Rebeca García, presidenta de la Asociación de Elaboradores de Cava de Requena: “En los últimos diez años se han multiplicado por tres las ventas de cava valenciano”

Rebeca García, que forma parte de la segunda generación de la bodega Pago de Tharsys, preside la asociación que representa a los siete principales productores de cava de Requena, el único municipio valenciano donde se puede elabora la Denominación de Origen Cava y que ha vivido un desarrollo vertiginoso en esta década.

¿Cuántas bodegas forman parte de la asociación y cuál es la producción de las bodegas valencianas?

Actualmente forman parte de la entidad siete bodegas dedicadas a la elaboración de cava y vino base cava que suponemos el grueso de la elaboración en Requena. En total se embotellan unos once millones de botellas y también se producen 30 millones de litros de vino base cava que se vende a granel sobre todo a otras zonas productoras, fundamentalmente a Cataluña. En los últimos diez años se ha multiplicado por tres la venta de cava valenciano. Empezamos hace 40 años con una producción muy minoritaria en la zona y hace 20 años suponía apenas un millón de botellas. Eso da una idea de la enorme evolución que hemos tenido en la última década, donde el crecimiento ha sido mucho más rápido. Con todo, sigue siendo un porcentaje pequeño sobre el global de la producción de cava en España.

¿Cuáles han sido los motivos del fuerte auge del cava valenciano en estos años?

La principal razón es la tendencia al alza del consumo de espumosos en todo el mundo, en detrimento del vino tinto. Los espumosos en general son vinos más fáciles de entender, con un porcentaje de alcohol más bajo y que se beben mucho más en los mercados exteriores frente a la mayor demanda del tinto en España. Los nuevos gustos del consumidor han tenido mucho que ver y también las acciones de promoción tanto del Consejo Regulador como de las propias bodegas y la asociación para desestacionalizar el consumo, hacerla una bebida más atractiva para todo tipo de público y bajar la edad del consumidor de cava tradicional. Por otro lado, la calidad del cava de Requena es altísima por sus características geográficas, con una altura de 800 metros con un clima continental, pero también una influencia mediterránea que permiten una uva superior a otras zonas. El clima y la altura nos dan acidez y menos enfermedades fúngicas respecto a otras zonas.

¿Cuáles son los mayores mercados hoy en día del cava valenciano?

Principalmente los grandes mercados son la propia Comunidad Valenciana dentro de España como mercado próximo y los mercados internacionales. Posiblemente estemos en un 50% entre el mercado nacional y las exportaciones, sobre todo en países de Europa como Reino Unido, Países Bajos, Bélgica y Alemania. Y también Japón.

¿La polémica por el ‘procés’ en Cataluña ha impulsado el cava valenciano en el resto de España?

Sí, por supuesto. Cada vez se vende más cava valenciano en otras zonas de España, aunque no en Cataluña, donde se siguen consumiendo mayoritariamente cavas catalanes. En el resto de España está mucho más repartido, especialmente en zonas con fuerte demanda como Madrid y Andalucía.

¿El cava valenciano tiene más presencia en la restauración que en la distribución?

Es cierto que donde somos más fuertes es en el canal de restauración porque una parte importante de las bodegas elaboramos productos de gamas medias y altas, que se comercializan sobre todo en comercios especializados y en restaurantes. En la distribución alimentaria están más presentes gamas de precios más bajos y por ello hay más competencia con otras zonas productoras. Pero también podemos decir que nuestra presencia va en aumento, hace cinco años no estábamos tan representados en los lineales de la alimentación. Es importante estar ahí, porque se vende mucho cava y se hace también mucha marca a través de esos lineales y de las cestas de la compra de los consumidores para ser visibles y hacer comunicación.

¿Qué peso tiene la campaña navideña para el cava valenciano y qué previsiones tienen para estas Navidades?

Tradicionalmente el consumo navideño ha llegado a representar el 80% de las ventas. Sigue habiendo una concentración importante en estas fechas en España, no tanto en el mercado internacional, que en su caso las adelanta a septiembre. Este año esperamos que venga a representar alrededor del 70%. Prevemos una muy buena campaña de Navidad después de dos años difíciles con campañas flojas porque ha habido menos celebraciones y reuniones familiares y de empresas por las restricciones del coronavirus. Al final eso ha restado ocasiones y momentos para abrir una botella de cava. Este año por fin se retoman todas esas celebraciones y festejos multitudinarios y eso va a relanzar la venta. Creemos que se van a superar las de 2019 que fue un año muy bueno para el cava valenciano. Somos muy positivos, a pesar de toda la incertidumbre por la inflación y el aumento de los costes.

¿Qué impacto va a tener el incremento de los costes de producción en el precio?

El incremento de los costes de materiales como el vidrio, el cartón y el papel, además de la energía y otros suministros puede variar entre un 14% y un 50%, aunque también depende de cada bodega y del volumen de cada producto, porque en el caso de pequeñas producciones el incremento es aún mayor y a veces llega al 100%. Lo más duro es que las bodegas no hemos subido el precio de nuestras botellas durante el año, como nos ha ocurrido con las materias primas y los suministros que han ido realizando subidas cada dos o tres meses. Los productores subiremos los precios cuando empiece el año, pero hemos estado absorbiendo estos aumentos de costes sacrificando nuestro margen. Las empresas vamos a notarlo en nuestros márgenes a final de año.

Este año los productores de Requena han conseguido entrar en el Consejo Regulador de la DO Cava frente al tradicional peso de Cataluña. ¿Qué supone para el sector valenciano?

Obtener un puesto en el Consejo es un hito histórico, nunca antes se había conseguido tener voz y voto. No sólo es tener información directa, podemos decir y votar para dejar constancia tanto como productores de uva como de cava. Es importantísimo y las relaciones van a cambiar. Siempre ha habido diálogo, pero el estar ahí va a ser mucho más positivo y tenemos muchas cosas que contar y decidir de hacia dónde va el sector del cava.

Otro conflicto abierto desde hace tiempo es poder usar el nombre de Cava de Requena para la subzona de la DO de Cava.

Desgraciadamente no hay avances ni muchas vías de negociación más allá de la judicial. La negativa del Ministerio es muy clara al considerar que hay una incompatibilidad porque Requena figura en el nombre de la DO de vino Utiel-Requena. Pensamos que es injusto porque Requena es el único municipio donde se puede hacer cava en la zona, no existe confusión con los vinos de la DO Utiel-Requena porque son otro tipo de productos y además hay consenso con su Consejo Regulador para utilizar esa marca. Hoy por hoy todas las subzonas tienen nombre menos nosotros y eso nos deja en indefensión. Somos guerreros en esta cuestión porque no entenderíamos no poder usar nuestro nombre.

Otro punto de fricción entre las zonas productoras de DO ha sido el freno a ampliar las hectáreas de cultivo.

Recientemente en la última votación la mayoría votó en contra de ampliar hectáreas porque ahora mismo hay excedente de uva para cava y una forma de proteger el precio para el viticultor es limitar hectáreas y producción. Ahí hemos estado casi todos de acuerdo. Cuando el tema creó polémica fue porque había solicitudes en marcha que no podían quedar en el limbo y desprotegidas. El viticultor debe entender que hay momentos en que hay que ampliar y otros en que hay que mantener. En Requena estamos apostando por la calidad y este año se han pagado precios más altos. Seguimos teniendo un potencial de 30 millones de litros de vino cava base sin embotellar, con lo que podemos aumentar el valor de la uva si conseguimos vender más cava embotellado aquí.