La cara y la cruz en el sector agroalimentario valenciano

La pujanza de la industria alimentaria regional durante la pandemia, que le ha llevado a registrar el mayor crecimiento en número de empresas en España, contrasta con la pérdida de rentabilidad de los productores de los principales cultivos y el retroceso de la superficie cultivada.

El sector agroalimentario ha sido sin ninguna duda una de las actividades económicas que se ha visto reforzada por la pandemia. Uno de los motores económicos de la Comunitat Valenciana consiguió registrar en plena pandemia un aumento del 3,3% en el número de empresas de la industria agroalimentaria, lo que la situó como la primera región en creación de tejido empresarial frente a la pérdida del 0,5% de firmas del sector que se vivió a nivel nacional, según los datos del Observatorio del sector agroalimentario de las regiones españolas de Cajamar, elaborado en colaboración con el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie). Unas luces que contrastan con las sombras de los agricultores, que han vuelto a poner el grito en el cielo por la caída de los precios y que en casos como los cítricos ha llevado a algunos productores a optar por dejar la fruta en los árboles.

El estudio hace hincapié en el fuerte peso del sector primario y de transformación agroalimentaria en la región. Según sus datos, el sector agroalimentario valenciano genera un Valor Añadido Bruto (VAB) de 9.131 millones euros, el 9,4% del total de su economía, y emplea a 232.390 personas, el 12,2% del total de ocupados en toda la Comunitat Valenciana. La región en la tercera por volumen de este sector y sólo Andalucía y Cataluña se sitúan por delante en volumen generado, con un notable protagonismo del comercio en el caso valenciano al aportar el 50,4% del VAB del sector.

El tejido empresarial según el Observatorio suma 2.596 empresas y supone el 8,5% del total de empresas de la industria agroalimentaria española. La estructura empresarial se caracteriza por la predominancia de la microempresa que concentra el 60,1%, porcentaje que supera casi en 3 puntos porcentuales al de España. Pese a ello, también es cierto que existe un porcentaje de empresas de gran tamaño mayor que en otros segmentos económicos valencianos, ya que el 10,7% de las compañías alimentarias españolas de gran tamaño tienen su sede en la autonomía, que se sitúa sólo por detrás de Cataluña.

Entre los puntos fuertes de este sector, el informe de Cajamar destaca que la Comunitat Valenciana es la mayor productora de cítricos de España -ya que aporta casi la mitad del total-. Pero también es la segunda en el segmento de plantas y flores, es decir, en el sector de los viveros, con un 19% del total nacional. Otra de sus fortalezas tradicionales es su peso exportador, ya que representa el 13% de las exportaciones agroalimentarias de España, con un valor de carca de 7.000 millones de euros. La Comunitat Valenciana es la tercera economía más exportadora del sector, también tras Andalucía y Cataluña, con un superávit comercial de 2.966 millones euros. Alemania y Francia son los principales mercados de exportación y las frutas y frutos comestibles su principal producto exportado y representan la mitad del total regional. También destaca que es la cuarta región de España en superficie dedicada a agricultura ecológica y que en su territorio se ubica el 10% de los agentes de innovación del sector agroalimentario del país.

Pero el informe de Cajamar e Ivie también apunta algunas debilidades. El sector agroalimentario valenciano es un 14% menos competitivo que el de España, aunque su sector primario es el cuarto más competitivo, con unos costes laborales unitarios un 23% más reducidos que la media nacional. También el gasto per cápita que realizan los hogares valencianos en la adquisición de alimentos (1.641 euros/persona) es un 4,4% inferior al de la media del conjunto de España.

Pese a sus menores costes, el sector primario sigue siendo la pata más castigada de toda la cadena. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) ha cifrado en 640 millones de euros las pérdidas totales del sector agropecuario valenciano en 2021. De ese importe, 230 millones se corresponden a los problemas de mercado en la mayoría de las producciones. Una situación que el presidente de la entidad, Cristóbal Aguado, resume en que “una arroba de naranjas vale lo mismo que un café o un litro de leche, es más barato que un litro de agua”. El líder agrario es muy crítico con la entrada de los fondos de inversión en el sector citrícola, a los que acusa de aliarse con la gran distribución frente a los productores. Y tampoco espera que la reforma normativa anunciada por el Gobierno central vaya a cambiar el panorama: “Vista la crisis de la naranja o el caqui, podemos decir que la reforma de la Ley de la Cadena Alimentaria nace prácticamente muerta”.

En las últimas semanas se han multiplicado en redes sociales los llamamientos de citricultores que ofrecían sus frutos gratis a quien estuviese dispuesto a recogerlo ante la falta de rentabilidad de los precios o directamente la anulación de pedidos de comercializadores. Desde el sindicato La Unió aseguran que el porcentaje de fruta sin recolectar en los árboles es muy superior al de otras campañas por estas fechas. Ponen como ejemplo las cotizaciones de la naranja Navelina, con precios oficiales medios en origen de 0,10 €/kg, “una cifra inferior en un 33% a la de la campaña pasada por esas mismas fechas y que no cubre ni siquiera los costes de producción”, aseguran.

Según AVA, el otro gran cultivo de la Comunitat, la uva para vino, sigue sin volver a los niveles prepandemia, mientras que el caqui, los frutales de hueso, cebollas y patatas fueron otros cultivos sin apenas rentabilidad. Las cabañas ganaderas más perjudicadas fueron las que dependen en mayor medida del precio de los piensos, que se han encarecido un 25%: porcino, vacuno y avícola. A estos precios bajo mínimos se suma que el campo se ha visto muy castigado en los últimos meses por los sobrecostes de la energía eléctrica (+270%), el gasóleo (+73%) y los abonos (+48%), entre otros. AVA cifra en 500 millones esa subida de costes en 2021.