Enrique Palomo

Hacia una cosecha de cereales histórica

En una campaña climáticamente perfecta, todos los indicadores hacen pensar que se puede superar los registros. En el lado negativo, la tendencia de los precios va a la baja.

España camina hacia una cosecha de cereales que puede pulverizar todos los récords desde que existen registros. A escasos 15 días de que arranquen las cosechadoras en Andalucía, si todo discurre con normalidad, las previsiones apuntan a un “cosechón” que puede pulverizar los registros de los años históricos de 2013, 2016 y 2018 donde se superaron los 24 millones de toneladas.

“Ni los mejores sueños de los agricultores hubieran reproducido un panorama tan favorable para el desarrollo de nuestros cereales”, explica Toño Catón, director de cultivos herbáceos de Cooperativas Agro-alimentarias de España.

El clima ha acompañado, ha llovido abundantemente y las temperaturas han sido ideales. “Además del agua, es fundamental que no haga mucho calor en abril y mayo que puede estropear lo avanzado en el año y durante 2020 esto no han sucedido. No hemos tenido excesivo calor y si unas temperaturas suaves, lo que ha favorecido el desarrollo del cereal”, comenta el responsable de Cooperativas Agro-alimentarias de España. Incluso hubo una pequeña sequía en la primera quincena de marzo que fue beneficiosa porque después no dejó de llover y esos días sin precipitaciones evitaron el lavado de fertilizantes y la realización de labores de abonado y tratamientos.

Clima perfecto

A los factores climáticos se han unido también el buen manejo de los agricultores que han podido realizar todas las labores de forma óptima y la apuesta por la semilla certificada. “Las labores se han realizado en condiciones, se ha abonado y realizado los tratamientos a tiempo y hay cada vez una mayor apuesta por la semilla certificada que contribuye significativamente a la mejora de los rendimientos”, señala Toño Catón.

Por primera vez en mucho tiempo, la situación es excepcional en todas las zonas cerealistas de España, con unos agricultores que ya miran ilusionados y orgullosos, los mares de cereal imponentes que de momento solo ellos pueden recorrer. Nada parece que pueda hacer peligrar la que puede convertirse en la cosecha récord de todos los tiempos. “El riesgo de las heladas tardías prácticamente ha desaparecido y solo amenazan algún golpe de calor que ahora mismo con la humedad que tiene el suelo no supondría ningún problema e incluso vendría bien para madurar”, explica Ricardo Gago de Casasola de Arión (Valladolid).

Andalucía comenzará a cosechar a primeros de junio y sobre mediados de la segunda semana de junio empezaran a trabajar las cosechadoras en Extremadura y en las zonas más tempranas de Castilla-La Mancha. Castilla y León será la última en empezar ya que el cereal necesita algo más de tiempo, aunque esta vez va más adelantado que otros años.

Incertidumbre en la demanda

Si en cuanto a la producción todos los datos son claros, los nubarrones se ciernen ahora sobre la demanda. La crisis del Covid-19 ha arrojado incertidumbre en cómo se va a recuperar el consumo de pienso y harina tras el desplome del canal HORECA por la declaración del Estado de Alarma. “Tras los picos de gasto al principio de la pandemia, el descenso de consumo de pasta, harina y carne, que es muy importante en restaurantes y hostelería se ha desplomado”, advierte Toño Catón. Un factor que unido a cómo puede afectar la crisis económica y de empleo, al consumo de los hogares, deja muchas dudas en cuanto a la demanda de una población mundial cuya mitad sigue prácticamente confinada.

Los precios de los cereales llevan varias semanas en caída arrastrados por el exceso de oferta y las dudas en la demanda. Uno de los factores que ha influido es el descenso del consumo de cerveza por el cierre de los bares, restaurantes y hoteles. Del consumo anual de cebada que oscila entre 500.000 y 600.000 toneladas, casi un tercio, unas 200.000 toneladas, han vuelto al mercado de piensos por el cierre del canal HORECA lo que ha hundido los precios y arrastrado al resto de cereales por el efecto llamada.

Precios a la baja

La tendencia según los expertos apunta a una tranquilidad en los márgenes actuales o a bajadas de precio por el previsible descenso del consumo de los 81 millones de turistas que nos visitaban cada año y que previsiblemente no vendrán o lo harán con muchas restricciones. Sin ellos el consumo se seguirá resintiendo. Solo si al final el turismo se activa o la cosecha de cereales en Europa confirma unas producciones a la baja, puede que los precios se mantengan.

Al contrario que en España, la cosecha en Europa no se espera tan prometedora, las lluvias dificultaron las siembras y la sequía y el calor en el continente hacen que las previsiones de la cosecha europea no sean tan buenas como la española. La atomización de la oferta será también otro de los talones de Aquiles de los precios de los cereales en un país que necesita 38 millones de toneladas al año y que produce entre 18 y 19 millones de toneladas por lo que necesita importar otros 20 millones de toneladas aproximadamente.