El avance en hostelería suaviza la caída del consumo de vino en España

El consumo de vino en nuestro país registró en enero un descenso interanual del 8,9%, una caída muy parecida a la sufrida en los tres meses anteriores, después de desacelerar su recuperación en el canal de hostelería y frenar su descenso en el canal de alimentación, según datos de la interprofesional.

El consumo de vino en España vivió una caída interanual del 8,9% en el pasado mes de enero, hasta alcanzar los 9,57 millones de hectolitros, según el último informe publicado por la Interprofesional del Vino de España (OIVE), lo que representa prácticamente un retroceso de 1 millón respecto al máximo alcanzado durante el mes de febrero del año pasado, cuando las restricciones de la pandemia ya se habían relajado, elevando el consumo por encima del 20% hasta los 10,63 millones de hectolitros.

A pesar de la caída, el volumen de consumo de vino parece haberse estabilizado tras frenar su descenso respecto a diciembre y noviembre, cuando en España se consumieron 9,59 y 9,64 millones de hectolitros, una tendencia que ha quedado confirmada por los datos interanuales de febrero, con 9,56 millones de hectolitros. Buena parte de culpa de esta estabilización de la caída la tuvo el consumo en el canal de hostelería que en 2022 se elevó a 2,14 millones de hectolitros, lo que supuso un crecimiento interanual del 19%, uno de los más elevados desde el comienzo de la pandemia en 2020, pero que todavía se encuentra lejos de los registros previos, cuando el consumo rondaba los tres millones, según datos de Nielsen IQ.

Por su parte, el consumo doméstico a través del canal de alimentación suavizó en enero su retroceso, aunque registró una caída del 5,5%, la menor del último año, hasta los 4,14 millones de hectolitros, cifra ligeramente superior al último dato previo a la pandemia. Por primera vez en los últimos dos años, recuerdan desde OIVE, el volumen de vino vendido en este canal es algo superior respecto al último periodo interanual analizado (entre octubre y noviembre de 2022), cuando se situó en los 4,10 millones hectolitros.

Desde la interprofesional recuerdan que el consumo en el hogar creció a un ritmo extraordinario durante el inicio de la crisis sanitaria y el confinamiento domiciliario, por lo que es lógico que haya registrado descensos en los periodos más recientes.

En términos de valor, los ingresos del vino en el canal de hostelería aumentaron un 32,5%, hasta los 1.332,7 millones de euros, lo que supone el mejor dato interanual desde el periodo de diciembre/enero de 2020, si bien su crecimiento se ha ralentizado algo respecto a los periodos más recientes. Por su parte, el valor de las ventas de vino en el canal de alimentación ha frenado su caída al -0,4% hasta los 1.697,4 millones de euros, el mejor dato del último año.

Por categorías, el vino tranquilo con denominación de origen protegida es el que mejor evolución presenta tanto en volumen (+3,4%) como en valor (+13,7%), siendo el único que creció por encima de la media (Alimentación + Hostelería) hasta llegar a representar en la actualidad el 47% del volumen del mercado y el 73,4% del valor total, los mayores porcentajes registrados en España hasta la fecha. Las ventas de vino espumoso, por su parte, aumentaron un 1,8% en litros y un 8,5% en valor, siendo el siguiente tipo de vino que mejor se comportó.

Estas cifras ponen de manifiesto que los vinos de precio más elevado ganan cuota de mercado en nuestro país frente a los más económicos, aunque las tres categorías restantes, integradas por vinos sin denominación ni indicación geográfica, los vinos con indicación geográfica protegida y el resto, cayeron en volumen de ventas a pesar de haber crecido en valor. Este mejor comportamiento de los vinos de mayor calidad explicaría la evolución más favorable del valor de las ventas.

En cuanto al impacto de la inflación en el vino, los datos de la interprofesional indican que todos subieron de precio de forma notable en el conjunto de los canales de alimentación y hostelería, lo que explica que todos evolucionen mejor en términos de valor que de volumen. Ambos canales registraron los precios medios más altos de la serie histórica: 6,23 euros por litro en hostelería, un 11,4% más, y de 4,10 euros por litro en el caso de la alimentación, lo que supuso un encarecimiento del 5,5%. Sin embargo, los datos de Nielsen IQ revelan que el encarecimiento en hostelería ha sido especialmente fuerte en los dos últimos periodos interanuales, ya que precio por litro en el de junio-julio se situaba por debajo de los 5,80 euros.