La regulación de los residuos de envases y los impactos en la industria alimentaria

La publicación en el BOE el pasado 9 de abril de la Ley 7/2022 de residuos y suelos contaminados para una economía circular ha supuesto un cambio fundamental en la regulación asociada a los residuos y envases, se han lanzado medidas para luchar contra el cambio climático y proteger el medio marino que pueden conducirnos al desarrollo de la economía circular.

La nueva legislación plantea retos sumamente ambiciosos, tanto que nos obligan a pensar si los retos son alcanzables y si los operadores disponen de los recursos necesarios para trabajar de acuerdo con la jerarquía planteada: prevención, preparación para la reutilización, reciclado, otro tipo de valorización y eliminación teniendo en cuenta los porcentajes y fechas previstos en la Ley 7/2022 y en el futuro Real Decreto de Envases y Residuos de Envases. Además de los retos generales en la reducción de los residuos, también hay que prestar especial atención a las cuestiones asociadas a los plásticos de un solo uso (responsabilidad ampliada del productor) y medidas de prevención asociadas con los establecimientos que vendan productos frescos en los que se aceptará el empleo de recipientes reutilizables (bolsas, táperes, botellas, entre otros).

Los planteamientos de la regulación (Ley 7/2022 y proyecto de Real Decreto de Envases) son muy ambiciosos, tanto por los objetivos propuestos, como por las distintas líneas de actuación que propone para los residuos, la economía circular, los suelos contaminados, las medidas fiscales, etc. Confiamos en que con el desarrollo reglamentario (proyecto de Real Decreto de Envases) se configure un marco legislativo que permita una adecuada aplicación. Además de ello, también es muy importante que todos los agentes implicados trabajen para crear herramientas complementarias (guías, manuales, etc.) para garantizar un nivel elevado de cumplimiento de lo que se propone en el nuevo marco legal. En las propuestas del nuevo marco legal, basadas en el principio de jerarquía de residuos, se hace especial énfasis, en primer lugar, sobre la necesidad de reducir la cantidad de residuos, en segundo lugar, la preparación para la reutilización, y, en tercer lugar, sobre la reciclabilidad de los envases. Los objetivos y medidas definidas para dar respuesta a la reducción y reutilización son las que han suscitado, y siguen generando, más controversia entre los operadores, ya que son los que implican cambios más radicales e incertidumbres en los sistemas productivos, hasta ahora eran los aspectos que menos se habían trabajado dentro de la gestión de residuos de envases. Así pues, resulta interesante analizar el impacto de estas medidas sobre cada uno de los eslabones que constituye la cadena de valor incluyendo, además, al consumidor y empresas recicladoras.

El mayor impacto, sin duda, recae sobre los fabricantes de envases, quienes ya llevaban tiempo (especialmente antes del paréntesis de la pandemia) tratando de mejorar la sostenibilidad de sus envases. Las medidas legislativas aprobadas y las que se están desarrollando hacen necesario que se redefina, la estrategia de ecodiseño, bajo sus diferentes vertientes: reutilización, reducción de cantidad de material, incorporación de reciclado, reciclabilidad o uso de materiales alternativos para mejorar la sostenibilidad. Eso sí, teniendo en cuenta que la sostenibilidad ha de abarcar el conjunto del envase y el producto, evitando posibles problemas de deterioro de alimentos y garantizando la seguridad alimentaria.

Los envasadores de productos, en especial los de bebidas, que también sirven al canal horeca a las cuales les afecta de lleno la obligación de reducir las botellas de plástico de un solo uso y de disponer de mayor número de envases reutilizables. Seguramente el formato bag-in-box, que permite envasar cantidades elevadas, empezarán a cobrar más importancia, especialmente para el agua. La distribución, en particular las grandes superficies, tendrá que modificar sus espacios para incorporar las estaciones de recarga de productos. En el caso de productos de detergencia, una cadena de distribución internacional ya ha lanzado una prueba piloto con envases reutilizables. Incorporarán más información sobre la correcta gestión de los envases y el impacto que pueden tener en el medio si no se gestionan adecuadamente. En el caso de la Ley de residuos, también hay medidas específicas para evitar el desperdicio alimentario.

Como consecuencia los consumidores vamos a empezar a ver cambios importantes en los supermercados. Algunos de estos cambios, solicitados desde hace años, como la eliminación de los envases en frutas y hortalizas enteras (envases de todo tipo, no sólo plástico). Según los resultados del barómetro llevado a cabo por AINIA en 2022, el 75% de los consumidores opina que con mucha frecuencia se encuentran con embalajes innecesarios.

Ante esta situación surgen dudas, ¿entonces, si dejamos de pagar envases, algunos productos reducirán su precio? ¿por el contrario, el impuesto especial a envases de plástico no reutilizables se trasladará hasta el consumidor final? Las respuestas dependerán de la estrategia de cada cadena de distribución. También veremos información más clara y más transparente en los envases, en relación a dónde depositar cada uno de los residuos de envases, y dejaremos de ver mensajes como “envase respetuoso con el medio ambiente”, que pueden generar confusión y dar a entender que si se eliminan en el medio ambiente no pueden suponer un problema.

Por último, y cerrando el círculo, no hay que olvidar a las empresas recicladoras. A éstas les impactará de manera positiva el hecho de que supuestamente les empezará a llegar envases más fácilmente reciclables, aunque como contrapartida se espera una reducción en las botellas de plástico de un solo uso, por lo que la reducción de botellas de PET implicará una disminución de este tipo de recurso, que en estos momentos es el que menores dificultades ofrece desde el punto de vista de la reciclabilidad y la mejor fuente de materia prima secundaria para fabricar nuevos envases de PET. Esto a su vez impactará sobre los fabricantes de envases, que tienen unos porcentajes mínimos de incorporación de reciclado en sus envases. De este modo vemos cómo los diferentes impactos se encuentran interrelacionados y se cierra ese círculo de los impactos sobre los diferentes eslabones de la cadena.