La formación en energía, clave para crear medio millón de empleos

El sector de las energías renovables se ha convertido en uno de los principales motores para la generación de empleo. La Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA, por sus siglas en inglés) señala en un informe sobre renovables y empleo que el número de puestos de trabajo en este sector creció hasta los 12,7 millones a nivel global en 2021, pudiendo llegar a superar los 38 millones en 2030.

En el caso concreto de España, el sector renovable registró en 2021 más de 111.000 nuevos empleos (un 20% más que el año anterior), principalmente en solar fotovoltaica, según el Avance del Estudio Macroeconómico de Appa Renovables. Datos más recientes indican que las ofertas de empleo vinculadas al sector en nuestro país han crecido un 43% entre mayo de 2022 y abril de 2023 con más de 4.900 puestos ofertados, según la plataforma de empleo InfoJobs, siendo los perfiles más demandados el de instalador/a fotovoltaico/a, asesor/a comercial de energía renovable o técnico/a de mantenimiento eólico.

El hecho de que muchos de los empleos ofertados requieran un perfil técnico, obliga a los aspirantes a tener una formación especializada acorde a las necesidades del puesto. Aunque desde el sector se quejan (con razón) de la falta de trabajadores cualificados, lo cierto es que el número de solicitudes para cursar estudios de grado superior (Universidad o FP) vinculados al sector de las renovables o para hacer un máster o curso especializado relacionado con las energías limpias, se está incrementando de manera notable. Una de las ventajas a la hora de escoger estas especialidades es que la empleabilidad suele ser del 100%, incluso antes de terminar los estudios, debido a la gran demanda de este tipo de profesionales.

Según los cálculos del departamento de Teresa Ribera, como consecuencia de las políticas y medidas del próximo PNIEC, el PIB aumentaría 34.700 millones de euros en 2030, lo que implicaría un incremento de empleo neto de 522.000 empleos en 2030.

Ante este escenario, parece lógico que una apuesta formativa por el sector de la energía es casi una garantía de éxito en la búsqueda de empleo. A esto se suma que las condiciones salariales del sector han mejorado notablemente en los últimos años donde la falta de mano de obra cualificada está provocando que algunos de los alumnos de másters de sector en amplio crecimiento -como puede ser el hidrógeno- acaban con contratos laborales incluso antes de terminar su formación reglada.