Puig mueve el banquillo del Consell para un reñido final de legislatura

El Gobierno de coalición de izquierdas ha acometido a un año de la próxima cita electoral su mayor remodelación. Relevos como la salida de Vicent Marzà de Educación por parte de Compromís y de Ana Barceló de Sanidad que dejan ver que los socios empiezan a marcar distancias de cara a las urnas

Cuando apenas queda un año para la próxima cita electoral valenciana y después de que en las comunidades autónomas donde gobernaba una coalición de derechas se hayan precipitado los adelantos electorales, el presidente valenciano Ximo Puig ha acometido la que probablemente haya sido la remodelación más amplia desde que ocupa el Palau de la Generalitat Valenciana con el apoyo de Compromís y Podemos.

Una crisis de Gobierno que al final ha supuesto cambios en 5 de las 11 consellerias y se precipitó por la marcha del portavoz socialista en Les Corts Valencianes tras decidir continuar como abogado defensor del empresario Jaime Febrer, acusado en el caso Azud, otro caso más de corrupción que en esta ocasión además de incluir a ayuntamientos gobernados por el PP también se vincula a socialistas e incluso a históricos de Compromís. Precisamente mientras Puig deshojaba las margaritas de sus nombres, el partido valencianista se adelantaba al anunciar la salida de uno de sus pesos pesados en el Consell, Vicent Marzà. El hasta ahora conseller de Educación y una figura que en estos años ha ganado protagonismo por sus polémicas a cuenta de la política lingüística o las relaciones con los centros concertados, anunció que se apartaba de la gestión para centrarse en el partido de cara a las próximas elecciones. Una decisión tras la que se atisban los movimientos en Compromís para contar con un recambio ante el desgaste de Mónica Oltra. La vicepresidenta valenciana se enfrenta en las próximas semanas a su posible imputación por la actuación de su departamento en el caso de abusos a una menor tutelada por el que fue condenado su exmarido. Marzá ha sido sustituido por su número 2 y exalcaldesa de Sueca, Raquel Tamarit.

Las fichas movidas por el propio Puig también parecen haber sido realizados con la calculadora electoral en la mano. Ese sería el motivo de la salida de la hasta ahora consellera de Sanidad, Ana Barceló, para sustituir a Mata como portavoz del parlamento autonómico. Sin duda uno de los puestos socialistas con más visibilidad, pero a la vez al margen de las posibles críticas por la gestión. La pandemia ha convertido en Barceló en un rostro popular y todo apunta a que es la baza de Puig en el territorio donde los socialistas tienen menos apoyo, Alicante, precisamente la gran baza del futuro candidato del PP, Carlos Mazón. Al frente de Sanidad se sitúa ahora Miguel Mínguez, toda una autoridad en la profesión médica, hasta ahora jefe de servicio del hospital Clínico de Valencia, investigador principal del Incliva y profesor titular en la Facultad de Medicina, que sin embargo deberá lidiar con la alta temporalidad del personal sanitario y su regulación.

El presidente valenciano también refuerza al que se considera su mano derecha, el que era conseller de Política Territorial, Arcadi España. Algunos incluso ven en el que fuera director de Gabinete de Puig tanto en la secretaria del PSPV como en la primera etapa del Botànic su futuro delfín. Sin duda es una figura ascendente al asegurarse las llaves de las arcas autonómicas como nuevo conseller de Hacienda. España sustituye a un histórico socialista y exdecano de la Facultad de Economía de la Universitat de Valencia, Vicent Soler, que tras siete años de pelea ha visto como la gran asignatura que se marcó el propio Ximo Puig, la reforma del modelo de financiación autonómica, sigue estancada.

El paso de España a Hacienda supone el ascenso de Rebeca Torró como nueva responsable de Política Territorial. Hasta ahora secretaria autonómica de Economía, su papel fue clave en la llegada de Volkswagen a Sagunto, un triunfo que Puig quiere convertir en una de sus grandes bazas electorales.

El último relevo ha sido el de Carolina Pascual como consellera de Innovación y Universidades por Josefina Bueno, vicerrectora de la Universidad de Alicante, quien también fue directora general de Universidades en el primer Botànic.