Las hamburgueserías valencianas que se quieren comer el mundo
El fenómeno de los restaurantes de la tradicional comida americana ha resurgido con varias cadenas valencianas lanzadas a comerse el mercado con el apoyo de inversores como el fundador de Panaria, que acaba de comprar The Black Turtle a Atitlan, o el grupo castellonense Tastia con The Fitzgerald.
En la cuna de la paella y del esmorzar con bocadillos tan clásicos como el chivito o la brascada han logrado emerger en los últimos años varias cadenas de hamburgueserías al calor de la nueva fiebre que vive ese producto. Aunque la típica comida norteamericana es un clásico desde hace décadas con algunas de las mayores marcas mundiales de restauración y de las franquicias de todo el mundo, la nueva moda de las denominadas hamburguesas gourmet y la proliferación de la comida a domicilio (el famoso delivery) a golpe de aplicaciones de móvil y del impulso de la pandemia han avivado además el interés de los inversores.
Una proliferación y un interés en el que también tuvo mucho que ver el éxito de Goiko Grill, un referente de las denominadas burguers gourmet que se traspasó a un fondo de capital riesgo valorado en 150 millones de euros en el año 2018. Hace apenas unas semanas se producía el último movimiento corporativo en este suculento sector precisamente en una de esas marcas valencianas. El fundador de Panaria y responsable durante años de Café y Te, Antonio Jesús Pérez, se hacía con el 70% del accionariado de The Black Turtle, de la que ya era consejero delegado y que desde 2019 estaba controlada en su mayoría por la firma inversora Atitlan, dirigida por Aritza Rodero y Roberto Centeno, yerno de Juan Roig. Con el apoyo financiero de Atitlan y la dirección de Pérez, la cadena de la tortuga dio el salto a la franquicia y ha multiplicado su su número de los cinco restaurantes con los que contaba en la región en 2018 a un total de 21 incluyendo Murcia, Albacete, Asturias y su primera apertura en Madrid.
Precisamente el mercado de la capital es el gran reto del nuevo socio mayoritario y presidente de la cadena para asentar el negocio y la marca. La cadena valenciana cerró el pasado ejercicio con 6 millones de euros de ventas netas en sus locales propios, lo que supone un crecimiento del 60 % respecto a 2021. Las ventas totales, incluyendo los establecimiento franquiciados, crecieron un 88% hasta sumar 10 millones de euros.
En esa carrera por dar el salto nacional y posicionarse en el mercado madrileño la marca de hambuguesas valencianas que lleva la delantera es The Fitzgerald, la empresa que este año cumple su décimo aniversario desde que la fundaron los hermanos Mario y Carlos Gelabert con su primera apertura en Torrente después de dedicarse a probar y realizar sus propias versiones de algunas de las hamburguesas más populares de Nueva York y otras ciudades estadounidenses. La hamburguesería gourmet logró una facturación de más de 17 millones de euros el año pasado tras vender más de 1,5 millones de burgers en España.
Para ese crecimiento un hito fundamental fue la entrada en el accionariado de un socio que conoce perfectamente el negocio de la restauración y la franquicia, el grupo castellonense Tastia, dueño de la cadena de comida italiana Muerde la pasta y las cafeterías Savoiardi, a principios de 2020, justo antes de la pandemia. Su irrupción con el 50% del accionariado supuso un salto para la firma de los hermanos en un momento en que el negocio experimentó el drama del parón de los establecimientos, pero a la vez la oportunidad que supuso el despegue de las apps de entrega a domicilio. Un ejemplo de ello es como la cadena desembarcó por todo lo grande en Madrid en 2021 con una notoria y polémica campaña de comunicación en plena Gran Vía de la capital.
La cadena, que apuesta por dotar de estética distinta a cada uno de sus locales, ya cuenta con cuatro establecimientos en Madrid además de dos dark kitchen para la comida a domicilio y este año prevé sumar a los 19 restaurantes con que cerró el año pasado otros doce, con dos nuevos locales propios y diez franquicias en Barcelona, Granada, Sevilla, Murcia y Badajoz, con el objetivo de contar con una red de 50 restaurantes para 2024 y cien locales antes del 2028. Este año prevé egistrar una facturación de más de 20 millones de euros, lo que supone un incremento del 17,6%, y alcanzar los 35 millones de euros en 2028, sobre todo con sus burgers, pero también con sus batidos y hasta su propia línea de ropa.The Fitzgerald ya supera los 380 trabajadores tras su salto a otras provincias..
Otra de las cadenas se ha hecho popular en Valencia, Hundred, nació de un viaje gastronómico por la patria de las hamburguesas para desentrañar sus secretos. En 2017 su fundadores Alex González Urbón y Ezequiel Maldjian harían un viaje a Nueva York para probar las 15 mejores burguers. A esa experiencia le seguirían otros por las grandes capitales del mundo detrás de los referentes en esta comida y tras visitar un centenar de lugares decidieron lanzar su propia marca, de ahí lo de Hundred, con un primer local abierto en plena pandemia, en 2020. Pero además de tomar nota de las recetas para los fogones, sus fundadores dieron el salto a la aceleradora empresarial de Juan Roig, Lanzadera, en su convocatoria de 2021. En ese año la empresa rozó los 4,5 millones de euros en ventas, con un beneficio neto de más de 900.000 euros, con cuatro locales y sin dar el salto fuera de Valencia.
Antes Lanzadera ya había acelerado y aderezado con su financiaicónen otra empresa de hambuguesas valenciana en 2018, Lamburguesa, fundada por otros hermanos Pablo y Salva Martíne, que después de abrir 9 hamburgueserías han ampliado su grupo bautizado como El Gordo y el Flaco para dar el salto a la comida italiana con las enseñas Paffuto y Paffutino.
A la lista de cadenas valencianas al alza hay que sumar Jenkins, que está a punto de abrir su cuarto local en Valencia tomando como ejemplo el popular plato estadounidense y, en su caso, combinándolo con otros platos carnívoros. Y tampocohay que olvidar competidores de fuera, que como Vicio prevén instalarse en breve en la ciudad.