Feria Valencia pierde 111 millones y la Generalitat ya es su dueña

La Feria Muestrario Internacional de Valencia, que durante más de un siglo ha sido la encargada de celebrar las muestras y certámenes feriales en la capital valenciana, ha puesto fin a su historia con su disolución y el traspaso de sus activos, entre ellos los pabellones feriales de Banimamet, a la Generalitat Valenciana, que de hecho lleva años asumiendo su deuda y pasivos generados por la ampliación del recinto.

En la última reunión del patronato antes de su disolución se aprobaron sus cuentas con unas pérdidas de 111 millones de euros al aflorar la partida que incluía la deuda que ha ido pagando la Administración autonómica desde 2017 y que sumaba 108 millones de euros. A ese resultado negativo se suman las pérdidas ordinarias generadas por la propia actividad del recinto, que no fue capaz de cubrir sus gastos el año pasado, en que hay que recordar que se suspendió su principal feria, Cevisama. La muestra cerámica suele aportar un tercio de los ingresos de la entidad, además del incremento de costes fijos como la factura eléctrica. Así la actividad ordinaria generó un ebitda negativo de 2,2 millones de euros. Ahora el encargado de buscar el equilibrio será la nueva empresa pública que preside el Conseller de Economía, Rafa Climent, con Natxo Costa como consejero delegado.