De Kelme a Marie Claire: los fallidos rescates políticos

La histórica marca de medias de Castellón afronta una agonía que recuerda la que vivió la marca deportiva ilicitana de la garra que hoy tiene más de china que de alicantina.

En las últimas semanas dos marcas históricas de la Comunidad Valenciana vinculadas a la moda textil en horas bajas han vuelto a ocupar el foco mediático. El centenario fabricante de medias Marie Claire, la principal empresa de la localidad castellonense de Vilafranca del Cid, puede seguir el camino de Kelme, la marca deportiva ilicitana que hace años abandonó la producción en España. Ambas comparten una larga agonía industrial marcada por el final de los aranceles a los textiles de países asiáticos de menores costes laborales, pero también por haber visto como se convertían en símbolos de intentos de rescate desde el sector público con un resultado final muy similar. De hecho, tanto la empresa castellonense como lo que queda de la alicantina también tienen en común a uno de sus principales acreedores, el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), al través de que los Gobiernos valencianos de distinto signo intentaron reflotar las dos populares marcas.

El rescate de Kelme se remonta al principio de esta década. En un primer momento, el IVF de la Generalitat entró como avalista ante los problemas de los socios fundadores, los hermanos Quiles, también propietarios del histórico equipo ciclista que llevaba la garra y que llegó a vestir a equipos como el Real Madrid o la selección olímpica española en Barcelona 92. Sin embargo, ese oxígeno no fue suficiente y en 2008 el IVF de la Generalitat que entonces estaba en manos del PP lideró una compleja operación financiera por lo que un fondo de capital riesgo promovido por la firma pública y gestionado por Riva y García se hizo con los activos de la empresa ilicitana, con la liquidación de la antigua sociedad, denominada Incadesa. En su lugar, New Millennium Sports controlada por el fondo se hizo con los derechos y las cada vez más escasas actividades y plantilla que mantenía la marca.

Una empresa que pasó a centrarse más en la explotación de los derechos de marca y que en 2014 llegó a un acuerdo para la fabricación y la venta de sus derechos en China a Jinjiang Yuanxiang Garments Weaving Co, que ya tenía experiencia con marcas europeas como Umbro, Kappa o Fila. Desde entonces la firma que controla el empresario chino Ke Yongxiang ha sido algo más que un proveedor para “gradualmente hacerse cargo del negocio global de Kelme” hasta asumir en 2018 el 80% de Kelme Sport Products, la sociedad que gestiona los derechos de la marca y sus patrocinios internacionales, mientras que Riva y García quedaba con el porcentaje minoritario. Hoy la firma china presume de marca española y europea para su propio mercado chino y para crecer en mercados internacionales.

La agonía de Kelme recuerda lo que está ocurriendo en Marie Claire. donde el IVF con Ximo Puig en la Generalitat ha aumentado notablemente el volumen de préstamos hasta destinar 21,5 millones de euros para facilitar un cambio accionarial hace dos años que debía relanzar la marca. Unos días después de las elecciones autonómicas se conocía que la empresa que la asumió, del grupo Think Textil, estaba estudiando el concurso de acreedores e incluso el cierre o como solución menos mala externalizar casi toda la producción. Un camino que recuerda demasiado al que siguió la marca deportiva alicantina y que también recuerda lo sucedido con enseñas míticas valencianas, como Lois.