Romper el techo de cristal, un objetivo de todos

El número de mujeres directivas en las empresas solo ha aumentado un 13% desde 2007 a nivel mundial. A este ritmo de crecimiento, en 2025 las mujeres solo ocuparán el 34% de los puestos de alta dirección de las empresas y, según el Foro Económico Mundial, se tardarán 132 años más en corregir la brecha de género en todo el mundo. Es una de las principales conclusiones del informe Women in Business 2023, que realiza la firma de servicios profesionales Grant Thornton a partir de casi 5.000 entrevistas y encuestas realizadas a altos ejecutivos de 29 mercados de todo el mundo, de empresas de 50 a 500 empleados, 400 de ellas en España. La presencia de mujeres directivas crece de forma muy lenta desde el inicio de la serie histórica de Grant Thornton. Así, y aunque España avanza por la senda positiva en cuanto a presencia de mujeres en la alta dirección, todavía queda mucho camino por recorrer. Nueve de cada diez empresas españolas cuentan ya con al menos una mujer en la alta dirección (93%), pero siguen siendo minoría entre los hombres.

El sector de la distribución alimentaria no es una excepción, pero llama la atención que con más de un 70% de plantilla femenina y teniendo en cuenta además que siguen siendo las mujeres las que protagonizan la mayoría de las decisiones de compra, los puestos de dirección sigan ocupados de forma muy mayoritaria por los hombres. Es verdad que entre las grandes empresas de distribución está aumentando la presencia femenina y que al frente de grandes compañías hay ya mujeres.

En Inditex, el mayor grupo mundial del sector textil, tiene como presidenta a Marta Ortega; en El Corte Inglés, la mayor empresa de grandes almacenes, la que manda es Marta Álvarez, que junto a su hermana Cristina y a través de la Cartera de Valores IASA, es la mayor accionista individual; en la filial española de Fnac la consejera delegada es Annabel Chaussat y en Eroski la presidenta es Rosa Carabel. Pero queda mucho camino por recorrer. El compromiso con la diversidad y el talento sin género debe ser total y hay que avanzar de una forma decidida hacia una paridad completa en las compañías, incluso en algunas áreas típicamente masculinas, como la logística. Los procesos de selección deben de ser inclusivos. No es una cuestión de cuotas, pero sí de reconocer el talento, independientemente del género. El techo de cristal se puede y se debe romper o no lograremos avanzar como sociedad abierta y plural. En este nuevo número de elEconomista Alimentación hemos querido reconocer a diez mujeres que lideran la transformación de los supermercados hacia un modelo aún más eficiente, competitivo y sostenible. Son muchas más las que van ganando terreno, pero todavía queda mucho por hacer. Es algo en lo que toda la sociedad debe involucrarse.