Las empresas valencianas que sí exprimen los Next Generation

La esperada lluvia millonaria de fondos europeos ha tenido efectos muy desiguales. Las constructoras y proveedores de infraestructuras, las firmas de servicios tecnológicos que suministran el kit digital y un selecto grupo de pymes del automóvil y sectores emergentes son los grandes beneficiarios por ahora.

El maná de inversiones millonarias aprobado por la Unión Europea para impulsar y transformar la economía española con los Next Generation hasta ahora se ha dejado notar en el caso de las empresas valencianas especialmente en un sector: el constructor. Las cifras de la obra pública en el último año y medio dejan bien a las claras el fuerte impulso de esta actividad con el trasfondo de la inyección de fondos europeos a las Administraciones públicas. La Comunitat Valenciana absorbió casi 3.000 millones de euros en licitaciones el año pasado, un 62% más que en el año anterior. Y en los primeros cinco meses de este año se han sumado otros 1.254 millones de euros, un 46% más según los datos de Seopan.

Pese a la subida de los costes y la inflación, que también han provocado concursos desiertos, lo cierto es que el tradicional sector de las infraestructuras y el ladrillo es uno de los destinos a los que están llegando los Next Generation. Entre las grandes actuaciones en parte financiadas con ese dinero se encuentran el tan reclamado soterramiento de las vías ferroviarias en el sur de Valencia, que se adjudicó por 443 millones de euros a Dragados, Tecsa y Rover. También otras obras ferroviarias, como el acceso sur al puerto de Castellón, la remodelación del tramo Silla-Cullera o la renovación de la Estació del Nord en Valencia suman más de 100 millones de euros.

Las constructoras también son las primeras que perciben el efecto indirecto de otras grandes inversiones ligadas a los Perte de los Next Generation, en concreto la gigafactoría de baterías de PowerCo en Sagunto. La Generalitat ya ha encargado obras por más de 200 millones de euros para urbanizar los terrenos y crear un nuevo acceso al parque empresarial que albergará el complejo. Bertolín, Pavasal Becsa, Rover y la firma local Serranía son las firmas que se han repartido estos contratos, previos a los que tendrá que encargar la propia filial de Volkswagen para levantar sus instalaciones.

Muy vinculado al sector de las infraestructuras se encuentra uno de los grandes triunfadores valencianos de los Next Generation, la factoría ferroviaria de Stadler en Albuixech. Gracias a la proliferación de fondos europeos para renovar y ampliar el transporte público la filial valenciana engorda su cartera de pedidos a niveles de récord, con casi 5.200 millones de euros, un 55% más que en 2021. Hace unas semanas el presidente de Renfe firmaba un contrato para la compra de locomotoras por cerca de 113 millones de euros, financiado en parte con Next Generation.

El dinero para la factoría valenciana no sólo llega de los Next Generation con destino a España. De hecho, buena parte del dinero europeo destinado a inversiones en transporte público en ciudades italianas como Milán y Nápoles acabará en la planta valenciana, que hace unas semanas logró un nuevo contrato por 442 millones de euros para fabricar 60 trenes para el Ente Autónomo Volturno (EAV), la empresa que gestiona las líneas ferroviarias regionales en la zona del Vesubio y que incluyen a Nápoles. Además la empresa pública de Milán amplió en 50 tranvías más su pedido a la fábrica valenciana y la empresa estatal Trenitalia le encargó 50 nuevas locomotoras.

De momento la vía por la que la lluvia de millones europeas ha llegado a más empresas valencianas es la de las ayudas para la digitalización a pymes. Al cierre de 2022 se habían aprobado 19.400 bonos digitales del programa kit digital en la región, lo que ha supuesto 102 millones de euros, según el Informe de Ejecución del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia en Comunitat Valenciana.

Ese bono digital se ejecuta mediante las empresas tecnológicas adheridas al programa como agentes digitalizadores. Este es el caso de Nunsys, que está trabajando en implantar más de 360 proyectos mediante el kit digital en más de 200 clientes, según explican desde la firma. “Entre las más demandadas se encuentran las soluciones de gestión como ERPs para las finanzas y la contabilidad de la organización; las soluciones de CRM para la gestión de clientes; la ciberseguridad para la protección de los equipos e infraestructuras; y las páginas web para mejorar la visibilidad online”, apuntan. Pese a ello señalan que requieren una elevada dedicación burocrática para el agente digitalizador en las solicitudes y subsanaciones, además de que en algunos casos están tan encorsetadas que dejan fuera proyectos interesantes y tampoco pueden acogerse empresas con más de 50 empleos. En su caso también hablan de “algún retraso en los pagos”.

Otro grupo tecnológico valenciano que ha experimentado la demanda de estas ayudas es Lãberit, que cifra en 180 proyectos con bono de Kit Digital, que suman un importe de 1,23 millones de euros. Esteban Anguita, director de Banca y Seguros de Lãberit y coordinador de gestión del Kit Digital, lo califica com “un acierto rotundo” y destaca que “ha dinamizado y animado a muchas pymes a dar un paso adelante en el proceso de digitalización”.

El último grupo de empresas valencianas que de momento ha saboreado las mieles de los Next Generation es un selecto grupo de firmas muy especializadas en tecnología y valor añadido. Se trata por ejemplo de las ingenierías, proveedores y startups que se han colado en alguno de los consorcios con fondos del Perte del automóvil. Es el caso de Nutai y Órbita que participan en Future: Fast Forward, el de Volkswagen. Forvia lidera el que aúna a proveedores valencianos como Grupo Segura, Industrias Alegre o el fabricante de baterías eléctricas Endurance Motive, que recibirá en total 24 millones. En el del hub de la antigua Nissan de QEV también participan Power Electronics, S2 y Zeleros. La alicantina PLD Space también ha sido seleccionada en la fase incial del Perte aeroespacial para un microlanzador de satélites. Compite con otra startup, Pangea, para obtener en total 42 millones.