elEconomista Capital Privado

El papel vital de los empresarios en la lucha contra la pandemia del coronavirus

El editorial del mes de abril de 2020 iba a tener un carácter festivo por el primer aniversario de esta publicación. En él, íbamos a hablar sobre la buena evolución del sector, el apetito de los inversores por España y celebrar los éxitos que han vivido los gestores del país durante los últimos doce meses. Sin embargo, como dice Miguel Zurita en la entrevista que podrán leer en las páginas siguientes, “esta situación nos recuerda que las crisis llegan y lo hacen de la forma más inesperada”. En medio del debate mediático sobre si la recuperación económica postcoronavirus será en U o en V, muchos han olvidado que la única letra con la que se está escribiendo esta tragedia es con la V de víctimas. Miles de personas de todo el mundo han perdido a sus familiares o gente querida por una crisis que nadie hubiese podido imaginar ni en la peor de sus pesadillas.

Unas circunstancias excepcionales que han requerido iniciativas excepcionales. Con una clase política que utiliza el Congreso como un patio de colegio o que se dedica a demostrar su poder sin consenso, sin dialogar con los agentes sociales y sin apenas poder sacar un minuto para reconocer sus errores, han sido los empresarios los que han dado en esta ocasión un ejemplo de humanidad. Desde los que han donado ingentes cantidades de dinero para luchar contra esta tragedia hasta los que han puesto a disposición de los enfermos sus hoteles o cambiado sus líneas de producción pasando por las cadenas de restauración que llevan días con sus negocios cerrados -o, en gran medida, paralizados- pero que están realizando un verdadero esfuerzo porque los sanitarios españoles tengan comida en la puerta de los hospitales cada día.

No debemos olvidar que son los mismos empresarios los que también necesitan ayuda ahora, especialmente con el temor al credit crunch sobrevolando la mente de todos y dibujando un futuro complicado -o, cuanto menos, incierto- para buena parte de la población activa de todo el mundo. En este contexto, el capital privado puede jugar un papel enorme en la recuperación que llegará en los próximos meses. El trabajo realizado en los últimos años, junto a los errores aprendidos en la crisis anterior, ha convertido a esta industria en uno de los grandes socios para las grandes, medianas y pequeñas empresas de todo el mundo. En el caso concreto de España, entre 2000 y 2017, el capital privado invirtió alrededor de 44.000 millones en más de 7.500 empresas impactando positivamente en empleo -crearon 27.000 empleos totales frente a los 2.000 empleos que se destruyeron en las no participadas-, facturación (8% anual) y ebitda (7% anual), según el informe Impacto económico y social del capital privado en las operaciones de middle market en España. Unos datos que demuestran que, sin trabas a la inversión, todo es posible.

El horizonte que tenemos se perfila gris, pero no debemos desanimarnos. En toda crisis hay siempre una oportunidad y de esta saldremos vencedores.