Más que cuotas: las empresarias piden incentivos e igualdad salarial

Las mujeres además de ser minoría en la dirección apenas suponen una de cada cinco accionistas en el capital de las empresas valencianas, según un estudio del Observatorio Gece. Más allá de porcentajes por leyes, las empresarias creen vital apoyar a las emprendedoras y a las compañías que las valoran.

La igualdad entre hombres y mujeres está lejos de ser una realidad aún en la gestión de las compañías. Y esas diferencias aún son muchos más abismales en el caso de la propiedad, según analiza el último informe del Observatorio GECE, la iniciativa de CaixaBank y el Ivie para impulsar la competitividad de las empresas de la Comunitat Valenciana. El estudio revela que el porcentaje de mujeres en el accionariado de las empresas con sede en la región apenas supone el 20,6% del total de accionistas, es decir, solo una de cada cinco personas con participación en el capital de las empresas de la autonomía es una mujer. Este peso es incluso menor al registrado para el promedio nacional, que se sitúa en un 22,6%.

El análisis también retrata la presencia femenina en los órganos de gobierno de las empresas. Las mujeres son, en promedio, el 23,6% de los miembros de los órganos de gobierno de las empresas valencianas. Un porcentaje que, en el caso de las firmas españolas, asciende al 24,9%, 1,3 puntos porcentuales más. “la presencia femenina se encuentra todavía lejos del porcentaje del 40% apuntado como deseable por parte de la directiva recientemente planteada por el Parlamento Europeo”, destaca el propio informe.

Pero más allá de esos baremos normativos, para las líderes empresariales valencianas hay otros factores en el día a día que siguen dificultando romper los techos de cristal. Así lo dejaron claro las dos empresarias que también participaron en la presentación del informe: Amaya Fernández de Uzquiano, del grupo químico Irisem y la tecnológica Nunsys, y Araceli Císcar, de la alimentaria Dacsa. Ambas coincidieron en reclamar incentivos fiscales para las empresas fundadas y dirigidas por mujeres, por un lado, y también para las empresas que fomenten la igualdad en los puestos directivos, por el otro.

El propio coordinador del Observatorio GECE y autor principal del estudio, Alejandro Escribá, que también está especializado en la empresa familiar, consideró que una de las vías más eficaces es incentivar el emprendurismo femenino y planteó establecer bonificaciones fiscales similares a las que existen para la sucesión familiar o reorientar las que ya existen para incentivar una mayor presencia femenina tanto en el capital como en los consejos.

Las empresarias hicieron especial hincapié en una de las realidades que sigue frenando la igualdad y la carrera laboral de las mujeres: los sueldos. “Es muy importante que sean valoradas en la nómina real”, destacó Císcar, que reconoció que la realidad es que “cuando se tiene que renunciar a algo por la familia suele renunciar la mujer porque el salario es más bajo”. Araceli Císcar insto a las mujeres a apostar por “no renunciar a la carrera profesional y tener claro que es una inversión de futuro, no sólo para ella, para la familia, porque no es el salario de uno u otro, es el de la pareja”.

Fernández de Uzquiano, que dirige la empresa familiar Irisem y es fundadora, socia y consejera de la tecnológica Nunsys, reconoció que, pese a los cambios en la sociedad, a las mujeres les sigue siendo más difícil conciliar con su papel de madres actividades corrientes en el día a día de la empresa, como quedarse al afterwork con los compañeros. Pese a los avances conseguidos, para la empresaria “aún quedan un par de generaciones para que la corresponsabilidad en casa sea real”. En esa línea, Císcar insistió en que “también es responsabilidad de las empresas crear un entorno para que las mujeres puedan ser madres” y puedan aportar su talento a las compañías sin tener que renunciar a una carrera profesional por la crianza. “A la velocidad a la que vamos hoy no se puede salir del mercado laboral”, recalcó.

La consejera ejecutiva de Dacsa, un grupo alimentario con un negocio de más de 420 millones de euros, cuya familia también controla Agrovert que incluye desde fincas de cultivos al productor avícola Florida, puso como ejemplo el caso del Reino Unido, donde cuando se realiza un proceso de selección “hasta la entrevista personal no sabes si el candidato es hombre o mujer”. Precisamente en un momento en que una de las materias primas más escasas es el talento, ambas coincidieron en lo mucho que pueden aportar las mujeres a la gestión de las compañías. “Creo que la ambición es muy buena en la empresa y es indiscutible que las mujeres la tienen”, apuntó Císcar. “Las empresas se están perdiendo talento si no nos tienen en cuenta”, sentenció Fernández de Uzquiano, que por su experiencia considera “las mujeres somos más conscientes de nuestras debilidades que los hombres y tenemos una visión más participativa”.

El peso en los órganos de poder

El estudio que analiza la situación en las empresas valencianas refleja que sólo el 16,4% de los puestos de presidencia de las empresas valencianas están ocupados por ellas, 0,8 puntos porcentuales por debajo de la cifra que se alcanza en el promedio nacional.

La cuota femenina en los consejos de administración de las empresas valencianas es del 22,5%, 1,8 puntos menos que la media española, lo que refleja que la presencia en el accionariado de las mujeres no solo es menor que la de los hombres, sino que, además, el porcentaje medio de capital que posee cada mujer es también menor que el de los hombres. En concreto, mientras ellos concentran de media el 68,9% del capital en las empresas en las que participan, el promedio de la participación en el capital de las accionistas mujeres se sitúa en el 52,5%, es decir, un 23,7% inferior al de los hombres.

La distancia entre hombres y mujeres se hace más evidente en el caso de las empresas en las que un administrador único controla la gestión, mientras que se reduce considerablemente en las que disponen de un consejo de administración, con un promedio de participación del 44,7% de los hombres, frente al 39,3% de las mujeres. En esta variable también se observan diferencias entre las empresas que tienen un consejo de administración y las que están gobernadas por un administrador único. En las primeras, el peso de las mujeres consejeras es del 22,5%, mientras que las administradoras únicas son el 30,7% del total.