A&O y Shearman negocian su fusión para crear un líder global de la abogacía

La transacción, que áun debe ser votada por los socios, creará el tercer despacho a nivel mundial con 3.900 abogados, 800 socios en 49 oficinas y 3.600 millones de dólares en ingresos conjuntos.

Allen & Overy da un paso al frente y anuncia una fusión histórica en la abogacía mundial para convertirse en Allen Overy Shearman Sterling (A&O Shearman). Un movimiento, sin duda, transformador para sus clientes y equipos y para la industria legal global que aún debe ser ratificado por los socios de ambos despachos. La combinación de ambos negocios y bufetes, inglés y americano, dará lugar a un nuevo líder, referencia en todos los mercados donde operan ambas firmas. Elmegadeal creará el tercer mayor despacho a nivel global con 3.900 abogados, 800 socios en 49 oficinas y una facturación superior a los 3.600 millones de dólares, solo por detrás de Kirkland & Ellis, con más de 6.500 millones de dólares, y Latham & Watkins, con cerca de 5.500 millones.

Allen & Overy cuenta con oficina en España desde 1991, dirigida por Antonio Vázquez-Guillén e Ignacio Ruiz-Cámara con un total de 19 socios y más de 100 abogados. Durante los últimos años el bufete ha consolidado su posición como uno de los despachos líderes en el mercado de private equity y M&A en nuestro país, especialmente en las transacciones de mayor calado y complejas. Ambos despachos han confirmado el acuerdo mientras negocian los últimos flecos de la transacción. Añaden, además, que Allen & Overy y Shearman & Sterling son firmas complementarias con un claro liderazgo de mercado, y destacan que, entre ambas, cuentan con una enorme fuerza en EEUU, Reino Unido y mercados de todo el mundo.

Con la megaoperación, histórica en el sector legal, nacería un nuevo gigante de la abogacía fruto de la fusión del despacho de origen británico con la firma neoyorquina Shearman & Sterling. Un gigante que atesora 250 años de experiencia combinada. La fusión obedece, según han confirmado ambas firmas, a “la necesidad de los clientes de contar con una oferta global de máxima calidad y profundidad que les ayude a navegar en un entorno jurídico, normativo y geopolítico cada vez más complejo”. Según han informado ambos despachos en un comunicado, el nuevo bufete será la “única firma global” que aúne altas capacidades “en igual medida” en derecho estadounidense, derecho inglés y los derechos locales de aquellos países donde está presente.

Megaoperación histórica

Con la fusión, detallan ambos despachos, Shearman & Sterling elevará su oferta en el resto del mundo, mientras Allen & Overy logra su ansiado acceso al siempre complejo mercado legal norteamericano. La firma británica, dirigida a nivel mundial por Gareth Price como socio director, cuenta con más de 3.000 abogados y en su último ejercicio fiscal, cerrado en abril de 2022, facturó más de 2.650 millones de dólares.

Por su parte, Shearman & Stearling, con George Casey al frente a nivel mundial y oficinas en Bruselas, Fráncfort, Londres y París, ingresó más de 1.000 millones de dólares en 2021, aunque durante el último ejercicio sus ingresos se redujeron un 10,4% hasta 907 millones de dólares.

Wim Dejonghe, socio principal de Allen & Overy, ha destacado que “la combinación de dos grandes firmas es un paso muy emocionante para nosotros. Ambos despachos tienen un historial de excelencia, y juntos creemos que A&O Shearman será una firma como ninguna otra en el mundo. Nosotros, A&O Shearman, lo haremos acelerando nuestra capacidad de aportar lo mejor de ambas firmas, independientemente de la geografía”.

Por su parte, Adam Hakki, socio principal de Shearman & Sterling, ha indicado que la necesidad de los clientes de bufetes de élite globales nunca ha sido mayor. Piden soluciones y asesoramiento jurídico global integrado: la fusión con Allen & Overy acelerará drásticamente nuestra capacidad para satisfacer sus necesidades en un entorno cada vez más complejo”.

En 2019 Allen & Overy ya mantuvo conversaciones para una fusión con O’Melveny & Myers, con sede en Los Ángeles, negociaciones que finalmente no fructificaron. Por su parte, la firma neoyorquina Shearman & Sterling también ha analizado una eventual fusión con la británica Hogan Lovells que tampoco llegó a buen puerto. El pasado marzo ambos despachos abandonaron el proceso tras acordar mutuamente que la operación no era “lo mejor para ninguna de las dos firmas”.