Ángel Martínez, presidente de la Asociación de Diseñadores de la Comunitat Valenciana: “El diseño es el proceso de innovación más asequible al alcance de cualquier empresa”

Valencia ha sido elegida la capital mundial del Diseño en 2022 por el organismo World Design International. Un escaparate que el sector quiere aprovechar para consolidarse como referente y crecer con nuevas oportunidades como la digitalización de las empresas, según el presidente de los diseñadores valencianos.

La Asociación de los Diseñadores de la Comunitat Valenciana (ADCV) que preside Ángel Martínez es uno de los responsables de que el nombre de Valencia sea un referente mundial en el mundo del diseño a lo largo de este año, con la ambición de que sea algo más que un fenómeno puntual.

¿Cuáles cree que han sido los motivos que han llevado a la elección de Valencia como capital mundial del Diseño en 2022?

Creo que Valencia ha sido elegida capital mundial del diseño por el trabajo previo de todos los agentes del sector. La asociación lleva 35 años haciendo hincapié en la defensa del sector y en comunicar qué es el diseño a las empresas y a la sociedad. Ese trabajo constante de todo el sector dio sus frutos con una candidatura muy homogénea, que ha sido la unión de organizaciones del sector, de las administraciones y también de las empresas. Nuestra candidatura tiene un elemento muy mediterráneo, que también es un factor diferenciador, porque eso no solo es un estilo de vida diferente, es una forma de hacer y de trabajar. Más que un estilo propio tenemos un proceso de trabajo, la sociedad valenciana es muy innovadora y eso afecta a ese proceso de diseño.

¿Qué le gustaría al sector del diseño que perviviese en Valencia una vez pase la celebración de la capitalidad?

La candidatura no se centraba solo en generar eventos, está más enfocada en acelerar un proceso para crear medidas que fomenten el diseño y que éste sea percibido por toda la ciudadanía. Entre los proyectos concretos, hace unos meses pusimos en marcha la plataforma para asesorar en la contratación de diseño, que busca una forma de contratar diseño respetuosa con el sector y sus profesionales. Es un proyecto que va a quedar y va más allá. También está muy avanzada la creación de un centro de diseño, una reivindicación que llevamos tiempo planteando para que haya una institución que vele por el diseño en Comunitat Valenciana. También para que se continúe con la labor de la capitalidad está prevista una Fundación del Diseño. También se están haciendo proyectos en torno al papel del diseño en la economía circular y la innovación social dentro del marco de la capitalidad, que va a suponer una aceleración al dar mucha más visibilidad a estos proyectos en el ámbito institucional y en la ciudadanía.

La capitalidad cuenta con 5 millones de euros de fondos públicos, ¿también se destinarán a la continuidad de estas iniciativas?

En los proyectos que se están planteando a largo plazo, por supuesto. Pero también van destinados a una labor de visibilización del diseño y una programación de más de 100 eventos en la ciudad. El objetivo final es que el ciudadano de a pie sepa realmente que es el diseño y conozca en que le repercute en su vida cotidiana. En muchos casos el diseño hace tan bien su función que en el día a día pasa inadvertido, el ciudadano sólo lo percibe precisamente cuando algo está mal diseñado.

En el caso de la plataforma de contratación de diseño para las administraciones en que llevan tiempo trabajando ¿qué resultados está teniendo?

Se trata de una guía para dar pautas a las entidades públicas o incluso empresas que contratan diseño para que tengan una guía clara de los pasos a seguir. Se incluyen modelos e informes de expertos y de abogados sobre cómo llevar a cabo la contratación tanto pública como privada. A parte de ser una buena herramienta para quien contrata también es buena para cualquier profesional, que ya puede contar con un briefing preparado para presentar a las empresas o las administraciones adaptado a lo que van a necesitar. Es una plataforma que hemos liderado desde Valencia, pero que funciona para toda España, de hecho, desde otras ciudades como Madrid y Barcelona es desde donde más accesos hemos detectado a la plataforma.

Las administraciones valencianas, ¿están apostando por esa fórmula?

En el caso de Comunitat Valenciana llevamos más de cuatro años gestionando las denominadas llamadas a proyecto. Históricamente en este sector había concursos especulativos, en que se hacía trabajar a todos los diseñadores que se presentaban y al final se pagaba a un proyecto, que era el que ofrecía menos precio. Ahora con la llamada a proyecto cuando una institución licita un concurso nosotros le asesoramos para que los profesionales presenten sus dossieres de proyecto. Luego un jurado con criterios técnicos los valora y selecciona la propuesta, de forma que no se hace trabajar a nadie sin cobrar por su esfuerzo y y la tarea se encarga directamente a un estudio. Lo estamos aplicando en la Generalitat Valenciana, en el Ayuntamiento de Valencia y en muchas otras administraciones. Eso ha permitido que las propias instituciones tras ese aprendizaje ya asuman el proceso sin contar con nosotros. La llamada a proyecto no sustituye a la contratación directa, que lo único que pedimos es que sea justa. Se trata de no obligar a realizar horas de trabajo a los profesionales sin que se retribuya.

¿Y eso casa con la rigidez de los procesos de contratación pública de la Administración?

Por ejemplo, la Diputación de Valencia ha sacado un proyecto para su nueva marca corporativa y su manual de identidad corporativa que llevamos trabajando desde la asociación dos años. Es un proceso complicado y ha costado, pero si la Diputación de Valencia lo puedo hacer cualquier institución pública puede aplicarlo. Ha sido un procedimiento de dos fases, en que por un lado se piden los dossieres a los participantes. El jurado va a seleccionar a tres propuestas y a los estudios o profesionales se les va a pagar por esas tres propuestas y luego uno será el elegido.

En el caso de las empresas ¿cuesta convencerlas para que apuesten por el diseño y cómo han logrado que colaboren con el proyecto de Capital del Diseño?

El diseño va de la mano de la innovación, y gracias a la innovación las empresas pueden ser más competitivas. Pero además el diseño es un proceso de innovación más asequible para cualquier empresa con independencia de su tamaño. Desde la ADCV pusimos en marcha en 2018 un estudio sobre el impacto del diseño en Comunitat Valenciana que aportaba datos y cifras sobre la importancia del diseño en la economía autonómica. Eso fue muy importante para que se valorase en todos los ámbitos. Cuando hablamos de diseño muchos piensan sólo en el producto final o la marca, el diseño realmente abarca todo el proceso necesario desde que se piensa hasta que llega al consumidor, desde definir el producto, a los materiales que se van a usar, cómo se va a transportar e incluso ahora con la economía circular cómo gestionar cuando ya ha acabado su vida útil.

¿Cuál es el peso del diseño en la economía valenciana según ese informe?

El estudio cifraba en 3.762 millones de euros la aportación del sector a la economía, alrededor del 2,1% de la riqueza generada en la región. En ese estudio también se abordaba la relación entre el diseño y la productividad en Comunitat Valenciana, en que se ha demostrado que hay una causalidad entre la apuesta por el diseño, la productividad y la internacionalización. Además, más del 70% de las empresas que habían invertido en servicios de diseño consideraban que les había aportado beneficios. También detectó que hay un fuerte incremento de la formación, con casi un 60% más de alumnado en centros de formación especializada en la última década.

El diseño industrial valenciano ha estado históricamente vinculado a sectores manufactureros como el mueble o el juguete. ¿La deslocalización en su día también supuso una crisis para los diseñadores?

El diseño está muy vinculado a la economía y lo que le sucede a esos sectores nos afecta mucho. Cuando la producción del mueble empezó a trasladarse a otros países, el sector lo notó porque disminuyeron las empresas valencianas. Fue algo que también pasó en el calzado. Pero también muestra que las empresas que han aguantado y mejor han resistido la globalización son las que han invertido en diseño, no solo a nivel estratégico, también en servicios e imagen. Yo tengo el estudio en Alaquàs, y hace 20 años había más de 70 empresas fabricando mueble. Hoy la que sigue es Andreu World, una empresa que tiene asumido el diseño como algo estratégico. También en muchos casos es cierto que se ha externalizado la producción, pero las empresas mantienen el resto de sus estructuras aquí.

¿Se valora más el diseño valenciano fuera que en la propia Comunitat Valenciana?

En casa se valora el diseño valenciano, lo que ocurre es que es un sector que lleva mucho tiempo exportando y que se ha internacionalizado, sobre todo el diseño industrial. Se valora mucho fuera, pero tanto en la comunidad como a nivel nacional se tiene en cuenta y los últimos premios nacionales de Diseño así lo demuestran porque se han reconocido tanto a diseñadores como a empresas valencianas. Tenemos reconocimiento internacional, pero también aquí.

¿Los diseñadores pueden ser buenos empresarios o es mejor separar la parte creativa y el negocio?

Esto es algo de lo que hablamos mucho todos dentro del sector. A los diseñadores nos falta formación en gestión de empresas, que es fundamental. Cuando empiezas tu negocio de lo que sabes y en lo que te has formado es en diseño. Cuando tu estudio crece ya no eres solo un diseñador, pasas a ser un gestor. Ahí es donde fallamos mucho, porque se intenta abarcar la gestión comercial, la gestión de proyectos y la dirección creativa. Creo que deberíamos profesionalizar más esa parte de gestión, que no sea el diseñador y que se contrate a un experto para toda la parte empresarial o para gestionar los proyectos. Si de algo pecamos es de esa falta de formación en la dirección y gestión de los estudios que al final son empresas y que tienen que tener beneficios. Los diseñadores podríamos formarnos, pero yo creo que no es nuestro trabajo, creo que es mejor poder liberarte de esa parte contratando a alguien y zapatero a tus zapatos.

La digitalización se ha convertido en una nueva prioridad para muchas empresas, ¿está siendo ya un motor de crecimiento?

Sin duda es una oportunidad. La digitalización tiene un componente muy importante de diseño. Yo empecé con la digitalización hace más de diez años, y entonces suponía una parte minoritaria. Hoy ya representa el 50% en mi caso. Los estudios que tenemos una vertiente dirigida a la digitalización hemos percibido ese crecimiento. No solo es digitalizar la comunicación de las empresas, como la estrategia online o redes sociales, sino también los procesos de producción porque permite acceder mucho más rápido a la innovación y el diseño tiene mucho que decir. Ahí somos un factor diferenciador y creo que va a ser muy positiva.

¿El sector podrá aprovechar los fondos para la recuperación para afrontar esa oportunidad?

Muchos estudios nos estamos haciendo agentes digitalizadores para poder gestionar las ayudas públicas. El objetivo de los fondos Next Generation y de los mecanismos de recuperación, el objetivo final, es hacer las empresas más productivas y el diseño tiene un papel muy importante que jugar y va a crecer como sector.