Sin entrar en política

Los empresarios no entramos en política. Ejercemos nuestro derecho al voto como ciudadanos individuales, pero como representantes empresariales dejamos la ideología en casa. Tiene que ser así para precisamente no distorsionar nuestro papel como defensores de los intereses empresariales, sin que esto nos impida trabajar desde la lealtad y el respeto institucional, pero sin tener en cuenta las siglas.

Digo esto cuando llevamos tiempo con las miradas puestas en la gran cita con las urnas del 28 de mayo, en plena campaña electoral y con los diferentes programas electorales llenos de promesas. Promesas que tendrán que cumplir y, como parte de la sociedad civil que somos, estaremos pendientes de que así sea.

Y digo esto, también, siendo muy consciente de cuál es la realidad que viven nuestras empresas y cuánto necesitan unas buenas políticas públicas. Porque seguimos en un momento de incertidumbre económica en parte provocado por la invasión rusa de Ucrania. Porque la desaceleración económica global, los elevados costes energéticos y de materias primas, los altos niveles de inflación y la subida de tipos de interés acentuaron en el último trimestre del año pasado el ritmo de ralentización de la actividad económica de la Comunitat Valenciana. Porque el incremento de la fiscalidad, de las cotizaciones sociales y de los costes salariales amenazan la creación y el mantenimiento del empleo, y porque los sectores más afectados por el actual contexto económico siguen sin recibir el apoyo y ayudas que sí tienen sus competidores.

Esta es la realidad que debemos hacer llegar a los candidatos a las diferentes administraciones y, a partir de ahí, sin entrar en política, claro que estamos abiertos a escuchar todas las propuestas, pero también queremos ser escuchados y, sobre todo, atendidos. Por ello, como antes de cada cita electoral, desde la CEV hemos preparado un documento de prioridades y propuestas empresariales encaminadas a favorecer el crecimiento económico y social de este territorio, generar empleo y seguir siendo competitivos. Propuestas que no queremos que queden en un cajón o en un programa electoral, sino que se conviertan en una meta para los futuros gestores públicos.

Necesitamos políticas dirigidas a promover una estrategia efectiva de atracción y retención de inversiones, porque ello contribuirá al desarrollo económico de nuestra Comunitat y tendrá un efecto tractor en nuestras empresas. En este sentido, consideramos fundamental contar con una administración más ágil, eliminando el exceso de burocracia y mejorando la eficiencia de los procesos, que eviten que los nuevos proyectos se pierdan en los despachos.

Son muchas las empresas que se están interesando por la Comunitat Valenciana, por lo que debemos generar estímulos que favorezcan su decisión. Es innegable que, si queremos ser más competitivos, necesitamos una fiscalidad que también lo sea, aligerando la carga fiscal de los agentes económicos y retrasando o eliminando la entrada en vigor de nuevos tributos.

Necesitamos políticas que nos ayuden a avanzar hacia procesos productivos más sostenibles y hacia una estrategia de descarbonización energética eficiente, pero no a cualquier precio. Tenemos empresas comprometidas, pero necesitamos que los objetivos y las exigencias medioambientales sean realistas, acorde con la coyuntura económica actual y atendiendo al grado de adaptación de la tecnología; que se garantice la unidad de mercado, la seguridad jurídica y la viabilidad competitiva de las obligaciones normativas y fiscales en materia medioambiental exigidas a las empresas, para no comprometer su viabilidad y situarlas en desventaja frente a otros territorios.

Necesitamos una estrategia de política industrial para la modernización y digitalización de los sectores productivos y la renovación de las Áreas Industriales de la Comunitat Valenciana con una adecuada dotación de infraestructuras y servicios; dotar de seguridad jurídica al comercio, con un marco normativo consensuado que favorezca la eficiencia del sector; políticas y planes de vivienda y urbanismo realistas y acordes a las necesidades de vivienda; y apoyar y sentirse orgullosos de nuestro sector turístico, no castigarlo con impuestos injustos y contrarios a su desarrollo.

Necesitamos la identificación y planificación de infraestructuras prioritarias; la defensa activa del trasvase Tajo-Segura; la agilización de las obras del Corredor Mediterráneo y del Corredor Cantábrico-Mediterráneo; así como el desarrollo y modernización de nuestros puertos.

Y no necesitamos, sino que exigimos, la reforma del modelo de financiación autonómica, para que la Comunitat Valenciana tenga la financiación que le corresponde por población, como también que se condone la deuda generada por tantos años de injusta infrafinanciación.

En definitiva, de lo que se trata es de remar hacia un mismo punto, que no es más que hacia el progreso económico y social de la Comunitat Valenciana. Para ello, hay dos fórmulas que han resultado muy efectivas en esta última etapa: la apuesta por la colaboración público-privada, para ofrecer mejores servicios públicos y de mayor calidad; y el diálogo social, que permite la escucha activa de los diferentes actores sociales en pro de alcanzar acuerdos que redunden en beneficio del bienestar general a través del consenso.

Les aseguro que las empresarias y empresarios de esta autonomía pondremos todo nuestro empeño en mantener el buen clima existente hasta ahora y lo haremos tan solo bajo nuestras propias siglas, que son a través de las que seguiremos defendiendo nuestros intereses, independientemente del resultado electoral.