Huevos de gallinas en libertad para dinamizar la Galicia rural

Pazo de Vilane es una empresa familiar que produce y vende huevos camperos con la filosofía de favorecer el desarrollo sostenible del entorno y crear empleo en la comarca de Ulloa

Pazo de Vilane es un proyecto empresarial de Juan Varela-Portas y sus tres hijos que arranca con la rehabilitación en los años noventa del pasado siglo del pazo familiar, un edificio levantado a finales del XVII. Una recuperación del patrimonio histórico que vino acompañada de una dinamización de la comarca lucense de Ulloa con la fundación de una empresa y marca de huevos y mermeladas artesanales, Pazo de Vilane, comprometida con la creación de empleo directo e indirecto. Esto último, mediante los acuerdos con avicultores locales para que trabajen con ellos criando gallinas que se mueven en total libertad. Actualmente, Pazo de Vilane que facturó 7 millones de euros en 2019 y espera crecer un 12% este año, emplea de forma directa a cuarenta personas y cuenta con una extensión de 34 hectáreas. A esto hay que sumarle siete granjas colaboradoras. “El tamaño de las granjas está en torno a las 7.000 gallinas por granja. Hay que tener en cuenta que los sistemas de jaula y suelo, y muchos productores actuales de camperos, tienen instalaciones de 30.000 a 50.000 aves”, remarca Nuria Varela-Portas, cofundadora de Pazo de Vilane como hecho diferencial. En este sentido, Varela-Portas apostilla: “En Pazo de Vilane decimos que no producimos huevos, sino que cuidamos gallinas. Esa filosofía de pensar en el bienestar de nuestras gallinas por encima de los estándares del mercado es lo que hace posible la calidad de nuestros huevos. Hablamos de gallinas que se crían en libertad en un entorno no masificado gracias a nuestro sistema de micro granjas no extensivas”. En estos momentos, Pazo de Vilane cría aproximadamente a 120.000 gallinas.

Varela-Portas relata que la idea de crear Pazo de Vilane surgió durante su estancia en el Reino Unido. “Allí el consumo de huevos camperos era algo habitual y pensé que ese concepto era el mismo que existía en el rural con el concepto de los ‘huevos de casa’; es decir, huevos de gallinas criadas en libertad que se consumían en los propios hogares. Con esa idea, y la certeza de que Galicia es una tierra privilegiada para producir alimentos de alta calidad, decidimos desarrollar una actividad dejando las rentas en el medio rural”. Contribuir a fijar población en el territorio y crear empleo es una de las razones de ser de esta empresa familiar. “Nos gusta pensar que en la medida de nuestras posibilidades estamos fomentando que nuestros jóvenes no abandonen la comarca y decidan quedarse en la zona. En este sentido los datos nos avalan, ya que la edad media de nuestros empleados está en torno a los 30 años, y en cuanto al empleo generado de forma indirecta calculamos que está en torno a 20 personas”, comenta Varela-Portas.

Todos los dueños de las explotaciones que colaboran con Pazo de Vilane reciben asesoramiento, apoyo en la construcción de sus naves e instalaciones, así como en la obtención de los permisos de la explotación. “Además, les damos toda la formación necesaria en el cuidado de las aves, sin olvidarnos de la supervisión veterinaria y el seguimiento constante a la forma de producir y cuidar a las gallinas. Es un sistema de producción integrada donde la gallina y la alimentación son de Pazo de Vilane”, dice Varela-Portas. Pese a aplicar un sistema de producción sostenible, la empresa ha respondido al incremento de la demanda por el covid y ha surtido a todos sus clientes, tanto minoristas como a distribuidores de la talla de El Corte Inglés e Hipercor Carrefour, Alcampo, Dia, Gadis o Vegalsa-Eroski.