La necesidad de un nuevo código de cumplimiento normativo de carácter voluntario para empresas

La Inteligencia Artificial (IA) es la habilidad de una máquina de presentar las mismas capacidades que los seres humanos, como el razonamiento, el aprendizaje, la creatividad y la capacidad de planear. Asimismo, la Inteligencia Artificial permite que los sistemas tecnológicos perciban su entorno, se relacionen con él, resuelvan problemas y actúen con un fin específico.

La máquina recibe datos (ya preparados o recopilados a través de sus propios sensores, por ejemplo, una cámara), los procesa, y, responde a ellos.

Los sistemas de IA son capaces de adaptar su comportamiento en cierta medida, analizar los efectos de acciones previas y de trabajar de manera autónoma.

La inteligencia artificial tiene un papel central en la transformación digital de la sociedad y ha pasado a ser una prioridad de la UE. Como parte de su estrategia digital, la UE quiere regular la inteligencia artificial (IA) para garantizar mejores condiciones de desarrollo y uso de esta tecnología innovadora. La IA puede aportar muchos beneficios, como lo son una mejor asistencia sanitaria, un transporte más seguro y limpio, una fabricación más eficiente y una energía más barata y sostenible. La prioridad del Parlamento es garantizar que los sistemas de IA utilizados en la UE sean seguros, transparentes, trazables, no discriminatorios y respetuosos con el medio ambiente.

Los sistemas de IA deben ser supervisados en todos los casos por personas, en lugar de por la automatización, para evitar resultados perjudiciales.

En este mismo sentido, debe tenerse presente que el Parlamento también quiere establecer una definición uniforme y tecnológicamente neutra de la IA que pueda aplicarse a futuros sistemas de IA.

La IA generativa, tendría que cumplir, a juicio del Parlamento Europeo, una serie de requisitos de transparencia, que son los que se indican a continuación:

a). El hecho de revelar que el contenido ha sido generado por IA.

b). Proceder a diseñar el modelo para evitar que genere contenidos ilegales.

c). Y, finalmente, publicar resúmenes de los datos protegidos por derechos de autor utilizados para el entrenamiento.

Se busca básicamente una Inteligencia Artificial responsable.

Como consecuencia de ello, y de la creciente preocupación que suscita el uso y el desarrollo de la Inteligencia Artificial en todas las instancias políticas y económicas, recientemente se ha hecho pública la noticia de que tanto los Estados Unidos como la Unión Europea van a proponer un código de conducta voluntario para las empresas sobre la Inteligencia Artificial de carácter generativa, donde serán objeto de estudio aquellas preocupaciones que comparten la industria, los expertos tecnológicos y las ONG sobre el desarrollo y la aplicación de esta nueva tecnología, y los avances que la misma lleva consigo.

La finalidad de esta propuesta no es otra, que el hecho de rellenar el vacío legal existente hasta el momento en que entre en vigor la nueva Ley de Inteligencia Artificial, la cual está siendo objeto de negociación en el ámbito de las instituciones europeas, máxime teniendo en consideración algo que cada día es más frecuente y habitual, y que hace referencia a la existencia de la brecha normativa que se produce entre la aparición de una nueva tecnología de carácter emergente, y el momento efectivo, en que la misma es regulada de manera real por las diversas instituciones y los gobiernos.

En este sentido, debe tenerse presente que la Unión Europea quiere ser la primera en adoptar un marco jurídico completo para limitar las consecuencias y los abusos de la inteligencia artificial, a pesar de que la normativa no entrará en vigor hasta finales de 2025.

Todo ello es muestra de la creciente preocupación existente, tanto en los Estados Unidos como en la Unión Europea, por todas las posibilidades que proporciona la Inteligencia Artificial generativa en todos sus ámbitos de actuación, con la finalidad primordial de mitigar sus riesgos, pero también saber aprovechar las magnitudes y las ventajas operativas que el desarrollo de esta nueva tecnología lleva efectivamente consigo. Y consecuentemente con ello, lo que se pretende con este Proyecto es que, en todos los ámbitos de la industria puedan comprometerse de manera voluntaria con este código a los efectos de limitar el alcance y los efectos de la Inteligencia Artificial en todas sus manifestaciones.

La nueva Ley Comunitaria sobre Inteligencia Artificial, tiene que ser aprobada por el pleno del Parlamento Europeo, y posteriormente se dará inicio a una ronda de negociaciones con el Consejo de la Unión Europea y la Comisión, hasta obtener un acuerdo de consenso definitivo, cuya eficacia está supeditada a la aprobación de todos y cada uno de los Estados de la UE y su posterior ratificación por el Parlamento Europeo, tras lo cual será de obligado cumplimiento en todo el espacio jurídico y económico de la UE.

Esta nueva normativa regulatoria va a constituir un puente efectivo para que se incorporen a la misma, industrias no comunitarias, y otras legislaciones de índole regional o nacional que adopten los mismos criterios que pretende asumir la Unión Europea.

Este nuevo Código de Conducta, de carácter voluntario para las empresas y la industria, pone de manifiesto la creciente vinculación existente entre el desarrollo tecnológico y el mundo del cumplimiento normativo, donde la observancia de determinados comportamientos y pautas de conducta, cada vez son más relevantes y cobran una mayor trascendencia en el desarrollo de la actividad económica y social de todos los operadores.