Los operadores de bus se la juegan para seguir en el mapa

Después del desplome por la pandemia, el transporte por carretera afronta una docena de concesiones en toda la región que suponen 540 millones de euros de negocio.

La irrupción de la pandemia supuso un paréntesis obligado en el largo proceso de renovación del mapa de las concesiones públicas de transporte por carretera de viajeros. Con algunos años de retraso y tras problemas administrativos, la Generalitat Valenciana había presentado un plan para remodelar la mayoría de las rutas de servicio público de ámbito autonómico cuyos servicios ya habían vencido hace tiempo y en muchos casos se estaban prorrogando.

Tras esta pausa obligada y además con la paralización de la actividad durante el confinamiento y la limitación del movimiento por la pandemia, la Administración pública ha abierto ahora buena parte de los procesos de adjudicación de esas concesiones públicas que garanticen el negocio durante un periodo de 10 años a las empresas que se impongan en el proceso. En los últimos meses la Generalitat ha lanzado en total 11 licitaciones de distintas rutas de transporte interurbano en toda la región, que se suman también al concurso público para el transporte urbano en la segunda mayor ciudad de la autonomía, Alicante.

En total se ha abierto a la competencia un negocio que suma líneas de servicio público valoradas en 540 millones de euros en un sector que se encuentra en un momento de incertidumbre, por las rebajas de las tarifas que se están aplicando desde las Administraciones a la vez que su principal coste, el combustible, se sitúa en máximos, y los nuevos contratos exigen también fuertes inversiones en descarbonización y apostar por tecnologías que aún no se han generalizado.

Por volumen, el mayor de los servicios actualmente en liza es el de los autobuses urbanos de la capital alicantina para los próximos 10 años. Una licitación histórica, porque la actual concesión en manos de la empresa Masatusa, del grupo alicantino Subús-Vectalia, tenía más de medio siglo de vida ya que estaba vigente desde 1969. Un concurso al que se han presentado sólo dos ofertas: el propio grupo Subús-Vectalia y otro de los grandes operadores nacionales del sector, Avanza, en manos de la multinacional mexicana Mobility ADO, que posee la filial Autocares Costa Azul encargada del transporte urbano en Torrevieja y de varias líneas interurbanas en el sur de la provincia.

La nueva concesión alcanza un valor estimado total de 385 millones de euros. Una cifra en la que se incluye, por un lado, los 145,57 millones de euros que el Ayuntamiento de Alicante aportará mediante subvención a la explotación del servicio, otros 40,7 millones de euros que el consistorio inyectará como subvención al pago de los viajeros y los 128 millones de ingresos directos que se estiman por la venta de billetes. A esas cifras se añade otros ingresos derivados del valor residual de las inversiones, la explotación publicitaria y las posibles modificaciones al alza previstas en los pliegos, por hasta un 20%.

En principio este gran concurso parece encarrilado para Vectalia. Además de su experiencia durante más de medio siglo y su fuerte posición en Alicante, el grupo propiedad de la familia Arias ha obtenido la mayor puntuación técnica y también es la que ofrece una menor aportación del Ayuntamiento durante los diez años de servicio, que sitúa en 125,6 millones de euros, frente a los 142,6 millones de la oferta presentada por Avanza. El nuevo contrato incluye inversiones para la renovación de la flota existente durante el periodo de concesión, que pasará de los 97 autobuses actuales a 101 vehículos. Además, dentro de esa renovación los pliegos especifican que 42 autobuses serán de tecnologías de motorización eléctrica emisión cero y también se aportará un autobús nuevo de doble piso, con servicio de locución para traducción a varios idiomas, que asumirá el servicio Turibús, el autobús turístico de la capital de la Costa Blanca.

Si finalmente mantiene este contrato, Vectalia se asegurará una de sus mayores fuentes de ingresos tradicionales. El principal operador de autobuses de la provincia de Alicante también se perfila como adjudicatario de una de las concesiones de la Generalitat Valenciana actualmente en juego. Se trata de la concesión CV-211, denominada Elche-Rodalíes, que incluye las líneas que unen la ciudad ilicitana con sus comarcas más cercanas. Un contrato valorado en 28 millones euros que abarca Alicante, Elche, Crevillente, Santa Pola y Sant Vicent del Raspeig con una población de cerca de 695.000 habitantes. La concesión contará con una dotación mínima de 18 autobuses que realizarán más de 1,2 millones de kilómetros anuales.

De momento Vectalia a través de Subús se ha impuesto en la valoración de ofertas a los otros dos competidores: el grupo madrileño Interbus y la almeriense Busbam. Estas dos empresas y el grupo gallego Monbus en principio se han convertido hasta ahora en las principales alternativas en los concursos convocados a los grandes operadores tradicionales valencianos, entre los que además de Vectalia se incluyen el líder nacional Alsa y el grupo valenciano Transvía, además del grupo Autos Mediterráneo-Hicid en el caso de la provincia de Castellón.

En el caso de Interbus, la presencia del grupo madrileño hasta ahora se centra en líneas de largo recorrido entre Madrid y Alicante, aunque también tiene presencia en el transporte interurbano en la vecina Región de Murcia, uno de sus principales mercados junto a la propia Comunidad de Madrid, Andalucía y Extremadura.

Por su parte Busbam es un grupo familiar andaluz que en los últimos años ha puesto su punto de mira en Alicante como zona natural para crecer desde sus rutas consolidadas en Almería y Murcia. Tras la pandemia ya asumió la gestión del servicio regular de viajeros entre Alicante y Cartagena, además de la línea entre Murcia y Torrevieja en 2021.

Además de concurrir a la concesión para el transporte interurbano entre Elche y sus comarcas vecinas, Busbam también ha pujado por otras dos licitaciones. Una de ellas es la de las líneas que unen las dos grandes capitales autonómicas, Valencia y Alicante, a las que la Generalitat también ha añadido una conexión con Elche. La otra concesión aglutina las líneas regulares para unir las localidades ubicadas en las comarcas alicantinas de La Marina Alta, cuya capital es Dénia, y La Marina Baja, que incluye Benidorm, entre ellas y con Alicante. Unas zonas especialmente interesantes para los operadores por carretera por la fuerte afluencia de turistas y la falta de una alternativa ferroviaria en la mayoría de ese territorio.

Sin embargo, todo apunta que la firma andaluza deberá de buscar otras alternativas, A falta de la adjudicación definitiva en ambos procesos su propuesta ha sido excluida al no considerar justificada su oferta económica. En el caso de los servicios entre Alicante y Valencia, que están valorados en 25,6 millones de euros, la alianza formada por Alsa y Transvía mantendrán sus autobuses. En el caso de la ruta que recorre la mayoría de las poblaciones por la costa se encuentra en manos de Alsa. Por su parte Transvía, que incluye a La Concepción, Herca, Travicoi o Hispano Chelvana, es el principal prestatario de las líneas regulares con las localidades por la ruta del interior de la provincia de Valencia, además de incluir varias líneas metropolitanas.

Curiosamente, las alianzas entre Alsa y Transvía no se limitan a la conexión Valencia-Alicante. Recientemente ambos grupos han empezado a operar conjuntamente las líneas de autobús en la zona sudeste del Área Metropolitana de Lisboa (AML), con una flota de 227 autobuses y unas expectativos de ingresos de 185 millones durante los siete años de concesión. En cuanto a la concesión de las comarcas de Las Marinas, un servicio valorado en 32,4 millones de euros, la mesa de contratación ha elegido la oferta en solitario de la filial alicantina de Alsa, La Unión de Benisa.

Por su parte el grupo gallego Monbus, aunque tiene presencia en Valencia desde 1990 cuando adquirió La Requenense, ahora quiere aprovechar para ampliar su presencia. De momento, su oferta ha sido elegida para una concesión entre la comarca castellonense del Alto Palancia, Sagunto y Valencia, que se valora en más de 11 millones de euros.

Precisamente junto a los contratos de mayor importe, las concesiones de la Generalitat también abarcan rutas vitales para pequeñas compañías locales en zonas rurales, como Autocares Chambitos en Ayora que realizará la línea de Cofrentes a Almansa o Togsa, que también es la elegida para varias rutas en torno a Xàtiva y la comarca de La Costera.