elEconomista Buen Gobierno

La crisis del Covid-19 refuerza la figura del Consejo e impulsa el buen gobierno corporativo

Desde que hace ya cinco años la Ley de Sociedades de Capital y el Código de Buen Gobierno impulsaran el cambio, se ha producido una auténtica transformación continua que comenzó por la composición de este órgano de gobierno, que día a día ha ido profesionalizándose y comprometiéndose con políticas que van más allá de la obtención de simples beneficios, que persiguen alinearse con las políticas marcadas por Naciones Unidas, a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Agenda 2030, máxime a partir de ahora, en que este tipo de políticas van a ser más necesarias que nunca para poder superar la crisis provocada por la pandemia del Covid-19.

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ya está trabajando en una reforma del Código de Buen Gobierno con el fin de actualizar sus contenidos para adaptarlos a varios cambios legales, reforzar los aspectos relacionados con el control de prácticas irregulares, incorporar un enfoque más actual en materia de sostenibilidad e impulsar la diversidad de género en los Consejos. Así, se propone promover que el consejo examine lo antes posible las situaciones que afecten a un consejero, relacionadas o no con su actuación en la sociedad, incluidos los casos de corrupción, que puedan perjudicar el crédito y reputación de la sociedad, sin esperar, como se prevé actualmente, a que el consejero sea procesado o se produzca la apertura del juicio oral.

Como indica el Informe de PwC que analizamos, la crisis del coronavirus ha puesto de manifiesto varios asuntos de interés, empezando por la relevancia de contar con un esquema y unas prácticas de gobierno corporativo bien articuladas y con capacidad de respuesta ante retos tan disruptivos y devastadores para algunos sectores o colectivos. También es clave reconsiderar todo lo relacionado con los riesgos corporativos y los sistemas de gestión de crisis, algo cada día más importante para poder operar y crecer con seguridad.

La mayoría de los consejeros reconocen que deben dedicar más tiempo a las cuestiones relacionadas con la sostenibilidad, el medio ambiente y el gobierno corporativo. Además, la casi totalidad asegura que las empresas deben abandonar la mentalidad cortoplacista.

Los consejeros tienen muy claro el papel que deben jugar las empresas en la sociedad, a juzgar por sus respuestas. La casi totalidad de los encuestados considera que las empresas deben centrarse más en el largo plazo en detrimento del cortoplacismo; una gran mayoría cree que debe involucrarse más en asuntos relevantes para la sociedad y, una mayoría estima que tienen que dar prioridad a las necesidades de las comunidades en las que operan. Son pistas decisivas para diseñar el futuro empresarial que nos espera.