La alimentación ‘online’ crece un 72% impulsada por los mayores

Un 30% de ese incremento se corresponde con clientes senior. Tres de cada diez españoles hicieron al menos una compra de alimentación ‘online’, diez puntos más que en 2019. Más de la mitad de las compras por Internet que realizan los españoles son a empresas radicadas en otros países.

El comercio electrónico en alimentación creció un 71,6% en 2020, mientras que el gasto general en comida en los hogares aumentó un 14,2%, es decir, cinco vences menos, según el Ministerio de Agricultura. En este sentido, la consultora Kantar revela, por su parte, que un 30% de este incremento se corresponde con clientes senior. Pese a ello, la cuota de mercado, del 3,5%, todavía se sitúa lejos de mercados más consolidados en ecommerce, como el de Francia y Reino Unido, con cuotas del 8% y el 11% respectivamente.

Por otro lado, más de la mitad de las compras online que realizan los españoles son a empresas radicadas en otros países, es decir, se importan. Así lo refleja Anged (Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución) en su Informe anual 2020. Este porcentaje llegó a superar el 60% en el tercer trimestre del año. En total, el comercio electrónico de productos y servicios en España ingresó 51.677 millones de euros en 2020, un 5,8% más que el año anterior, según el informe de Comercio Electrónico de la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC), que recoge pagos online con tarjeta (67% del total). Excluyendo servicios, las ventas online de producto alcanzan los 15.902 millones de euros, un 53% más que el año anterior.

Según Anged, “La pandemia ha creado un entorno propicio para derribar algunas barreras a las compras online de gran consumo”. Así, en 2020, cerca de tres de cada diez españoles hicieron al menos una compra de alimentación online, diez puntos más que en 2019, lo que supone 1,6 millones de clientes adicionales. El presidente de Anged, Alfonso Merry del Val, durante la asamblea general de la organización, celebrada recientemente en Madrid, reveló que “la digitalización absorbe ya un tercio de la inversión de nuestras empresas. En el último año, el comercio electrónico ha crecido un 53% y en algunas categorías supone ya más del 20% de la cuota de mercado”.

Esta inversión total alcanzó los 707 millones de euros, de los cuales 141 millones correspondieron a alimentación y bebidas. “Pero las ventas online son tan solo la rama de un gran árbol: la digitalización está cambiando por completo nuestro modelo de negocio e introduciendo altas dosis de eficiencia en cuestiones como la gestión de la cadena de proveedores, el análisis y predicción, la automatización de procesos, la logística, la organización de la tienda, la fidelización con nuestros clientes, los medios de pago y, por supuesto, está transformado el talento de las organizaciones”, dice Merry del Val.

En este sentido, Merry del Val considera que “En España necesitamos nuevos perfiles profesionales capaces de gestionar el cambio y un reciclaje total de nuestras habilidades profesionales, desde el personal de tienda al alto directivo. Es decir, es urgente invertir en formación y reformar sin dilaciones nuestro modelo educativo, porque de ellos depende nuestro futuro”. Y añade: “el otro factor necesario en esta transformación digital es la revisión del marco normativo que dificulta la adaptación del comercio a su entorno. Llevo una década advirtiendo que no podemos afrontar la transformación digital con una pesada losa de regulación. Basta con leer nuestra Ley de Comercio para ver que casi nada de lo que expone encaja ya con la realidad de nuestro mercado actual”.

Merry del Val alerta de que España sigue siendo el segundo país de la UE con más restricciones operativas al ejercicio del comercio, mientras que los consumidores ya adquieren más de la mitad de sus compras online en otros países. “El futuro del comercio integrará el mundo físico y digital, lo mejor de la tecnología y el talento humano. Debemos ser capaces de crear un entorno favorable en el que las empresas encuentren la flexibilidad necesaria para transformar sus negocios y los trabajadores del sector puedan actualizar sus habilidades digitales”, precisa el máximo responsable de Anged.

Avances en sostenibilidad

El presidente de Anged destaca que en materia de emisiones de CO2, “nuestras empresas se han marcado objetivos de reducción de hasta el 80% en los próximos años, meta que supone grandes inversiones en la logística, refrigeración o eficiencia energética. En economía circular, además de colaborar en la correcta gestión de los residuos, nuestras empresas tienen en marcha una treintena de proyectos para prevenir residuos y han impulsado ya las primeras 60 grandes tiendas residuo cero”. Merry del Val refiere que el consumo responsable es otra línea de acción que se plasma en la introducción de más de 26.000 referencias de producto responsables y 7.000 productos ecológicos en el mercado. Merry Del Val insiste en que las grandes empresas son aliadas de los poderes públicos en el reto de la descarbonización, “por eso invito a reforzar las alianzas público-privadas y tener en cuenta el camino ya recorrido por los líderes de cada sector. Necesitamos más coordinación entre las administraciones. No podemos tener normas estatales y autónomicas que se contradigan entre sí o con la normativa europea, estableciendo medidas y calendarios de aplicación diferentes para cada territorio. Esto penaliza de forma innecesaria la productividad de las empresas y daña la unidad de mercado con 17 fronteras medioambientales absurdas”.

Durante la asamblea general de Anged, Merry del Val denunció que el sector de la distribución avanzan hacia “un infierno fiscal” que frena la recuperación económica. El directivo lamenta la deriva fiscal que está tomando nuestro país y remarca que la “mayor parte de los países están reduciendo sus impuestos para salir de la crisis, mientras que en España la recaudación fiscal en relación con el PIB ha aumentado un 6,5% en el último año, según datos del IEE [Instituto de Estudios Económicos]”. Merry del Val puntualiza que “las empresas aportan 7 puntos más que el promedio europeo en la recaudación fiscal total, y que la presión fiscal normativa sobre el impuesto de sociedades es un 22,6% más elevada que la media de la UE”, así como que “la fragmentación tiene un coste altísimo porque las comunidades regulan más de 80 tributos propios, como el que castiga a los grandes establecimientos comerciales”.