El ingeniero al mando de una locomotora industrial capaz de sobrevivir a tres dueños

El fabricante ferroviario suizo Stadler es uno de los proveedores habituales del gigante alemán Deutsche Bahn (DB) o del metro de Berlín. Sin embargo, el que se ha convertido en su mayor contrato de la historia hasta ahora será para fabricar una máquina que no se ha diseñado ni desarrollado en sus cuarteles generales de Suiza y Alemania. El pedido que puede llegar hasta los 4.000 millones de euros incluye 504 convoyes del modelo Citylink, un tren ligero para transporte interurbano en poblaciones de tamaño medio que fue pensado, diseñado y desarrollado por ingenieros valencianos.

Todo un éxito made in Valencia que debe mucho al empeño puesto por el máximo responsable de la factoría valenciana de Stadler, Íñigo Parra, para convertir unas instalaciones de fabricación de productos diseñados por otros en un centro de ingeniería capaz de abarcar todo el proceso de innovación y tecnología para poder diseñar y crear en su totalidad locomotoras y trenes. Ingeniero industrial de formación, Parra ha sido un convencido de que la única forma de garantizar el valor añadido a su fábrica era con un departamento capaz de crear nuevos productos y soluciones. Fue así como una factoría centrada en locomotora y bogies, además de algunos convoyes para las líneas de metro y tranvía de la Generalitat Valenciana, decidió dar el paso de crear la versión de un tren ligero como el Citylink, cuya primera versión nació en 2003 para dar servicio a la línea Tram que une Alicante con varias poblaciones vecinas.

Esa capacidad para aportar valor añadido también ha sido una de las claves que explica que en menos de 20 años la planta valenciana haya cambiado tres veces de propietario, en un sector controlado por grandes multinacionales. Tanto Alstom como Vossloh optaron en su momento por desprenderse de la planta valenciana en momentos críticos. En el caso de la francesa, para poder hacer frente a las exigencias de la Comisión Europea para autorizar su rescate público. Por su parte la alemana Vossloh optó por hacer caja tras una guerra accionarial interna y ante la pérdida de rentabilidad del grupo.

Pese a esos cambios de manos, la planta valenciana liderada por Parra, no sólo no ha perdido negocio, sino que no ha dejado de crecer hasta contar ahora mismo con una cartera de pedidos de más de 3.000 millones de euros y 1.500 trabajadores. La propia Stadler, que en 2014 se hizo con la planta como punta de lanza para lograr contratos con Renfe, ha visto ahora como gracias a un tren valenciano lograba un megapedido precisamente en su territorio: Alemania y Austria. Parra, que antes de trabajar en los trenes fue directivo de Philips y Alcatel, ha conseguido que una fábrica concebida para locomotoras y grúas portuarias hoy logre más de la mitad de sus ingresos con trenes de pasajeros.