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El sector, a la espera de las decisiones del nuevo Gobierno

La industria del capital privado español se encuentra en un momento convulso. En todos los corrillos del sector se habla del nuevo Gobierno, algunos con optimismo por volver a una aparente estabilidad y otros con temor por las medidas que el Ejecutivo de coalición decida implementar en los próximos meses por si se frenan determinadas transacciones -especialmente, las de mayor tamaño-. Por el momento, en lo que coinciden es en que nos adentramos en la etapa del wait & see, en la que todo apunta a que las grandes operaciones se paralizarán hasta abril o mayo, hasta tener claro las reglas de juego que establecerán o si finalmente consiguen aprobar unos nuevos Presupuestos.

En general, también coinciden en que la primera decisión del presidente de crear cuatro vicepresidencias, una de ellas con Nadia Calviño al frente, es un guiño de moderación a sus inversores. Sin embargo, todavía está en el aire qué pasará con la fiscalidad, la reforma laboral, con la subida del salario mínimo interprofesional, etc., algunos de los temas que más preocupan a los fondos consultados.

Sin embargo, en este nuboso escenario, la abundante liquidez en el mercado y el entorno macroeconómico en Europa aparecen como rayos de luz en la industria de las fusiones y adquisiciones -M&A, por sus siglas en inglés- en España. El país sigue siendo un puerto seguro para los inversores internacionales, que siguen analizando oportunidades y compañías a las que destinar recursos en el país. El dinero extranjero es el primero en huir, pero nada hace pensar que las grandes gestoras de capital privado van a replegar sus alas en España.

En este contexto, es especialmente destacable el boom que existe con las operaciones de renovables, alentadas por la continuidad que va a dar este Gobierno verde al sector. Todos los expertos coinciden, además, que llega una nueva ronda, donde los que compraron con una retribución menor al sector se disponen a vender conforme la cifra se acerca al 7,4% esperado.

En cualquier caso, pese a que el sector del capital privado español todavía depende mucho del dinero exterior, los que realmente mueven la economía española (los fondos de mid-market) son positivos en general y arrancan este año con un buen pipeline de operaciones. Ahora solo falta que la política ayude y España se consolide como uno de los países europeos de referencia para la inversión.