El precio de la luz multiplica la energía solar en la industria

En lo que va de año se ha instalado el doble de potencia de autoconsumo que durante todo 2021 y la patronal Avaesen prevé que genere un ahorro en la factura de 180 millones.

Las facturas de la electricidad por las nubes se han convertido en el mayor impulsor de las instalaciones de energía de autoconsumo en la Comunidad Valenciana. En los últimos meses y al calor de la escalada de la energía, la lista de grandes empresas e industrias valencianas que ha optado por invertir en contar con su propia planta solar, la mayoría sobre sus propios tejados no para de crecer. Entre enero y septiembre se han instalado en la Comunidad Valenciana 207,89 megavatios (MW) de potencia fotovoltaica de autoconsumo, una cifra que no sólo dobla los 103,85 MW implantados el año pasado. Es muy superior a la potencia que había en la región a finales de 2021, con 156,92 MW.

Un fuerte despegue en el que la industria ha tenido un papel fundamental. Más del 58% de la potencia instalada corresponde a usos industriales, al que hay que sumar otro 2,5% instalado en almacenes y centros logísticos. Según la patronal Avaesen, en total este año se habrán invertido más de 300 millones de euros en fotovoltaica de autoconsumo, de los que cerca de 210 millones corresponden a empresas. Una inversión que se dejará notar en una rebaja de la factura que estima en 180 millones de euros en total, de los que más de 128 millones corresponden a consumo de empresas. Y es que el fuerte incremento ha reducido también los plazos para amortizar estas instalaciones.

Solo en el último trimestre se implantaron 482 centrales de paneles solares en empresas industriales y logísticas, según los datos de la Generalitat, con lo que hay más de 2.000 instalaciones energéticas de este tipo en empresas de las tres provincias. Una lista que no para de crecer.

Entre las últimas en sumarse se encuentra la mayor fábrica de Valencia, el complejo de Ford en Almussafes, que tiene previsto generar el 25% de su consumo mediante esta fórmula en 2025 y que precisante tiene por delante el reto de su electrificación.

También el sector azulejero, una de las grandes víctimas de la subida del gas, ha apostado por llenar sus techos de placas solares. Una de las pioneras fue Pamesa, que en 2020 decidió invertir 15 millones de euros en la mayor planta de autoconsumo con más de 13 MW y a la que no ha dejado de sumar paneles en nuevos almacenes y otras filiales. Porcelanosa también ha seguido esa estrategia, con la instalación de placas sobre 10.000 metros cuadrados, a las que prevé sumar el próximo año otros 15.000 metros cuadrados.

Vicky Food ha destinado 2 millones de euros durante el último año a instalar más de 7.000 paneles en sus centros de producción de Villalonga y Gandía, en su granja ovoproductora y en las delegaciones más importantes. Una inversión similar a la del fabricante plástico SP-Berner en su factoría de Aldaya, donde ha destinado 1,9 millones de euros a su planta solar, como también Grefusa ha hecho en su factoría de Alzira.

Además, algunos de estos proyectos van más allá de la instalación de las placas y también incluyen sistemas de almacenamiento y gestión inteligente. Entre ellos destaca el de Power Electronics, que precisamente ya suministra sus equipos a centrales renovables y lidera el proyecto de una gran fábrica de baterías de almacenamiento. También la textil alicantina TexAthenea, ubicada en Villena, ha apostado por instalar un sistema de almacenamiento de 2 megavatios hora para aprovechar los excedentes.