Inversión en investigación, una responsabilidad social

La crisis sanitaria ocasionada por el Covid-19 ha puesto sobre la mesa la importancia que tiene la investigación para dar respuesta a los retos a los que se enfrenta la sociedad actual. En este caso, la práctica totalidad del tejido industrial ha sido puesto a prueba para fabricar desde vacunas hasta mascarillas, pasando por respiradores, guantes, batas, pantallas o test de anticuerpos. Y las empresas valencianas han demostrado tener capacidad de adaptar su producción, pero también ha quedado patente que es de vital importancia haber realizado previamente una labor de investigación que permita responder mejor y más rápidamente a situaciones de emergencia como la que hemos vivido.

Para lograrlo, es fundamental una apuesta decidida por la investigación a medio y largo plazo, es decir, aquella que no va ligada a proyectos empresariales concretos con un retorno a corto plazo, pero que nos permite como sociedad adelantarnos a situaciones como la actual gracias a la transferencia de conocimiento desde los centros tecnológicos hacia las empresas.

Una parte muy importante de la misión de Aimplas es precisamente dar respuesta a los retos sociales a través de la I+D+i. En ese marco, es fundamental la colaboración estratégica con el Ivace que nos proporciona el apoyo financiero para potenciar nuestra actividad y capacidad de desarrollar la excelencia en distintas líneas de investigación que en estos momentos no tienen un carácter económico y que nos permite abordar los retos de futuro que afronta el sector industrial y el conjunto de la sociedad.

Fruto de esa colaboración con el Ivace en el año 2021 hemos impulsado nuestras líneas fundamentales de trabajo en ámbitos como el de la salud, al que la industria de los plásticos puede dar respuesta mediante el uso de polímeros para aumentar la eficacia o reducir la toxicidad de determinados fármacos, con el desarrollo de materiales mediante compounding farmacéutico o la fabricación aditiva para la impresión en 3D de materiales para la regeneración tisular, entre otras.

En seguridad alimentaria hemos trabajado en el desarrollo de materiales poliméricos capaces de encapsular sustancias, ejercer como barrera y actuar como recubrimientos autolimpiantes para envases y hemos obtenido extractos con actividad antimicrobiana, antioxidante, biocida e insecticida.

En la lucha contra el cambio climático se ha investigado en tecnologías de captura de CO2 para su conversión en sustancias químicas y también en baterías alternativas a las de litio, así como en energías renovables y sistemas de reducción de temperatura, captura de contaminantes y purificación de aguas para lograr unas ciudades más sostenibles.

Para reducir las emisiones del sector transporte e impulsar la movilidad sostenible, las investigaciones se han centrado en la mejora energética del vehículo eléctrico desarrollando nuevos materiales ligeros sustitutos de los metales y que sean más sostenibles medioambientalmente sin sacrificar las prestaciones que requiere la industria.

La economía circular, clave para el sector de los plásticos y una de las apuestas de la Comisión Europea, ha sido otra de las grandes líneas de investigación en 2021, concretamente en separación y clasificación de materiales, uso de compatibilizantes para materiales reciclados incompatibles, mejora de los procesos de reciclado químico y tecnologías de descontaminación que mejoran la calidad del material reciclado y reducen los problemas de olor.

El sector agrícola y el medio acuático, de gran relevancia para la economía y sociedad valencianas, han centrado también parte de nuestras investigaciones, especialmente en el impacto de los plásticos de uso agrícola sobre la calidad de los suelos y el desarrollo de nuevos materiales biodegradables inocuos para el medio. Además, se ha investigado la recuperación de basuras marinas para su valorización y uso en el propio sector acuícola y pesquero.

La industria 4.0, con tecnologías como la fabricación aditiva o la incorporación de sensores mediante electrónica impresa; junto con la tecnología química, en la que se ha llevado a cabo la síntesis de polímeros biodegradables, materiales híbridos y biopolímeros a partir de residuos, completan las grandes líneas protagonistas de la investigación en 2021 y en las que este año esperamos profundizar y completar con otras que además estén alineadas como hasta ahora con los ODS.

El compromiso de Aimplas con el Pacto Mundial de la ONU se firma por primera vez en 2017 y desde entonces apoyamos también sus diez principios. Además, desde hace dos años calculamos el retorno social de nuestra inversión (SROI), según el cual, por cada euro invertido en 2020, se generaron más de 10 euros de retorno en impacto social. Además, hubo un impacto de 135 millones en los ODS y más de 30,5 millones en economía circular.

Aportar valor a las empresas para que generen riqueza y empleo es el otro puntal de nuestra misión y para ello la difusión y la transferencia de resultados a las empresas valencianas son fundamentales. En este sentido, el año pasado llevamos a cabo más de 40 proyectos de I+D+i con participación de empresas de la Comunidad Valenciana. De esta forma, ya son más de 340 empresas valencianas las que han apostado en los últimos años por innovar de la mano de Aimplas, consiguiendo más de 20 millones de euros para mejorar su competitividad. A través de proyectos enmarcados en distintas convocatorias de ayudas, estas empresas han participado en el desarrollo de nuevos materiales, productos y tecnologías que dan respuesta a los retos sociales y medioambientales, y mejoran su competitividad contribuyendo a la transformación del tejido productivo.

Además, en 2021, el número de empresas clientes de AIMPLAS en la región ascendió a 423 y su facturación creció un 13%, lo que pone en valor su confianza y el retorno de su apuesta por la innovación.