La fiebre solar atrae proyectos por más de 600 millones en Villena
El aluvión de solicitudes para instalar nuevas plantas solares en Comunitat Valenciana tiene su particular epicentro en el municipio del interior de Alicante. Más de una treintena de promotores entre los que se encuentran Iberdrola, Repsol, EDP o Cobra además de varios fondos tramitan grandes centrales
La energía solar fotovoltaica se ha convertido en uno de los mayores objetos de deseo tanto de grandes grupos energéticos como de inversores de todo tipo ante la imperiosa necesidad de hacer frente a los plazos para cumplir con los objetivos medioambientales y para combatir el cambio climático. Un furor que en el caso de la Comunitat Valenciana se ha traducido en una avalancha de solicitudes en los tres últimos años, después de un largo periodo en que el parón normativo y la lenta tramitación dejaran en el aire muchos de los planes inicialmente anunciados.
En el centro de esa batalla por lograr lo mejores emplazamientos se encuentra un enclave que ha sido históricamente estratégico por su ubicación: Villena. Situado en el interior de Alicante en la vía de acceso natural entre el Mediterráneo y la meseta, es una zona clave que además conecta con Valencia, Murcia y Albacete. Más de una treintena de promotores han presentado sus proyectos para levantar grandes parques de placas solares en el segundo municipio por extensión de Alicante. Entre los interesados se cuentan desde grandes operadores especializados, como SolarCentury o Elio X, a gigantes energéticos como Iberdrola, Repsol y EDP, o firmas y fondos de inversión como Helia.
Unos proyectos que pueden suponer un fuerte impacto económico para un municipio con cerca de 34.000 habitantes. Los 13 proyectos en distintas fases de tramitación según los registros oficiales que ha podido identificar elEconomista suman una potencia de cerca de 1.000 megavatios (MW) con una inversión prevista que supera los 600 millones de euros en conjunto.
Unos trabajos durante los próximos años que también tendrán un efecto directo en el empleo en esa comarca del interior. El mayor de esos proyectos desvelados hasta ahora es una planta de 165 MW promovida por SolarCentury con un presupuesto de 115 millones de euros. Una instalación que ocupará 350 hectáreas. Según la empresa, su construcción llevará aparejada la creación de 400 puestos de trabajo durante las obras. En el caso de Iberdrola, el operador histórico de Comunitat Valenciana, sus planes de energía fotovoltaica en toda la región, que además de una central en Villena incluyen instalaciones también en Ayora y Cofrentes con más de 400 MW, supondrán 1.450 puestos de trabajo durante la construcción.
Pero, ¿cuáles son los motivos que han convertido a Villena en el epicentro valenciano de esta hambre inversora? Por un lado, fuentes del sector explican que la zona cuenta a su favor con factores técnicos, como las horas de radiación solar al año y las condiciones climatológicos. Una muestra de ello es que alberga la única planta termosolar de la región, Enerstar Villena, una instalación que supuso cerca de 200 millones de inversión y se inauguró en 2014.
Otro de los puntos fuertes de esa zona es la existencia de redes eléctricas con capacidad para absorber la nueva energía generada por esas plantas. En la comarca existen ya dos subestaciones eléctricas, la de Beneixama y la de Sax, que han ampliado sus instalaciones notablemente en los últimos años. Eso ha supuesto que los promotores hayan podido solicitar puntos de acceso para el vertido en la red eléctrica de la energía generada por sus nuevas plantas y asegurarse la conexión, frente a los problemas existentes en otras zonas.
Precisamente, esos derechos de acceso a la red para el vertido de electricidad es una de las barreras de acceso que eliminará una parte de los proyectos. “Entendemos que no se van a realizar la totalidad de los proyectos, probablemente en el mejor de los casos se lleve a cabo un tercio, porque algunos ni siquiera tienen los derechos de vertido al nodo de transporte”, explica Javier Martínez, concejal de Urbanismo de Villena.
Además, en la práctica ya hay algunos de los proyectos presentados que están recibiendo informes negativos en la tramitación, ya sea por defectos en la declaración ambiental o por alegaciones. Este mismo mes el Diari Oficial publicaba la declaración de impacto ambiental negativa para un proyecto de una planta de 4 MW sobre 8 hectáreas que se presentó en 2019 al ubicarse una parte sobre terrenos que incluían una Zona Especial de Protección de Aves (ZEPA).
La proliferación de las solicitudes de macroparques solares ha generado reacciones de muy distinto tipo en los ayuntamientos valencianos. Frente al rechazo frontal en algunos municipios, el consistorio de Villena defiende una postura más “posibilista”, consciente de la necesidad de desarrollar parques solares para incrementar la presencia de las energías renovables, pero también teniendo en cuenta su impacto. “Cuando ves el mapa de todos los proyectos, es difícil que se puedan hacer todos de forma sostenible”, reconoce el responsable de Urbanismo, que por eso apuesta “porque no hay que evaluar cada uno de los proyectos de forma individual, si no tener en cuenta en su conjunto para decidir cuáles tienen una mejor integración paisajística y ambiental”.
Las críticas de colectivos ecologistas y de agricultores a las grandes extensiones de placas solares también se han incrementado a medida que se hacen públicos los proyectos. En el vecino municipio alicantino de Castalla, donde el Ayuntamiento rechaza macroplantas como la presentada por Cobra de casi 100 MW, el consistorio ha anunciado cambios normativos para establecer donde se pueden instalar o no los grandes huertos fotovoltaicos. Con esas modificaciones su intención es aumentar el suelo de elevada protección agrícola y paisajística para que no pueda destinarse a ese uso. Además, modificará el Plan General de Ordenación Urbana, para definir el suelo destinado a tal fin y establecer las directrices a seguir para la instalación de este tipo de instalaciones. Una modificación puntual del PGOU, será sometida a información y exposición pública. Además, en Castalla, como en Ibi, Onil y otros municipios, el rechazo a las macroplantas ha hecho que se haya optado por suspender de forma temporal la tramitación de licencias municipales para la construcción de plantas fotovoltaicas.
El rechazo a esos “mares de placas” también ha calado entre algunos sectores agrícolas, como las bodegas vinícolas de Fontanars dels Alforins o de los productores citrícolas de la comarca de La Costera en Valencia. Sindicatos agrícolas como La Unió ya han pedido a la Generalitat que el Decreto Ley 14/2020 para desarrollar 6.000 MW renovables “no supongan una pérdida de derechos de riego de la superficie donde están implantadas”. Sin embargo, para los dueños del suelo, la rentabilidad de alquilar para huerto solar a hacerlo para cultivar puede multiplicarse por más de 10, con unos 1.500 euros de precio por hectárea.
En el caso de Villena, donde los usos agrícolas principales de los terrenos son para cereales de secano y viñas, los dueños del suelo han visto con buenos ojos las ofertas de las energéticas. “En la mayoría de los casos, los propietarios de suelo agrícola o ya no lo explotaban o lo tienen arrendado a terceros para usos agrarios, que en términos de rendimiento no pueden competir con los precios por hectárea que están ofreciendo los promotores”, apunta el concejal de Villena. Martínez explica además que “ha habido un efecto llamada, hemos tenido muchos propietarios que han venido al Ayuntamiento a ofrecer suelo porque se habían enterado que a sus vecinos les iban a dar ciertas cantidades”.
Por otro lado, también están los ingresos que estas instalaciones pueden reportar para las arcas municipales en pequeños municipios. “No queremos hacer el cuento de la lechera en cuanto a ingresos, pero está claro que, aunque solo se lleven a cabo unos pocos de los previstos, será un impulso para una ciudad que tiene un presupuesto anual de 27 millones”, indica Martínez. El municipio se beneficiará vía el impuesto de contrucciones (ICIO) que supone el 3,725% del presupuesto de las obras. Y una vez construido, también seguirá dejando anualmente ingresos vía IBI e IAE, aunque su repercusión depende de cada caso concreto.
La incertidumbre de los plazos
Una de las razones que explican que haya habido este alud de solicitudes son los plazos que se incluyeron en la normativa autonómica. Según el Decreto Ley 14/2020 a finales de 2022 los proyectos deben contar con toda la tramitación prácticamente aprobada o con la respuesta negativa. Sin embargo, ante la carga de trabajo generada en la Administración muchos dudan que sea posible. “A nivel de Ayuntamiento nos han llegado a colapsar el departamento de informes de compatibilidad por las solicitudes de información. Los promotores no sólo pedían información del suelo de sus proyectos, sino de todos los terrenos alrededor y de los cercanos a las subestaciones. Esos informes de compatibilidad solo para las fotovoltaicas han supuesto el volumen de actividad de tres años”, comenta Martínez. Además, el consistorio alicantino tiene a dos personas dedicadas exclusivamente a revisar los proyectos de información pública solo para las alegaciones que deben presentar.
Y aunque Villena es probablemente el caso más representativo, es solo un ejemplo de lo que está ocurriendo en todo el territorio valenciano. Ahora mismo se encuentran en distintas fases de tramitación 403 proyectos de nuevas plantas fotovoltaicas conectadas a red en toda la región, 369 en la Administración autonómica que suman una potencia de 7.200 megavatios (MW) de potencia instalada y al menos otros 34 en la Administración estatal, que tiene competencias para los proyectos de más de 50 megavatios, los de mayor volumen. En su caso suponen otros 4.900 MW. Es decir, los proyectos en cartera en las tres provincias superan en total los 12.000 MW. Una cifra que supondría multiplicar casi por 30 la potencia fotovoltaica instalada, que alcanza los 403 MW. Además de doblar el objetivo de energías renovables marcado por la Generalitat Valenciana hasta 2030, supondría instalar como nueva potencia una capacidad un 44% superior a la actual.