El caso de éxito del sol y playa de Benidorm que se extiende por la costa valenciana

El grupo familiar que abrió su primer hotel en Benidorm hace 40 años y se ha extendido a Valencia y Castellón acaba de sumar dos establecimientos más a su red, entre ellos el primero urbano en Valencia. Además, José Hernández ha dado un paso en el relevo generacional con la designación de su hijo como CEO.

La historia de Hoteles RH se inició en la década de 1980, cuando el empresario José Hernández fundó un hotel en Benidorm que ha sido la base de uno de los grupos que hoy ya es referencia en esa ciudad de la Costa Blanca, donde ahora posee siete alojamientos. En los últimos años el grupo ha extendido su actividad a otros destinos de playa de la costa de Alicante, Valencia y Castellón, como Calpe, Gandía, Peníscola o Vinarós, hasta sumar casi una veintena de establecimientos y más de 2.000 habitaciones.

Y en lo que va de año el grupo ya ha cerrado dos operaciones más para seguir creciendo en Comunidad Valenciana. Por un lado, ha entrado en Castellón capital, al adquirir el histórico hotel Golf Playa ubicado en el Grao de Castellón, junto al campo de golf y muy cerca de la primera línea de mar. Una apuesta que reforzará con la reforma del establecimiento, cuya estimación inicial de inversión supera los 3 millones de euros.

La traca final ha sido la incorporación del que es su primer hotel urbano, justo antes de que arrancasen las Fallas en Valencia. La compañía familiar ha cerrado un acuerdo con los propietarios en este caso para asumir la gestión del hotel Sorolla Centro, un clásico también en la capital valenciana. Un hito en el crecimiento y también en la diversificación de producto y destino. Una estrategia que le permitió capear mejor la crisis del Covid al contar con hoteles en ubicaciones enfocadas más al turista nacional frente al fuerte peso del visitante británico en Benidorm.

El grupo hotelero, como todo el sector turístico, ha vivido el impacto de la pandemia mundial. Así, en el año 2020 la facturación bajó al 30% y registró pérdidas, pero en 2021, con el 73,2% de lo facturado en 2019 logró volver a resultados positivos. Una tendencia que quiere aprovechar para seguir extendiendo su modelo de negocio y recuperar la normalidad, para alcanzar unos niveles de facturación de 70 millones de euros al año. Una normalidad que según el empresario hotelero no llegará al menos hasta 2023 o 2024. La empresa turística cuenta con 850 empleados en temporada baja y alcanza los 1.150 de mayo a octubre.

En plena tormenta perfecta por la pandemia, el grupo familiar también ha cerrado el relevo generacional de la compañía. Un proceso natural por el que Pablo Hernández, hijo del presidente y que ya llevaba varios años en la gestión, ha asumido las funciones como consejero delegado. Un símbolo también de los planes del grupo para dar continuidad a su actividad. El gupo se ha fijado como objetivo seguir extendiendo su marca con adquisiciones o acuerdos de gestión o arrendamiento, sin descartar el salto a otros destinos vacacionales fuera de Comunidad Valenciana si surgen oportunidades.