El formato físico sigue siendo atractivo,también para el ‘retail’

Durante los últimos años, empresas, comercios y particulares han transformado sus rutinas y actividades cotidianas para adaptarse a las limitaciones impuestas por el contexto sanitario. En algunos sectores estas transformaciones, guiadas fundamentalmente por un componente digital a la hora de adaptar los distintos negocios, se han consolidado como la nueva normalidad, pero en otros las aguas están volviendo a su cauce en algunos aspectos. El mejor ejemplo de ello es el retail.

Aunque no cabe duda de que la pandemia aceleró la digitalización de la sociedad, también ha puesto de manifiesto la necesidad de que los retailers cuenten con una estrategia flexible que se adapte a los cambios en las demandas y preferencias de los consumidores que, aunque consulten en Internet, vuelven a inclinarse hacia la compra en espacios físicos.

La penetración del comercio online en España, que se duplicó entre 2020 y 2022, ha comenzado un proceso de ralentización: cerró el año 2022 en un 7,1%; una cifra inferior a la registrada en años anteriores. En contraposición a esto, las tendencias de consumo vuelven a dirigirse hacia el comercio presencial gracias, entre otros factores, a la dinamización de los flujos turísticos y la desaparición de restricciones de aforo.

En este sentido, frente a los incrementos del 49% y 19% en los ingresos del e-commerce durante 2020 y 2021, respectivamente, en el año 2022 estos descendieron un 5%. En los próximos ejercicios, si bien continuarán creciendo, lo harán de forma menos pronunciada. A esto se suma que los márgenes de beneficio de los operadores de comercio electrónico se han resentido en los últimos meses por el debilitamiento de la demanda de los consumidores, los gastos de expansión asumidos durante la pandemia y el aumento de los costes derivados de la gestión logística: energía, combustible, rentas, etc.

Ante este panorama, las tiendas físicas se posicionan como un activo clave en la estrategia de cualquier retailer, independientemente de su naturaleza, ya que el espacio físico conjuga las ventajas del comercio electrónico y la venta presencial. Así, la estrategia multicanal sigue siendo la mejor fórmula para los retailers, ofreciendo en cada uno de ellos lo que el consumidor demanda. El comercio presencial permite ofrecer dicha propuesta multicanal que repercute positivamente en los balances de los retailers: la venta de productos online y offline otorga a las compañías de distribución una mayor flexibilidad y capacidad de adaptación a los cambios en la demanda de los consumidores. A su vez, esto provoca que la explotación de un espacio físico redunde en un modelo de negocio más rentable y flexible ante disrupciones y cambios de preferencias de los consumidores.

Desde el punto de vista de la rentabilidad, el tener un punto de venta físico hace posible la reducción de los costes logísticos a los que se enfrentan sus operadores. Así, cada vez son más los retailers que aprovechan la infraestructura existente, muchas veces en ubicaciones prime, para el almacenamiento y la posterior distribución de productos. Con esto consiguen acortar la distancia entre el producto y consumidor y, al mismo tiempo, disminuir los costes a los que se enfrentan.

La mejor muestra de esto es que el modelo de negocio que combina las ventas online y las físicas ha seguido creciendo en España durante el último año. Así, marcas que nacieron como nativas digitales han seguido abriendo tiendas físicas en 2022 mientras que otros retailers puramente digitales se han decantado por dar los primeros pasos en la instalación de tiendas efímeras o pop-up en las principales arterias comerciales.

A esto debemos sumar que, además de ser más rentables en la coyuntura actual, las tiendas físicas permiten una operativa más sostenible al reducir las emisiones de gases contaminantes derivadas de los envíos de productos.

Por tanto, esperamos que la demanda de locales comerciales físicos en las principales arterias comerciales aumente en los próximos años impulsada en parte por retailers que nacieron centrados en el canal digital, aunque a priori pueda parecer contradictorio.

La consecuencia lógica de esta tendencia es algo que ya se está produciendo en las principales ciudades españoles: los ejes comerciales más importantes mantienen un gran atractivo para las empresas de gran distribución. Y muchos retailers continúan buscando espacio para entrar en nuevos mercados, reubicarse o ampliar su presencia física. De este modo, diversos operadores, fundamentalmente de los sectores de moda y deportes, se han implantado en las principales calles comerciales de Madrid y Barcelona durante el último año y comienzos del ejercicio 2023.

En lo que llevamos de año, hemos sido testigos de algunas operaciones muy destacadas como las aperturas de Lefties en Portal de l’Àngel y las que han tenido lugar en Rambla de Cataluña protagonizadas por Tous, Intimissimi, Grupo Soloh y Calzedonia. A esto se unen nuevas inauguraciones previstas para este año como las de Victoria’s Secret en la calle Gran Vía y WOW en Serrano, ambos puntos neurálgicos del retail en la capital. En el mercado barcelonés, Stradivarius o Ray-Ban también ocuparán nuevos locales en Paseo de Gracia.

Precisamente, Paseo de Gracia es una de las calles prime que mejor ejemplifica el interés renovado por las tiendas físicas: sus niveles de ocupación, que cayeron de manera significativa a finales del año 2020 como consecuencia de los efectos de la pandemia, se encuentran en cifras récord a cierre del primer trimestre de 2023. Este renovado atractivo empuja las rentas prime al alza, una tendencia ascendente que esperamos que se prolongue hasta el año 2026.