El mapa del poder local da un vuelco en los municipios más poblados

Las elecciones municipales suponen un cambio de color político en decenas de ayuntamientos. El PP se ha asegurado, ya sea por ser el más votado o mediante pacto, los siete mayores ayuntamientos por población. Los socialistas se aferran a sus feudos industriales, como Sagunto, Paterna, Alcoy y Vila-real.

El cambio de aires político que ha supuesto las pasadas elecciones autonómicas y municipales ya ha llegado a los Gobiernos de buena parte de los ayuntamientos de la Comunitat Valenciana y, especialmente, a sus grandes ciudades. Tras el paso por las urnas, el Partido Popular recuperará una gran parte del poder local que perdió en las últimas dos legislaturas, fundamentalmente en las ciudades más grandes de la autonomía y, por ello, las de mayor presupuesto. De hecho, pese a la clara victoria de los populares con el 35,3% de los votos y unos 2.300 concejales, por número de municipios gobernará en 220 municipios, frente a los poco más de 200 que seguirán en manos de alcaldes socialistas.

Otra cosa distinta es cuando se habla de tamaño y habitantes. El PP antes de la cita electoral controlaba únicamente Alicante de las tres capitales provinciales. Además, estaba fuera del Gobierno del resto de las diez mayores poblaciones autonómicas, salvo el caso de la capital alicantina y de Torrevieja, ha pasado a llevar la vara de mando en las tres capitales y en ocho de los diez municipios con más habitantes.

Sin duda, el caso de Valencia es el ejemplo más significativo del cambio. La capital valenciana y tercera ciudad de España, con más de 800.000 habitantes y un presupuesto anual que supera ligeramente los 1.000 millones de euros, tiene como nueva alcaldesa a María José Catalá, la líder del PP municipal. Tras plantear una encarnizada oposición al exalcalde Joan Ribó de Compromís y su coalición con los socialistas, entre los deberes que se marcó en la campaña electoral se encuentra rebajar el 20% del IBI, además de acelerar la concesión de licencias y permisos para actividades económicas. De hecho ha prometido que las licencias de obras se darán en 30 días. De momento, sus primeras medidas han sido aumentar en mas de 100.000 euros al mes el gasto en limpieza en la ciudad y recuperar la denominación en castellano del nombre oficial, que así volverá a convivir con la valenciana .

Catalá, que no sé podrá librar para bien o para mal de las comparaciones con Rita Barberá, ya fue alcaldesa, aunque en otros municipio valenciano, Torrent, la segunda ciudad por población de la provincia de Valencia y la sexta de la autonomía entre 2007 y 2012. También fue consellera de Educación en el anterior Gobierno popular de la Generalitat con Alberto Fabra e, incluso, portavoz del Consell. Precisamente Torrent es otro de los municipios en el que el PP gobernará, aunque a diferencia de la capital, donde Catalá ha logrado ser designada con la mayoría simple de los ediles del PP, lo hará en coalición con Vox para evitar la continuidad del PSPV, la lista más votada. En el caso de Valencia, Catalá de momento reniega de dar entrada a la formación de Abascal y habla únicamente de acuerdos puntuales para la gobernabilidad.

Consistorios con coaliciones

En Castellón, donde los populares también han arrebatado la alcaldía a una coalición de izquierdas, Begoña Carrasco ha sido investida con los votos del PP y también una de sus primeras decisiones ha sido retomar el nombre oficial en las dos lenguas. En su caso, ha reconocido contactos con el partido de Abascal para formar una corporación municipal de coalición que, de momento, no se ha llegado a materializar.

Donde sí se ha plasmado ese acuerdo es en la tercera ciudad por habitantes de la Comunitat, Elche, donde la alianza entre los populares y la formación de extrema derecha fructificó en un acuerdo para gobernar y evitar que lo haga la lista más votada de los socialistas. En el mayor palmeral de Europa y cuna del calzado, Vox asume tres concejalías, entre ellas la de Economía, en el nuevo ayuntamiento que preside Pablo Ruz.

Pese al descalabro en las grandes ciudades, los socialistas siguen manteniendo la vara de mando en algunos de los grandes referentes industriales de la Comunidad Valenciana y en importantes municipios del área metropolitana de Valencia, tradicionalmente bautizado como cinturón rojo por su color político. El mayor municipio en el que se mantendrán será Gandía, con cerca de 76.000 habitantes y donde tras la marcha como ministra de Diana Morant seguirá como alcalde José Manuel Prieto al frente de una coalición, algo que explica la movilización de líderes autonómicos el sábado al pleno, con Puig a la cabeza. Paterna, que tiene en su término municipal el mayor polígono industrial de la región sigue siendo un bastión para el PSOE y su alcalde, Juan Antonio Sagredo, que logró mayoría absoluta en las urnas. Al igual que la población valenciana que amenaza con arrebatarle el título de contar con el mayor parque empresarial valenciano y que ha sido la gran envidiada como destino de inversiones empresariales en la última legislatura: Sagunto. En su caso, Darío Moreno seguirá en el poder en la localidad que albergará la futura gigafactoría de Volkswagen gracias a una coalición con Podemos.

Otro de los muncipios industriales simbólicos de Valencia que siguen bajo control socialista es Almussafes, donde se ubica la planta de Ford. También continúan bajo el mando de alcaldes socialista localidades con ese perfil en el interior de la provincia de Alicante, fundamentalmente Alcoy y Elda. Por su parte en la provincia de Castellón, el socialista José Benlloch mantiene Vila-real, aunque también con el apoyo de otras fuerzas de izquierdas, mientras que en Alcora no necesita socios. Significativo por su simbolismo es que los socialistas han perdido después de 32 años la alcaldía de Morella, el municipio natal de Ximo Puig y de la que él mismo fue alcalde, tras un pacto entre una formación local y el PP.

Por su parte, Compromís sufre el golpe de perder el que era su gran emblema, la alcaldía de Valencia, y aunque reduce concejales mantiene alrededor de 660 ediles en los municipios de las tres provincias. Con todo, la formación valencianista tendrá la alcaldía de importantes capitales de comarcas, como Alzira, donde Alfons Domínguez será el nuevo alcalde aunque los valencianistas gobiernan desde 2015, y Llíria, también con coaliciones de izquierdas. En el caso de la provincia de Alicante, Altea en la costa y Muro de Alcoy en el interior son sus principales referencias.

Debacle de Ciudadanos

La mayor debacle sin lugar a dudas es la de Ciudadanos, que de 314 concejales en 2019 ha pasado a apenas 46. Estará al frente de cinco municipios, con Oropesa de Mar en Castellón como población más relevante, aunque ocupará la alcaldía solo dos años, ya que el acuerdo con el PP le obliga a rotar.

Vox, aunque con sus 227 ediles es fundamental para que el PP gobierne en varios ayuntamientos, solo tiene en principio una alcaldía, la de Náquera, el muncipio que ya se ha hecho famoso por la decisión de la nueva corporación municipal de prohibir las banderas arcoiris del colectivo LGTBI en los edificios municipales.

En cuanto a las formaciones más locales destaca la formación del expresidente de la Diputación de Valencia y alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez, que tras ser apartado del PSPV por su imputación por un caso de corrupción formó Ens Uneix. Su peso en varios ayuntamientos de las comarcas centrales le convierten en un actor que puede decidir quien gobierna precisamente la Diputación de Valencia, después de que el PP se haya asegurado la de Alicante de nuevo y recuperar la de Castellón.