El gas ‘quema’ casi un tercio del negocio de las azulejeras

La factura energética del sector se multiplica por cuatro en dos años pese a reducir su consumo. Unos costes que representan el 30% de las ventas del sector en 2022.

El precio del gas ha convertido la industria cerámica en un sector altamente inflamable. Ni la caída de la producción y, con ella, del consumo de energía durante el año pasado ha frenado el imparable incremento de la factura del gas. La principal industria de Castellón destinó el año pasado 1.276 millones de euros al gas natural, un 88% más que el año anterior, según los datos de la patronal cerámica Ascer. Y eso que en 2022 se estima que el sector consumió un total de 14,9 TWh de gas natural, lo que supuso una disminución del 13% respecto al año anterior. El precio del gas para las empresas fabricantes de baldosas más que se duplicó respecto al año anterior.

Si al gas natural, el principal combustible, se une también la factura eléctrica, el panorama de los fabricantes de Castellón es aún más dantesco. Ascer cifra la factura de la energía para el total del sector de fabricación de azulejos en 1.683 millones de euros, “con un incremento del 79% respecto de la factura contabilizada en 2021 (939 millones) y del 305%, es decir, cuatro veces más, respecto a la factura de 2020 (415 millones de euros).

“Desde 2020 sufrimos un sobrecoste en la factura energética acumulado de cerca de 1.800 millones euros. El peso del coste de la energía en 2022 se estima que supuso el 30% sobre la facturación total en 2022”, señala un informe elaborado por Ascer, que además ha visto como tras meses reclamando un cambio al Gobierno central para permitir las ayudas públicas a las empresas que no están al día con el pago a proveedores, cuando por fin lo consigue la convocatoria de eleccciones vuelve a retrasar la entrada en vigor de esa medida.

Desde el sector explican que la demanda energética corresponde en más de un 90% a energía térmica, procedente de la combustión del gas natural, y el 10% restante a consumo eléctrico. Dado que el coste eléctrico por unidad de energía es bastante más elevado que el coste del gas, en términos económicos los porcentajes de reparto son del orden de 76% factura de gas y 24% electricidad. En su conjunto, la industria fabricante de baldosas cerámicas fue la responsable del 60% del gas industrial consumido en la Comunitat Valenciana, y del 9% del total de gas industrial consumido en España.

Durante 2022 el incremento de los precios de la energía ha sido constante llegando a picos inusualmente altos coincidiendo con el inicio de la guerra en Ucrania y durante los meses de verano con un importante impacto en la factura energética del sector, en su producción y empleo. En el inicio de la guerra, el 7 de marzo el precio medio de referencia se situó en 227,20 euros/MWh y en agosto se registró el pico máximo de precio el 26 de agosto con 306 euros/MWh.

En el caso de la factura eléctrica sectorial, se estima que en 2022 alcanzó los 406 millones de euros, con un crecimiento del 56%, pese a que su consumo eléctrico decreció un 7%. La media ponderada del precio de la electricidad se ha incrementado para las empresas fabricantes de baldosas cerámicas en 2022 un 89%.

La reacción de las empresas en el caso de la electricidad ha sido un importante aumento de fotovoltaica para autoconsumo, con un incremento de más del 150%, aunque todavía la generación renovable representa un porcentaje de consumo de electricidad sectorial limitado y con margen de crecimiento. Sin embargo, debido al incremento del coste del gas y la falta de un marco retributivo estable y adecuado, la producción de electricidad a partir de cogeneración en el sector ha disminuido un 20,4%.

Otro coste extra ligado a la energía son los derechos de emisiones de CO2. Durante 2022 se redujeron las emisiones totales un 12% en línea con la reducción de producción sectorial. El coste total sectorial por la compra de derechos de emisión ascendió a 57,5 millones de euros, después de que el precio medio de la tonelada de CO2 durante 2022 ha aumentado una media del 51%, pasando de 53,55€/tCO2 a una media de 80,87€/tCO2. Si se añaden las emisiones a la factura sectorial de energía, el coste total en 2022 alcanza los 1.740,5 millones de euros.

No es de extrañar que el mayor fabricante español, Pamesa de Fernando Roig, se haya lanzado a una fuerte inversión de 250 millones de euros en dos años para sustituir en sus atomizadoras el gas natural por un combustible alternativo basado en hidrógeno que hasta ahora no se ha utilizado a nivel industrial. Roig ha vendido sus activos de energía eólica y ha recurrido a un préstamo de Mercadona para financiar el despegue de la tecnología de eCombustible, firma en la que participa, y con la que quiere abastecer a otras industrias castellonenses.