Acuicultura: el pescado anticrisis con diez veces más de omega-3

El pescado de acuicultura, que ya supone el 95% en el caso de la dorada, la lubina o la corvina, es garantía de seguridad alimentaria y de proximidad.

El pescado criado en las granjas acuícolas del Mediterráneo garantiza unos precios estables durante todo el año en un entorno inflacionista como el actual gracias a una producción controlada, que no depende de la estacionalidad. Además, son garantía de calidad, frescura y origen, ya que proceden de nuestras costas, así como de seguridad alimentaria y sostenibilidad ambiental al no agotarse los caladeros. En España existe desde 2015 un sello distintivo del pescado procedente del pescado de acuicultura, ‘Crianza de Nuestros Mares’, que únicamente pueden llevar peces criados en granjas acuícolas de nuestras costas, y que, en el caso de este distintivo, se centra en tres especies autóctonas (no se permite criar las que son foráneas) del Mediterráneo, como son la dorada, la lubina y la corvina, cuya producción ya procede en un 95% de piscifactoría y que se comercializa, por ejemplo, en más de 371 puntos de venta de los supermercados de El Corte Inglés, Hipercor, El Corte Inglés, Ahorramas, Alcampo y Eroski.

El sello ‘Crianza de Nuestros Mares’, que cuenta con la financiación de la UE y del Gobierno de España, es una iniciativa de la asociación empresarial Apromar, que integra la compañía Avramar junto con las empresas Acuanaria, Geremar y piscialba. De cara al consumidor, es fácil saber si el pescado que compra es español, y por tanto fresco y de acuicultura, ya que lleva este sello o marchamo adherido a las agallas. Apromar aglutina al 95% de los productores de acuicultura de España.

Eduardo Soler, responsable de Sostenibilidad en España de Avramar explica que, en un contexto en el que la Unión Europea importa el 70% del pescado que consume, “la acuicultura permite conocer el origen del pescado, el cual, además, llega a destino en 24 horas, preservando así la cadena de frío. Se trata de un pescado controlado en alimentación con más contenido en omega-3 y omega-6, hasta diez veces más, y que está libre del circuito del anisakis porque no hay cadena trófica”. Ahondando en el tema de la alimentación, Soler precisa que el pienso que se les da a los peces “es extrusionado y solo se compone de harinas y aceites de pescado vegetales o subproductos del atún o el salmón”, de ahí su riqueza nutricional. En cuanto a su sabor, puntua-

liza que “el pescado de acuicultura es más sabroso que el de captura, que es más seco”.

Soler recuerda que el pescado procedente de la acuicultura tiene la ventaja, frente a la pesca extractiva, “de que se controla todo el proceso y no depende de la temporada, lo que permite mantener su precio”. Sostiene también que la acuicultura es el futuro, puesto que su producción está lejos todavía de la capacidad del mar para albergar granjas de acuicultura, que sería de 120 millones de toneladas anuales; 35 millones más que la pesca tradicional. Actualmente, la acuicultura aporta ya más del 50% del pescado destinado a la alimentación mundial. “Es la proteína del futuro”, asevera Soler.

El falso mito del hacinamiento

Uno de los falsos mitos que rodea al pescado de acuicultura tiene que ver con supuesto “hacinamiento” al que está sometido. Algo que es falso, ya que este pescado, que se reproduce en instalaciones en tierra y luego es trasladado a viveros en el mar, “dispone del 98% del espacio en los viveros para nadar”, señalan desde Apromar. Esta asociación recuerda que España es el principal productor acuícola en volumen de la UE, con aproximadamente 350.000 toneladas de pescado al año, seguido de Reino Unido, Francia o Italia, mientras que en valor ocupa el cuarto puesto. El sector emplea en España a unas 18.000 personas que trabajan en más de 5.000 establecimientos acuícolas. Las especies que más se cultivan en nuestro país son la trucha arco iris, el rodaballo, la dorada y la corvina, además de otras más recientes como el lenguado.

Según Apromar, “la guerra de Ucrania está impactando dramáticamente sobre la acuicultura española, toda vez que el precio del alimento para peces de cultivo (el pienso) representa aproximadamente el 60% de los costes de producción. A medida que se ha desplegado la crisis de Ucrania se ha producido un aumento en el precio de materias primas vegetales relevantes, como gluten de trigo, maíz, aceite de girasol y aceite de colza), porque Ucrania es un operador mundial en la producción de estos productos agrícolas”.

En Apromar recuerdan que muchas granjas acuícolas son intensivas en electricidad, por lo que la fuerte escalada en su precio las ha perjudicado notablemente, al igual que el incremento de los costes del oxígeno líquido, directamente relacionado con el coste de la electricidad, así como los gastos de transporte por el incremento del precio del combustible. Asimismo, los acuicultores denuncian que debido a la inflación están soportando costes adicionales en empaquetado, mantenimiento o mano de obra.