La bajada del IVA de los alimentos, una medida insuficiente

Bajar el IVA de los alimentos ha sido una decisión acertada, pero insuficiente para bajar el precio de la comida y evitar un desplome, por ejemplo, en el consumo de carne, pescado, frutas, verduras y hortalizas. Los alimentos en España se están encareciendo como nunca antes, pero los culpables no son ni los supermercados ni la industria, tal y como se asegura en los mensajes populistas que se están lanzando desde el ala morada del Gobierno. Ni las empresas fabricantes ni la distribución se están haciendo de oro, sino más bien todo lo contrario. Tal y como reflejan los datos del ministerio de Agricultura, la facturación del sector alimentario está cayendo un 2%, a pesar incluso de que los precios están disparados.

Y los márgenes, además, son cada vez más estrechos por la continua espiral de costes. Algunos difíciles de evitar, como el encarecimiento del precio de la energía o de los cereales como consecuencia de la guerra de Ucrania. Otros, como el nuevo impuesto al plástico de un solo uso, sí se podía haber evitado. Frenar la inflación de los alimentos es un tema que debe convertirse en máxima prioridad para el Gobierno, ante la que hay que actuar más allá de una rebaja del IVA, que ha dejado fuera a dos productos absolutamente básicos en nuestra dieta como son la carne y el pescado. Controlar los precios es esencial porque, tal y como explicamos en este nuevo número de la revista Alimentación, hay en juego un componente sanitario. La subida de los precios está repercutiendo ya de forma directa en nuestra dieta. Cada vez consumimos menos productos frescos y más alimentos precocinados y ultraprocesados, lo que puede acabar impulsando la obesidad.

Es urgente tomar medidas para impulsar, sobre todo, el consumo de pescado, después de que el consumo per cápita se haya reducido un 25% en los últimos años. Como conviene también fomentar que se consuman leche y productos lácteos. Y eso por no hablar de la carne, demonizada desde Podemos, pero con unas propiedades nutricionales básicas también en nuestra dieta. Desde las administraciones públicas no se puede seguir atacando a los alimentos. Debe fomentarse, en cambio, el mantenimiento de una dieta variada y rica, como la mediterránea, apoyando asimismo el ejercicio y la práctica deportiva. Para ello, es evidente, que lo primero que hay que lograr es que estos productos no se conviertan en un lujo para muchas familias españolas. Deben poder ser asequibles para todos. Pero una vez que se haya conseguido eso, lo que hay que evitar después son los ataques a alimentos básicos a nuestra dieta. Su demonización, impulsada fundamentalmente desde Podemos, está haciendo mucho daño y tiene un impacto claro en la salud.