El sector turístico vuelve a ser el salvavidas del crecimiento regional

Aunque el volumen de turistas aún no ha alcanzado los niveles prepandemia, el gasto turístico extranjero ya es superior y el incremento del mercado nacional han permitido que esta industria haya supuesto el año pasado el 15,8% del PIB autonómico, una décima más en 2019, según el último informe Impactur.

El largo invierno que supuso la irrupción del coronavirus para el sector turístico ha quedado atrás. Eso es lo que reflejan las cifras del último informe Impactur sobre la actividad turística en la Comunitat Valenciana, que no sólo considera que el año pasado ya se recuperaron los niveles previos a la pandemia, sino que incluso apunta que el sector ha tenido el músculo suficiente como para incrementar la riqueza del conjunto de España. Hasta el punto de que su peso en el Producto Interior Bruto (PIB) autonómico ya es superior al que registraba en 2019. El documento estima que su actividad aportó el 15,8% del total del PIB regional, una décima por encima del peso que representaba el último ejercicio sin coronavirus.

El documento cifra el impacto de la actividad turística en el territorio valenciano en 19.402 millones de euros, un 6,6% por encima de los niveles de 2019 según sus resultados provisionales. El análisis elaborado por la asociación empresarial Exceltur atribuye este repunte fundamentalmente al dinamismo y la fortaleza de la demanda nacional en los meses de mayor actividad, fundamentalmente en verano y Semana Santa, además de “a la paulatina y rápida recuperación de los emisores europeos continentales”.

“Los ingresos vinculados a los desplazamientos turísticos de los extranjeros en los destinos de la Comunitat Valenciana, que suponían el 48% del conjunto de su demanda turística en el ejercicio 2019, se estima que se situarían un 3,3% por encima de los niveles de 2019”, recoge el último estudio de Impactur sobre la región. Según el texto, “la recuperación de la contribución del turismo internacional a la economía y territorios valencianos ha estado protagonizada por un mayor gasto en los destinos, impulsado parcialmente por el aumento de los precios, como resultado del reposicionamiento de producto y la necesidad de cubrir aumentos de costes”. Un incremento en el que lógicamente también ha tenido que ver la inflación y sus efectos sobre los precios que han afectado a toda la economía.

En el caso de los turistas extranjeros, las estadísticas oficiales certifican que efectivamente aún no se ha alcanzado el número de visitantes que se recibían en 2019. De hecho, el año pasado el número de foráneos que viajaron a Alicante, Castellón y Valencia se situó en 8,6 millones de personas, casi un millón menos que antes del Covid. El tráfico aéreo de los dos grandes aeropuertos regionales también muestra que los pasajeros aún no alcanzan los de hace tres años, pero también apuntan a signos de fuerte recuperación. Así, el principal operador en ambos ya cerró con más viajeros que en 2019 tanto en El Altet como en Manises. Y en los dos últimos meses del año y el primero de este las cifras parciales ya son superiores a las registradas en los mismos meses de 2019.

Sin embargo, ese menor volumen se ha compensado con un gasto mucho más elevado de esos visitantes de fuera de España. Los datos del INE cifran su gasto turístico en 10.101 millones de euros durante 2022, un 5% más que el alcanzado en 2019. Es decir, cada visitante de otro país se gastó de media 118 euros diarios, frente a los 107 euros al día de 2019.

En cuanto a la demanda nacional, para los autores del informe “la robustez y la presencia de la demanda nacional en 2022 fue muy relevante”. Según sus cifras, el gasto turístico de los españoles en los destinos de la Comunitat Valenciana se estima en un 6,2% por encima del cosechado en 2019. Una tendencia en la que ha influido “la consolidación de la mayor preferencia por los viajes de proximidad, con un muy positivo desempeño del gasto de los residentes en sus viajes y excursiones en las tres provincias y un elevado dinamismo de los españoles del resto de comunidades, a pesar de las mayores facilidades de realizar viajes ya fuera de su territorio y de España”.

En línea coincide con los primeros informes económicos del año pasado, como el de CaixaBank Research, el servicio de estudios económicos de la entidad financiera, que estima que el PIB valenciano creció un 5,1% en 2022, “gracias, sobre todo, a la recuperación del turismo doméstico y el tirón del consumo, apoyado en el buen tono del mercado laboral”. En su caso, destaca que “aunque la región presenta un elevado peso de las actividades turísticas, tiene menor dependencia del turismo internacional que el conjunto de España”.

Si se analiza más pormenorizadamente en las principales zonas turísticas valencianas, el año pasado la mejoría fue especialmente relevante en los destinos urbanos. Alicante y Valencia se colocaron a la cabeza de las ciudades españolas en que los hoteles más incrementaron sus ingresos: hasta un 18,2% en Alicante y un 15,3% la ciudad del Turia según Exceltur. Junto a ellos Elche incluso incrementó su ocupación hotelera. El balance también fue positivo en los establecimientos de la Costa Blanca, con un incremento del 4,6%, mientras que en la costa valenciana los ingresos se resintieron un 2,4%, en parte por un aumento de plazas de más del 6,4% respecto a las que había en 2019.

En el caso de la capital valenciana, que en la última década había experimentado un fuerte despegue del turismo intranacional, aún se registraron un 10,6% menos de pernoctaciones de extranjeros. Todo lo contrario que en el caso de los turistas españoles, que aumentaron un 19,2%. Italia, el primer país de origen antes de la crisis, registró un recorte del 37% en visitantes y ha sido superado por Países Bajos.

Otra señal de la recuperación del pulso turístico es el regreso de los anuncios de nuevos proyectos turísticos y hoteleros tras el parón del Covid. Recientemente la ilicitana Grupo Lo Baró llegó a un acuerdo con Panoram Hotel para que opere su futuro centro de la marca Hampton by Hilton junto al aeropuerto de Alicante, mientras que Best Price ha anunciado su primera apertura en Valencia. También se extienden los proyectos de apartamentos turísticos, como los del grupo Alibuilding en Benidorm. La inmobiliaria de los fundadores de Goldcar ya ha puesto en marcha tres bloques en otros municipios alicantinos. Unas inversiones con las que se empieza a ver el cambio de ciclo, ya que según la consultora Colliers el año pasado la inversión hotelera en la Comunitat se redujo un 36,1%, hasta 76 millones.

El freno por los costes energéticos

El resurgir del sector turístico como motor del impulso económico también se acentúa por la fuerte incidencia de los costes energéticos y de las materias primas en la industria valenciana, especialmente en sectores que habían mostrado fortaleza en la pandemia, como la química o la cerámica. La producción industrial autonómica se resintió, como muestra el descenso del 3,3% en el Índice de Producción Industrial en su conjunto durante el año pasado. Especialmente significativo ha sido el desplome en el caso del azulejo, que llegó a reducir producción un 25,2% en la comparación anual, según los datos del IPI de 2022. Pero también los fabricantes de maquinaria y equipos, y el sector de la madera registraron fuertes descensos, con caídas superiores al 20%. Otra de las víctimas de la escalada de los precios del gas, el textil, redujo su producción industrial un 15% mientras que la química descendió un 6,1%. Las excepciones fueron el material del transporte y el calzado, con alzas superiores al 10%.

Así, a los Erte y los despidos en el azulejo de Castellón se ha sumado la pérdida de empleo en sectores como el metal. Según la patronal valenciana Femeval cerró 2022 con 2.107 empleos menos, un 1,2% menos en conjunto. Pero en algunos subsectores industriales la caída de los puestos de trabajo llegó al 10%. Una muestra de que, aunque buena parte del horizonte económico valenciano se fía a proyectos como la gigafactoría de Sagunto, en el día a día la economía de la Comunitat sigue aferrada al turismo como una de sus tablas de salvación más infalibles.