Facsa impulsa la agricultura sostenible a través de FertiLab

La compañía del ciclo integral de agua participa en un proyecto con fondos europeos para fertilizantes, biopesticidas y bioestimulantes a partir de los residuos de las depuradoras.

La centenaria Fomento Agrícola de Castellón (Facsa) ha estado desde sus propios orígenes y como recuerda su propia denominación ligada al campo, que tiene en el agua una materia prima fundamental. Una vinculación que también mantiene a través de sus trabajos en el terreno de la innovación, como el que le ha llevado a ser uno de los socios en el proyecto FertiLab, que ha logrado fondos europeos Next Generation para desarrollar nuevos productos que permitan mejorar la agricultura sostenible a partir de los residuos generados por las estaciones de depuración de aguas.

La empresa de Grupo Gimeno es uno de los socios tecnológicos de esta iniciativa junto a tres universidades, dos centros de investigación y otro socio industrial. El principal objetivo de esta iniciativa es dar una segunda vida a uno de los subproductos resultante de una de las fases de la depuración del agua, el que se conoce como lodo digerido o digestato. Con el proyecto se pretende convertir este residuo en tres tipos de productos de gran interés para poder utilizar en la agricultura sostenible y de paso sustituir a otros fertilizantes o químicos tradicionalmente obtenidos a partir de combustibles fósiles.

Así, el primer objetivo es conseguir fertilizantes o abonos minerales enriquecidos con nutrientes presentes en estos lodos. El siguiente paso en el proceso es producir biopesticidas, mediante una fermentación en estado sólido del lodo. Por último, también mediante fermentación en estado sólido del lodo se espera generar bioestimulantes, que aporten como ventajas un mejor crecimiento de las plantas, mayor producción y una mejora de la calidad del cultivo, entre otras.

El proyecto pretende lograr una mejora de la sostenibilidad en la agricultura a nivel territorial basándose en los principios de agroecología, ya que propone cambiar el escenario actual de agricultura intensiva por estrategias más locales, en las que se cierran ciclos de nutrientes y utilizan alternativas orgánicas en sustitución de productos químicos de alto impacto ambiental, como los fertilizantes minerales y pesticidas químicos. Un proyecto que además es complementario del desarrollo del biogás como nueva energía renovable. Este gas puede proceder de la biodegradación de una gran variedad de residuos orgánicos, entre los que también se encuentran lodos de aguas residuales, fracción orgánica de residuos municipales o estiércol, entre otros, lo que ha incrementado en toda Europa la producción de biogás a través de la digestión anaerobia.

Fertilab incluye la evaluación del posible uso y aplicación de los bioproductos obtenidos, fomentando la comercialización y la aceptación en el mercado de nuevos ingredientes agrícolas de base biológica. Además, se aplicará el concepto de “Living Lab” para abordar la fertilización sostenible con la participación de distintos agentes, que actuará como catalizador hacia la implementación de una plataforma abierta en la que se puedan abordar nuevas propuestas agrícolas desde el punto de vista técnico, medioambiental y económico.

Los otros socios

El proyecto cuenta con presupuesto de más de 643.000 euros y, además de Facsa, participan en él la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), con el grupo de compostaje (GICOM) liderando el proyecto: la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) y la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche. También forman parte de esta iniciativa el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), y el centro vasco especializado en el cambio climático Klima Aldaketa Ikergai.