Teles grandes: ¿solo para cine y deporte?

Probamos la tecnología Mini-Led de TCL en uno de sus últimos modelos, de 65 pulgadas

La verdad es que sorprende encontrar la palabra “Mini” escrita en una gran caja que contiene una pantalla de nada menos que 65 pulgadas. Pero es así. Se refiere a la tecnología Mini-Led, que desarrolla TCL para sus teles, y que busca, sobre todo, mejorar el contraste y la naturalidad de los colores. La compañía viene apostando por los grandes formatos, incluso hasta las 99 pulgadas. Ahora, hemos tenido oportunidad de probar durante unas semanas una de ellas, en concreto el modelo 65C845, de 65 pulgadas, que ya se encuentra disponible en España -a un precio de 1.299 euros- tras su presentación en la pasada Semana del Diseño de Milán.

Con resolución 4K y una tasa de refresco de la imagen de 144 herzios, con esto último sus desarrolladores hacen un guiño a los consumidores de videojuegos ya que estos requieren de esa especificación técnica mínima sobre todo en los títulos de acción en primera persona. La tecnología Mini-Led, combinada con el panel Qled, consigue una experiencia de gran naturalidad en las imágenes y colores muy vivos. Como complemento en el campo del audio, incluye compatibilidad con Dolby Atmos, potenciado por el sistema de sonido Onkio. Antes de hablar de las sensaciones en sí, completaremos esta ficha rápida comentando que del procesamiento de los colores se ocupa la tecnología Quantum Dot, cuyo objetivo es obtener negros más puros y un brillo más realista.

En esto del brillo, hay que reconocer que la 65C845 tiende “a pasarse de lista”. Su procesador y sensores suelen configurar ese parámetro del brillo según las condiciones de luminosidad que detectan en la sala en la que nos encontramos. Si no nos gusta una imagen especialmente luminosa, recomendamos desactivar esa función de brillo automático y asegurarnos de que están aceptados esos cambios para evitar que cada vez que cambiemos de plataforma de ‘streaming’ o simplemente de canal volvamos a tener el ajuste ‘inteligente’ que marca la pantalla.

Como decimos, TCL apuesta en esta última familia de dispositivos por pantallas grandes, a partir de 55 pulgadas. La prueba de esta tele de 65 pulgadas nos ha generado cierto conflicto (aunque ojalá todos los problemas sean como este). Lo explicamos: solemos utilizar en casa una pantalla normal de 40 pulgadas para ver contenidos del día a día (informativos, concursos, programación habitual...) y después para series, películas y retransmisiones de eventos deportivos y espectáculos usamos un proyector, capaz de generar una pantalla de 120 pulgadas, conectado con un sistema de audio de siete canales. Esta pantalla de 65 pulgadas se encuentra a medio camino entre ambas experiencias de consumo de vídeo. Esa fidelidad extrema y resolución de 3840x2160 líneas y en 65 pulgadas resulta muy útil para ver un partido de fútbol o una película, pero no tanto quizá para ver un programa concurso. Un ejemplo: con esa fidelidad y tamaño, descubriremos hasta la última cana que le ha salido al presentador de turno. Igual resulta prescindible tanto despliegue técnico en ese tipo de contenidos, aunque para gustos, colores.

En cuanto a diseño, la pantalla cubre prácticamente toda la superficie del panel, apurando los límites de ese contorno de seguridad siempre necesario. En cuanto al pie, todo el peso se distribuye en el centro, algo que facilita mucho la instalación sobre una superficie sólida, pues si tuviera patas en los extremos en muchos hogares cambiar a una pantalla de estas dimensiones implicaría también el cambio del mueble en el que situarlo.

Así, esta pantalla de TCL cumple perfectamente esa función de convertirse en el centro del entretenimiento del hogar por su gran tamaño, su versatilidad y sus dones especiales para los videojuegos y el cine. Por la calidad de la imagen que ofrece, aspirando a esos negros puros y a unos colores lo más naturales posible, es muy destacable, aún más teniendo en cuenta el precio del producto (1.299 euros). Su sistema Android TV incorporado y el modo de control por voz desde el mando a distancia también le confieren una gran facilidad de uso. Pensando en las personas mayores, a las que quizá pueda costarles más familiarizarse con tantas aplicaciones y plataformas de ‘streaming’, ese modo de control por voz es muy intuitivo y realmente simplifica mucho las cosas.