La red como código. ¿La nueva moneda del 5G?

Pensar en 5G es visualizar cómo se hacen realidad experiencias de consumo y servicios para empresas antes inimaginables. Esa es la seductora visión de los proveedores de servicios, que se esfuerzan por monetizar el 5G y asegurar el retorno de la inversión en espectro e infraestructura. Impulsado por la monetización del 5G, todo el sector está vivo con ideas innovadoras, asociaciones creativas, plataformas futuristas y una cartera cada vez mayor de soluciones que permiten obtener ingresos, como el slicing, las operaciones digitales, la automatización y la optimización impulsada por IA.

Por nuestra parte, creemos que reimaginar la red como código representa el cambio transformacional necesario para acelerar la monetización y aumentar la creación de valor para todos los participantes del ecosistema, ya sean proveedores, socios, clientes o usuarios finales.

De hecho, creemos que la red como código tiene el potencial de convertirse en la nueva moneda del 5G. Pensemos en el concepto de moneda. Desarrollado hace casi 5.000 años, la moneda ha evolucionado en diversos formatos basados en el plomo, el cobre, la plata, el oro, el papel y ahora el bitcoin.

La moneda permite que la economía crezca, ya que las transacciones pueden realizarse a mayor velocidad. Por tanto, si se quiere rentabilizar con éxito la red 5G, hay que permitir un intercambio de servicios y experiencias fluido; estimular la innovación, el uso y el crecimiento empresarial; ofrecer velocidad; y permitir a los usuarios crear y obtener valor. Y ahí es donde creemos que entra en juego la red como código.

En el mundo 5G, vemos emerger un nuevo ecosistema digital, compuesto por hiperescaladores, infraestructura, redes y aplicaciones. Concebimos el ecosistema digital como un centro interconectado pero virtual, donde los participantes combinan conocimientos y capacidades caso por caso para crear servicios y experiencias 5G. De este modo, las nuevas cadenas de servicios se combinan para ofrecer valor al usuario final.

Un ejemplo práctico son los drones de vigilancia. En este caso, la cadena de servicios comprende la red, la nube, los dispositivos y las aplicaciones nativas y de terceros para ofrecer un vídeo seguro de alta definición y análisis de escenas que protegen las instalaciones e infraestructuras críticas.

Y con la adopción del cloud edge para casos de uso empresarial e industrial, ya se están ensamblando cadenas de servicios de múltiples participantes para proporcionar la potencia necesaria para el procesamiento de datos en el edge. Hablamos de medicina a distancia, realidad virtual, robótica, gemelos digitales...

Se desarrollarán cadenas de servicios para hacer realidad la Industria 4.0, la Web 3.0 y el metaverso. Prevemos la creación de miles de cadenas de servicios en todo el ecosistema digital para ofrecer nuevas experiencias a los consumidores y servicios a las empresas. Pero necesitarán un enfoque coherente para que las redes 5G sean fáciles de encontrar, desarrollar y utilizar. Y la respuesta es la red como código.

Con la red como código prevemos un cambio de juego en las oportunidades de monetización creadas por las capacidades 5G. El énfasis se desplaza del punto de vista tradicional de la infraestructura de red, y en su lugar nos hace considerar el ecosistema digital desde la perspectiva del desarrollador de aplicaciones. La red como código reconoce que los desarrolladores de aplicaciones son cada vez más esenciales para la nueva combinación de servicios 5G. Con la red como código, los desarrolladores de aplicaciones de terceros que participan en cadenas de servicios pueden ahora integrar capacidades de red especializadas en su código nativo a partir de bibliotecas fáciles de usar.

Con la red como código, las aplicaciones se vuelven innatamente conscientes de la red y se adaptan a la cadena de servicios pertinente. Esto permite no solo experiencias altamente automatizadas a escala, sino también aplicaciones individualizadas y localizadas, desplegadas a través de cloud edge como parte de la red.

Al simplificar y exponer la capacidad de conectividad para todos los socios del ecosistema a través de mercados digitales, la red como código ofrece un gran salto adelante en la capacitación de los desarrolladores. La red consigue ser fácil de encontrar, fácil de desarrollar y fácil (y mejor) de utilizar. Extrapolando los datos del sector, prevemos que más del 80%del valor de 5G procederá de la creación de servicios en el nuevo ecosistema digital. La red como código proporciona la puerta de entrada no solo para ofrecer valor a consumidores y clientes empresariales, sino también para crear valor para los participantes en el ecosistema digital.

Por supuesto, capacidades como el slicing de la red, la abstracción y la tarificación convergente seguirán siendo componentes importantes del arsenal de monetización de la 5G a corto plazo. Pero creemos que la red como código representa una oportunidad de monetización enormemente transformadora. Por ejemplo, con la red como código, los servicios XR pueden dar a los aficionados al deporte y a la música la oportunidad de teletransportarse a través del metaverso al mejor asiento de la sala, o incluso experimentar la visión de la acción de su ídolo.

En Nokia estamos tomando medidas con iniciativas internas y de clientes para impulsar el enfoque de la red como código y hacer realidad este tipo de experiencia. Al hacerlo, reconocemos la importancia de las API abiertas, la nube nativa como estándar, la facilidad de integración y el intercambio de plataformas. De igual importancia es la creación de ecosistemas eficaces, basados en casos de uso, que sean capaces de impulsar cadenas de servicios distribuidos. Colectivamente, esto implica crear un enfoque flexible, resistente, fiable y común.