Los sectores más navideños se juegan 2.000 millones

La campaña supone el grueso del negocio para industrias como el turrón y el juguete en el interior de Alicante, a para los agricultores de uva y las bodegas de cava.

La celebración de la Navidad, el Fin de Año y los Reyes Magos es un motivo de alegría especialmente para varios sectores de la economía valenciana cuya propia existencia está unida por un cordón umbilical a estas fechas y sus festejos. Son actividades que concentran la mayoría de sus ingresos en estas semanas y muchos de los cuales hoy serían difíciles de entender sin estar asociados a las Navidades y que además en toda España se identifican por su origen en la Comunitat Valenciana.

Es el caso del turrón de Jijona y Alicante, el cava de Requena, la uva del Vinalopó o los juguetes de la comarca en torno a Ibi y Onil. Se trata de cuatro sectores productivos que generan cerca de 2.000 millones de euros de ingresos, el grueso durante el final y el comienzo del año.

La industria del turrón de Jijona reúne todos los ingredientes necesarios para considerarse uno de los sectores más navideños. Una tradición surgida de la cultura popular que ha conseguido convertirse en un producto insustituible en estas fechas en la mayoría de los hogares españoles y que incluso llega a los obradores de la más alta cocina.

Pero además de un símbolo gastronómico, hoy es el principal motor económico de la población que lleva su nombre. Se ha convertido en una actividad con un volumen de facturación anual que ronda los 1.200 millones y hoy destina el 20% de su producción al mercado exterior, especialmente al continente americano, según los datos de la Generalitat Valenciana. El Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) prevé para este año un incremento de las ventas del 5%, después de que el precio medio se haya incrementado un 10% para aplicar una parte de la fuerte subida de la materia prima y de otros costes.

Esta industria alimentaria genera cerca de 1.000 empleos directos y otro millar de puestos de trabajo indirectos en el interior de la provincia de Alicante, muy ligado además a productores locales de sus ingredientes, como la almendra o la miel. Aunque precisamente este año desde el sector agrícola ha saltado la polémica por el origen de la materia prima utilizada por la mayoría de las turroneras. El sindicato agrícola La Unió ha pedido a la Conselleria de Agricultura que actúe de oficio ya que considera que la falta de información sobre el origen de la almendra y miel utilizadas en los turrones amparados en las IGP Jijona y Turrón de Alicante puede inducir a error a los consumidores.

Según La Unió, en los pliegos de condiciones de los turrones amparados por la IGP se define el origen en condicional sin concretarlo, pudiendo utilizar almendras procedentes de cualquier parte del mundo con el único requisito de proceder de zonas o regiones caracterizadas por la benignidad del clima mediterráneo, es decir, de casi cualquier parte del mundo donde se produzcan almendras y miel. Por ello pide que se modifiquen para delimitar la procedencia de los ingredientes de la IGP o que se referencie en el etiquetado de todos los turrones amparados en las IGP el país de origen exacto o procedencia de las almendras y mieles, como exige la ley para que el consumidor conozca de donde viene.

De la tierra

Otro producto vinculado directamente al cultivo de la tierra es el cava. Con más de 4.500 hectáreas de viñedo en producción, Requena es el único municipio de la Comunitat Valenciana presente en la DO Cava. Un segmento de la industria vitivinícola valenciana que ha vivido una auténtica explosión. En 15 años se ha producido una expansión del cava valenciano que ha pasado de producir 1,5 millones de botellas a superar los 10 millones. Una actividad que concentra la mayoría de su negocio en las fechas navideñas, a pesar de que la Comunitat Valenciana es la segunda autonomía española exportadora de cava por detrás de Cataluña.

“Tradicionalmente el consumo navideño ha llegado a representar el 80% de las ventas. Sigue habiendo una concentración importante en estas fechas en España, no tanto en el mercado internacional. Este año esperamos que alcance alrededor del 70%”, explica Rebeca García, presidenta de la Asociación de Elaboradores de Cava de Requena, que agrupa a siete bodegas especializadas en estos caldos.

“Prevemos una muy buena Navidad después de dos años difíciles con campañas flojas con menos celebraciones y reuniones por las restricciones del coronavirus. Este año por fin se retoman los festejos multitudinarios. Creemos que se van a superar las ventas de 2019, un año muy bueno para el cava valenciano, y somos muy positivos, a pesar de la incertidumbre por la inflación y el aumento de los costes”, recalca.

Como en el resto de sectores, el alza de los costes de materiales como el vidrio, el cartón y el papel, además de la energía y otros suministros, ha afectados a sus márgenes de rentabilidad. “Los productores subiremos los precios el año que viene, hemos estado absorbiendo estos aumentos de costes sacrificando nuestro margen”, relata la presidenta de la Asociación.

La facturación del cava valenciano se sitúa alrededor de los 50 millones de euros y el sector da trabajo a más de 700 agricultores. Además, estas Navidades han llegado con la buena nueva de una decisión judicial del TSJ de Madrid que permite a los productores utilizar el nombre Cava de Requena para la subzona de la DO Cava, que rechazaban el Ministerio de Agricultura y el Consejo Regulador.

Sin salir de los viñedos, aunque más al sur, la Comunitat Valenciana es la segunda autonomía productora de uva de mesa con un 39% del total nacional. Un total de 2.830 agricultores trabajan en la uva del Vinalopó que genera 13.000 empleos durante la campaña. El 45% de su producción es de la variedad Aledo, que se recolecta entre noviembre y diciembre y que, por tanto, es la uva de Nochevieja. Se estima que dos de cada tres uvas consumidas la última noche del año vienen del Vinalopó Medio.

En la campaña 2022 se espera una cosecha de alrededor de 3.600 toneladas cultivadas en las aproximadamente 1.400 hectáreas amparadas por la Denominación de Origen. Su valor económico asciende a unos 26 millones de euros y el 30% se destina a la exportación.

El rey juguete

Si ha habido un lugar que durante décadas ha podido presumir de ser la fábrica de los Reyes Magos en España ese es sin duda el bautizado como Valle del Juguete, la comarca alicantina de La Foia de Castalla que incluye Ibi y Onil. Hoy la Comunitat Valenciana sigue siendo la primera comunidad en fabricación de juguetes de España, con el 38% de la facturación global y el 42% del empleo. Este año el sector español prevé facturar algo más de 1.650 millones de los que alrededor de 630 millones serán los que corresponderán a las jugueteras valencianas y alicantinas. Unas cifras que suponen un crecimiento de entre un 2% y un 3% respecto a 2021. Alrededor del 70% de todo el negocio anual se concentra en la campaña navideña.