El ITC extiende la economía circular entre la industria de Castellón

En plena ola inflacionista, el Instituto de Tecnología Cerámica (ITC) ha puesto en marcha un proyecto en tres polígonos de Onda y La Vall d’Uixó para que las industrias optimicen sus recursos más cercanos, desde reutilizar como materia prima residuos de empresas vecinas a centralizar servicios.

La industria cerámica de Castellón es uno de los sectores más golpeados por la crisis generada por la guerra en Ucrania. Aunque el gran mazazo a la actividad procede del precio del gas, también el incremento de los costes de las materias primas y los precios del transporte han agravado las dificultades de la principal industria de la provincia. Entre las iniciativas del Instituto de Tecnología Cerámica (ITC-AICE), el centro tecnológico especializado en este sector que forma parte de la red valenciana Redit, para mejorar la competitividad de estas empresas se encuentra el proyecto bautizado como CIRCER. Una actuación que mediante la combinación de la economía circular y la simbiosis industrial busca aunar la optimización al máximo de los recursos y la sostenibilidad de los fabricantes cerámicos y de otras compañías que conviven con ellos.

El proyecto CIRCER, que cuenta con financiación del Ivace, se divide en dos líneas, según explican Irina Celades, responsable del área de Sostenibilidad de ITC-AICE y Mónica Vicent, investigadora del Área de Materiales y Tecnologías Cerámicas. “Una está centrada en promover acciones de economía circular en el clúster cerámico a través de la aplicación de estrategias de ecodiseño al proceso y producto cerámico, y la otra línea de actuación está más enfocada en promover la simbiosis industrial en polígonos industriales ubicados en la zona del clúster cerámico”.

De hecho, la industria azulejera concentrada en Castellón lleva años generando ese intercambio de conocimiento y sinergias para mejorar el rendimiento de un sector que hoy en día es el mayor fabricante de Europa. “El clúster cerámico desde hace varias décadas tiene en marcha acciones de simbiosis industrial entre los diferentes agentes de la cadena de valor de la baldosa cerámica. Un ejemplo paradigmático de simbiosis industrial en el clúster cerámico es la gestión en las plantas de atomización de los lodos cerámicos generados en las plantas de baldosas cerámicas, esta actuación supone un ahorro en el consumo de agua en las plantas de atomización y un ahorro de costes en el tratamiento de estos lodos en su punto de generación”, explican las responsables del ITC.

Con CIRCER ahora se busca saltar más allá e incluir a empresas de otras industrias o actividades que se ubican junto a las plantas azulejeras y sus proveedores. Aunque la cerámica es un sector muy maduro en la aplicación de medidas para optimizar su producción, con la incorporación en este estudio de empresas de otros ámbitos se aumenta la posibilidad de detectar propuestas para intercambios o acciones conjuntas como centralizar servicios que generen beneficios y mejoras a todos los implicados “Para detectar prácticas de simbiosis industrial cuanta más variedad de actividades económicas se den, más posibilidades de sinergias se pueden detectar entre ellas, porque la problemática es diferente y pueden complementarse a la hora de intercambiar recursos”, señalan las responsables de CIRCER.

Para llevar a la práctica el proyecto el ITC ha logrado el apoyo del Ayuntamiento de Onda para analizar las posibilidades para empresas fundamentalmente logísticas que se ubican en la Entidad de Gestión y Modernización (EGM) del Polígono Industrial SUR-13. La idea del Ayuntamiento es replicar lo que se haga en esta EGM (la entidad que gestiona el polígono) a otras del término municipal. Otra de las entidades que ha apoyado a ITC ha sido la Federación Valenciana de Polígonos Industriales (Fepeval), con la que trabaja con dos EGM localizadas en La Vall d’Uixó: la del Polígono del Belcaire y la del Polígono Mezquita. En este caso se ha iniciado con 12 empresas. La intención es implementar durante 2023 alguna sinergia de interés detectada en estas primeras fases del proyecto y así poder cuantificar en términos económicos y técnicos su impacto, como los recursos ahorrados y residuos evitados. Una experiencia ya probada a partir de la cual se pueda aplicar a otros polígonos y empresas.