Francisco Segura, presidente y CEO de Grupo Segura: “Los clientes ya nos advierten que va ser difícil suministrar a distancia por la descarbonización”

Grupo Segura, uno de los mayores proveedores de capital valenciano de la industria del automóvil con plantas de estampación en Valencia y en Hungría, ha dado una vuelta de tuerca a su diversificación con la compra de una unidad productiva de Plastic Omnium en Galicia para superar los 200 millones en ventas y los 1.100 empleos.

La industria del automóvil vive en una encrucijada por la transformación al coche eléctrico, ¿cómo lo afronta el Grupo Segura?

Para toda la industria auxiliar del automóvil es un reto, es un nuevo paradigma en movilidad. En lo que nos afecta a nosotros, que trabajamos sobre todo en carrocería, el cambio más importante es la caja de baterías para soportar el peso de esos componentes. Ya estamos haciendo la caja de baterías del Ford Kuga híbrido y somos una de las pocas empresas que tiene experiencia en ese producto y estamos intentando trabajar con otros fabricantes. El coche eléctrico todavía tiene muchas incógnitas, una de ellas es el despliegue de la infraestructura de recarga, y los fabricantes están fijando unos plazos muy agresivos: más o menos entre 2030 y 2035 todo lo que salga de las fábricas serán vehículos eléctricos.

¿Cuál es la estrategia de Segura para responder a esos cambios?

Para la industria auxiliar va a haber un factor fundamental que va a ser la descarbonización. Nuestros clientes nos están marcando unos plazos para intentar que toda la cadena de valor llegue prácticamente a emisiones cero. Así, ya nos están planteando que toda la compra de energía sea 100% renovable, algo que podremos salvar porque en España tenemos una alta producción renovable. Pero va a estar más complicado en lo que es nuestro suministro, sobre todo de acero, porque el acero verde es muy escaso y resulta carísimo. Y muchos clientes ya nos advierten que suministrar a largas distancias va a ser harto difícil por las emisiones del transporte.

Recientemente han cerrado la compra del negocio del metal de Plastic Omnium en Vigo, ¿ésa ha sido una de las razones?

Hace un año renovamos nuestro plan estratégico valorando ese factor de la descarbonización. Además, en él plan también fijamos el crecimiento inorgánico como uno de nuestros objetivos. Surgió la oportunidad de Vigo, que era una ubicación en que teníamos puesta la vista. La sección de metal de Plastic Omnium nos permite abastecer a Stellantis, que tiene su factoría allí y que era un cliente con el que no trabajábamos hasta ahora. Para nosotros supone incorporar 110 empleos y unos 30 millones de facturación, además de un gran avance en diversificación. Stellantis tiene plantas en Madrid y en Zaragoza, además de en el resto de Europa. Nosotros contamos con una planta muy importante en Hungría y Stellantis ya ha mostrado interés en que podamos optar a suministrar a distintas plantas europeas.

¿Cómo cerró el año pasado el Grupo Segura en un año con tantos altibajos en la producción de coches?

La pandemia fue un año muy crítico para nosotros en que tuvimos pérdidas, pero a partir de ahí conseguimos remontar el vuelo. Aunque el automóvil no está en una época de bonanza, gracias a la reestructuración y el crecimiento del grupo conseguimos estabilizarnos y vemos que las cifras van a ser positivas en los próximos años.

¿Los problemas de la cadena de suministros y la subida de costes de las materias primas no les ha afectado como a los fabricantes?

A nivel de materias primas, el incremento de precios, aunque ha sido importante en todos los sectores, en nuestro caso los clientes se adaptaron a ese aumento. Lo peor ha sido la crisis de los semiconductores, que al haber escasez hizo fabricar muy pocas unidades a todos los clientes y eso mermó mucho la facturación y el ritmo de la compañía, aunque parece que podemos decir ya prácticamente adiós a la crisis de los semiconductores. Internamente decimos que fue peor la crisis de los semiconductores que la pandemia, sin lugar a dudas.

En ese nuevo plan estratégico, ¿qué objetivos se marcan y qué vías se plantean para llegar a conseguirlos?

Pensamos que necesitamos crecer en volumen, en facturación y clientes. Ese camino ya lo hemos iniciado con el crecimiento inorgánico y la compra en Vigo, con lo que superamos los 200 millones de euros. Es una vía por la que intentaremos seguir. En cuanto a electrificación, tenemos muy claro que surgen oportunidades, como la de las cajas de baterías. En una visión más a medio plazo consideramos que el hidrógeno también va a ser clave en el automóvil y ya estamos trabajando en los cambios que puede conllevar incorporar los depósitos de hidrógeno en la carrocería. El hidrógeno puede ser un complemento a la electrificación del automóvil. Va a haber un mix en sistemas de propulsión de los coches y el hidrógeno va a tener su papel.

¿Ya tienen focalizado donde van a continuar con las compras y el crecimiento inorgánico?

Pensamos que Centro Europa sería muy interesante, porque nos permite atender mucho al problema de la huella de carbono que nos plantean los clientes para crecer. Junto con España es la zona donde se están fabricando más unidades de vehículos y tenemos que entender que cuanto más nos movamos al norte más posibilidades de suministrar vamos a tener.

El Grupo Volkswagen ya es uno de sus clientes. ¿La futura gigafactoría de Sagunto les abre la vía para diversificar en baterías?

Es una cuestión muy interesante porque a fecha de hoy tanto para nuestra empresa como para el clúster de la industria regional Avia es uno de los retos que tenemos: averiguar que podemos aportar a esa cadena de valor tan importante que se va a generar tan cerca. Ojalá podamos incorporarnos porque va a ser un volumen de negocio muy importante.

Desde el clúster regional se aboga por la diversificación a otros sectores. ¿Se plantean crecer fuera del automóvil?

Nosotros no. Sabemos que el automóvil está en un momento difícil, pero pensamos que es un bache y que cuando las cosas se aclaren y empiecen a salir los nuevos vehículos eléctricos las cosas volverán a estabilizarse y creemos que debemos seguir ahí. Somos una empresa que lleva más de 50 años y somos una empresa madura para crecer, que debemos focalizarnos en lo que sabemos hacer, eso sí, aprovechando las oportunidades de los vehículos eléctricos.

¿El grupo tiene mucha dependencia de Ford y de la planta de Almussafes?

Nuestra dependencia de Ford al cabo de los años se ha ido reduciendo. El crecimiento impuesto por los accionistas se basa en eso, en diversificar para no tener gran dependencia de ningún cliente. Sabemos todos que Ford está bajando producción y fruto de ello va a hacer unos recortes muy agresivos, pero tenemos que mirar de una forma positiva y creer que es para conservar el negocio y el futuro de la planta de Valencia. Esperamos que más pronto que tarde empiece a hablar de nuevos modelos y vehículos que es lo que deseamos todos.

¿Ese recorte de producción les afecta como proveedor?

A fecha de hoy tenemos bastante claro lo que en principio va a ser el volumen de negocio para los próximos años y esperamos que no haya sorpresas y que en breve se anuncien los nuevos modelos eléctricos. Creemos que las cosas van a ir relativamente bien.

Hace unos años se planteaban el salto a Asia y América. ¿Ahora está descartado?

A fecha de hoy, sí. Durante años trabajamos en internacionalizarnos en otros continentes e incluso llegamos a hacer una joint venture en China para un proyecto muy interesante de Volvo. Pero hoy en día la globalización se ha modificado drásticamente, ya no consiste en la producción local para el suministro mundial, el suministro ahora tiende a ser regional. El concepto ha cambiado y pensamos que hoy debemos concentrarnos en Europa, aunque eso no quita que sigamos en contacto con empresas de otros continentes.