el distinto talante de Biden vaya a evitar represalias. “Ellos tienen un gobierno, sea republicano o demócrata, que defiende sus intereses”.

Rafael Pico, director gerente de la Asociación de la Industria y Comercio Exportador del Aceite de Oliva Asemesa) confía en un acuerdo entre Estados Unidos y la UE sobre el conflicto aeronáutico, aunque “la implantación de la tasa Google no es una buena noticia porque todo lo que enrarezca las negociaciones no es una cuestión baladí y alguna incidencia tendrá, aunque espero que no sea mucha”.

El economista y profesor de la Universidad británica de Esexx, Javier Santacruz, también es claro al afirmar que la implantación de la Tasa puede provocar reacciones del Gobierno norteamericano. “Sin duda, de la misma manera que amenazó a Francia con aranceles, lo hará con España y con el resto de países que tienen importantes relaciones comerciales con Estados Unidos que implantarán el impuesto digital en los próximos meses. La nueva Administración Biden a partir del 20 de enero puede atenuar o alargar en el tiempo la decisión, pero es muy improbable que la cancele”.

Para este experto, la producción agroalimentaria es el “blanco más fácil” para sufrir las represalias. “El Departamento de Comercio de Estados Unidos ve las ayudas a la PAC como dumping comercial, aunque Estados Unidos sea muy intervencionista sobre la renta de los agricultores y la intervención directa sobre la oferta”.

Santacruz subraya otro factor de inoportunidad en la implantación de la tasa, cuando parece casi seguro que va a haber una salida sin acuerdo del Reino Unido de la UE. “Es un factor de riesgo más importante, ya que UK es la principal contraparte en comercio de bienes con Estados Unidos. Se trataría de un punto en el que los exportadores agroalimentarios españoles pondrían en riesgo dos mercados vitales, especialmente el británico, del cual muchos exportadores lo toman como punto intermedio para el procesamiento y entrada a otros países minimizando los impactos arancelarios”.

Desde el sector del vino también muestran el rechazo. “Nosotros abogamos y así se lo hemos trasladado al Gobierno por desescalar el conflicto arancelario, sobre todo no dando argumentos para la utilización espuria que ha hecho la administración americana mezclando los productos agroalimentarios con conflictos que no tienen nada que ver”, afirma el director general de la Federación Española del Vino (FEV), José Luis Benítez.

El vino es el sector más afectado “cuantitativamente” por los aranceles. “Si vamos a exportaciones, margen y pérdida de rentabilidad nos hace mucho daño” asegura Benítez, quien insiste que, respetando las decisiones fiscales del Gobierno, “no nos parece lo más deseable y cuantos menos palitos pongamos en la rueda mejor”.

Desde la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) y la Plataforma de Afectados por los Aranceles se asegura que “esperamos que el sector no se vea implicado nuevamente de manera arbitraria y reiteramos nuestra petición de que se retiren de inmediato los aranceles a los productos alimentarios españoles”.

Miguel Huerta, secretario de la Asociación Nacional de la Industria Cárnica (Anice) reconoce que la Tasa Google añade “incertidumbre” en las relaciones comerciales con Estados Unidos en un momento de transición política en aquel país y cuando hay un contencioso pendiente entre la administración americana y la Unión Europea por los aranceles que ambas partes se han impuesto por las ayudas a Airbus y Boeing.

En este sentido, Huerta asegura que “tenemos que esperar para saber cuál es la posición del nuevo presidente estadounidense en las relaciones comerciales con Europa para poder analizar el impacto que podría tener esta medida en las exportaciones agroalimentarias aunque esperamos que no tenga mayores consecuencias”.

Estados Unidos apenas representa el 1,1% de las exportaciones españolas de porcino tanto a la UE como a países terceros. “No obstante, para algunos productos, como los jamones curados, es un mercado muy importante, ocupando el primer lugar dentro de los destinos extracomunitarios y el quinto globalmente”, añade Huerta.

Otro experto, el profesor de Economía Internacional de CEF-Udima, Javier de la Nava, reconoce que puede haber represalias “pero un puede con minúsculas. Depende del talante con el que venga Biden, que no va a ser el mismo que el demostrado por Trump”.

Lo que De la Nava ve “más factible” es que en el seno de la OCDE se abran una serie de negociaciones que lleguen a buen puerto y se vaya diluyendo todo ese riesgo del proteccionismo en el comercio.

En el ámbito de la UE

De la Nava reconoce que la implantación de la tasa “no tiene sentido si no se hace en el ámbito de la Unión Europea. Es cierto que lo que antes se esperaba, que eran medidas drásticas en el ámbito del comercio mundial, va a ser diferente de la Administración Trump. Ahora, no nos dejemos arrastrar por la euforia porque esto es el apellido, lo sustantivo es que es la administración norteamericana”.