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Apuesta por la externalización de servicios en la nueva normalidad

El ‘outsourcing’ no es una tendencia nueva, pero la declaración del estado de alarma y el confinamiento obligatorio sí que ha permitido descubrirlo a muchas empresas, que integrarán estos servicios en sus rutinas después de descubrir sus ventajas en cuanto a ahorro de costes y flexibilidad

Las ventajas de la externalización de servicios son de sobra conocidas. Seguramente la más destacada de ellas sea la reducción de costes, y el ahorro de tiempo, que permite esta práctica, también conocida como outsourcing, no solo en los aspectos más evidentes, sino también en los costes asociados a la contratación, a la formación interna, las infraestructuras necesarias o la tecnología.

Pero esta está lejos de ser la única ventaja que ofrece la externalización. Otro aspecto muy valorado por las empresas es la posibilidad de mantener una actualización tecnológica permanente. La tecnología avanza a gran velocidad y muchas empresas no cuentan con los recursos necesarios para hacer frente a los continuos cambios.

Por supuesto, también permite el acceso a profesionales especializados -y además el departamento de recursos humanos puede dedicarse a tiempo completo a actividades que aporten valor real a la empresa, y no solo a reclutar-, y en definitiva tiene un impacto directo en la productividad de la compañía. Las empresas que no tienen los recursos necesarios para hacer frente a determinados proyectos pueden subcontratar a terceros que integren nuevos talentos.

La flexibilidad que ofrece el outsourcing se ha convertido en vital durante el confinamiento obligatorio provocado por la pandemia del Covid-19. La cuestión ahora es ver cómo influye la pandemia en los procesos de externalización de las empresas.

Una de las empresas que ofrece este tipo de servicios es Canon. La empresa de tecnología de la imagen cuenta con un departamento de impresión y gestión documental, que son las áreas en las que más ha crecido la externalización. “Era una tendencia que ya estaba en el mercado”, destaca Luis Olaya, director del Canal Canon Business Services de Canon España. “Había tres áreas que nosotros identificamos que tendrían que cambiar y en las que veíamos potencial de una mayor externalización”, apunta. Se trata de los servicios de impresión más tradicional, la gestión documental y en servicios digitales.

“Lo que estamos viendo ahora es que va a haber una aceleración importante en esta tendencia”, asegura el experto, que reconoce que “los clientes están viendo las ventajas que ofrece la externalización de servicios, como la mayor flexibilidad”.

Logística externalizada

En la misma línea se manifiesta Alberto García de Castro, director de Desarrollo de Negocio de ID Logistics Iberia, compañía especializada en todo el proceso logístico y su externalización, y que cubre todo el proceso, desde el transporte, el almacenamiento, la preparación y gestión de pedidos, modelos de predictibilidad y en algunos casos hasta copacking -la externalización del servicio de embalaje-. “La externalización es una tendencia que va creciendo poco a poco, aunque se mantiene lejos del nivel alcanzado en países de nuestro entorno, como Francia, Alemania o Reino Unido, pero que continuará cuando vayan recuperándose los diferentes sectores de actividad”, prevé.

En este sentido, adelanta que será importante tener en cuenta que cada sector se recuperará a un ritmo distinto. “Por ejemplo, la automoción será el más lento y sufrirá mucho más, el textil se recuperará más rápido, y el comercio electrónico continuará creciendo, pero a un ritmo más normalizado, pero no multiplicándose por tres o por cuatro, como durante esta pandemia”.

Este experto destaca que para una compañía, tener su logística externalizada, en términos generales tiene la ventaja de que supone un ahorro de costes, además de una flexibilización de los mismos a medio y largo plazo. Pero, además, “supone una reducción en la carga de trabajo, por lo que las empresas pueden dedicarse más a su negocio core, poniendo en manos de especialistas todo lo relativo a la actividad logística”.

Otra ventaja, destaca García de Castro, es que el desarrollo internacional es más sencillo, sobre todo si te alías con un partner con experiencia en países donde la compañía quiera desarrollar su actividad comercial.

Desde ID Logisctics destacan el pico de trabajo que han vivido durante la pandemia, pese a que algunos sectores como automoción o textil han estado parados, pero con farmacia, retail y alimentación en pleno funcionamiento, a lo que se suma “la actividad extraordinariamente alta del comercio electrónico”, que ha sido como “un Black Friday continuo”. “Hemos tenido que adaptarnos a ese juego de tener algunos almacenes parados y a otros en sobreexplotación”.

Pese a todo, este exceso de trabajo no ha generado nuevos clientes, sino que venía por los actuales. “La nueva contratación y los nuevos acuerdos se han paralizado bastante, no ha sido una etapa muy de cerrar negocios”, admite.

‘Coworking’

Uno de los grandes protagonistas en el entorno laboral durante la pandemia ha sido el teletrabajo, una tendencia que se ha acelerado y que podría establecerse en la rutina diaria de las empresas. Y que también tendrá efectos en la externalización.

Óscar García, fundador y CEO de First Workplaces, empresa pionera en espacios de trabajo flexibles, señala que el sector va a salir reforzado de cara al medio y largo plazo. “Porque nosotros aportamos la flexibilidad que las compañías necesitan para desarrollar su actividad con cierta normalidad y rebajar la incertidumbre”, señala. “Con nosotros pueden utilizar los espacios desde horas, a días, meses o años, cuando en oficinas tradicionales habitualmente los contratos se firman a largo plazo, a pesar de que no sabes cómo te va a ir mañana”.

En cuanto a la influencia del teletrabajo en el incremento de la externalización, cree que hay que tener en cuenta que, aunque el trabajo remoto pueda realizarse desde casa, no es igual de productivo ni eficiente que cuando se hace en unas instalaciones con todas las herramientas necesarias para desarrollar la actividad. “Nos hemos visto obligados al teletrabajo, encerrados en casa con los hijos y con la pareja, y con una conexión limitada, pero a la hora de desarrollar una actividad seria y formal se necesitan mejores recursos”, apunta García.

“Estamos notando, sobre todo desde que se ha recuperado cierta normalidad, mucho interés de las empresas en soluciones flexibles para adaptarnos a esta nueva normalidad o a este nuevo estilo de vida, en el que debe primar la flexibilidad y la movilidad, pero sin perder de vista la productividad y la eficiencia”, asegura García.

Lo que cree es que muchas empresas van a reducir su sede central, dejando solo una oficina de referencia, pero luego tener muchas oficinas satélite para sus empleados, para evitar, por ejemplo, que tengan que coger el transporte público, pero también para que sean más eficientes, más productivos y puedan conciliar mejor su vida personal y laboral, asegura el fundador de First Workplaces.